Goles nuestros: Andráñez, 32´ ST, Ibanbargoitía, 10´ 2º T. Supl. (Los de ellos: 20 ´ PT y 50´ST, de penal).
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El Albo: Michelena (2); D. Alanís (6), P. Alanís (8), F. Perez -lesión, reemplazado a los 2´ PT por Ibanbargoitía (8)-, Pundang (8); P. Nicollier (7), W. Guzmán (8), S. Agüero (7), G. Sayago (7); J. Andráñéz (7), J. Abaca (7).
Entraron después M. Sayago (8) por Gaby Sayago y Chicho Blanco (7) por J. Andráñez.
Michelena fue expulsado a los 45 ST. Pundang atajó todo el suplementario. En Rampla, hubo un expulsado a los 13 del 2º Supl., según me cuenta el tío Pumba, yo ya me había desmayado.
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Bueno, esto es la síntesis. Un minuto a minuto del partido lo pueden ver ---> acá.Si quieren la crónica, esperen que me haga ver por un cardiólogo y se las amplío. Si puedo, esta noche, si no mañana cuando se me pase la taquicardia.----------------
Bueno ahora ya me dieron de alta.
El tío Pumba me pidió papel y birome y había hecho un testamento donde me dejaba a mi el Torino Azul, y todos los demás bienes a Irina. Después agarró una pala y empezó a hacer un pozo. Yo lo quería contener y el me decía, "dejame, Milton, dejame, yo me entierro acá y termino mis días en Villa Iris". Al rato, el Tío empezó a flashear con la idea de dedicarle el pozo al mono y alojarlo ahí, mirá si vamos a perder de esta forma seis meses de trabajo, desde el crudo invierno cuando entrenábamos bajo cero hasta los 40ª del otro día para venir a macanearla así, y qué quieren que les diga, yo un poco de ganas tuve, pero también lo contuve.
Pará que hay corner, le dije.
Eran las 19.30 de la tarde, hora de Buenos Aires.
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Casi una hora antes, a las 18.40, el partido estaba uno a uno y nosotros a punto de pegar la vuelta: la igualdad era la llave. Iban como 50 minutos del segundo tiempo. Centro largo y zonzo, cae en el punto penal, el arquero nuestro descuelga la bola, y con todo dominado, si sacaba se terminaba el partido. Pero se le ocurre una idea astuta: con la pelota en la mano hace una de rugby y empuja a un jugador. La idea era después tirarse y hacer tiempo, cosa que no era necesaria. El línea, botón pero sincero, informa. El Mono es echado y Rampla queda con penal a favor. Y el albo ya había hecho los tres cambios, así que a elegir un jugador de campo para darle los guantes. Nosotros nos queremos matar.
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Después de los disturbios, que incluyeron una simpática tirada de bicicleta (real, no la jugadita) a la hinchada rival, Pundang se puso el buzo, que le quedaba chico, para testificar como lo ajusticiaban. Vamos al suplementario.
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El partido había empezado con malos presagios, Fabricio se lastima el hombro y abandona la cancha. Entra en su lugar uno de los héroes del partido. Rampla domina sin abrumar. En una de esas, patean un tiro libre muy pelotudo y de lejos, que va al medio del arco y el arquero la mete adentro. Que quede claro: no había sol, no había pelota mojada, no hubo mal pique, no había ningún rival cerca para que lo distraiga, la pelota fue recta y sin comba. Es todo lo que diremos al respecto. Bueno, también digamos que el mono tapó dos o tres pelotas buenas en ese primer tiempo.
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Si vieron el partido Rampla - Santa de la ida, entonces habrán visto lo que siguió de ahí en más. Rampla casi no pasó la mitad de la cancha, nosotros buscando siempre por abajo, ellos apostando a una contra. La tuvieron y Pablo Alanís estuvo a punto de irse afuera, pero le sacaron sólo amarilla cuando lo taló a un pibe que se iba solo.
Mientras nosotros movíamos muy bien la bocha y probamos por todos lados, pero no nos dejaban entrar al área, el partido fue ganando en intensidad a medida que quedaba claro que un gol iba a haber, y que el que lo hiciera se quedaba con la serie.
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Y el gol fue nuestro. Andráñez se abre paso, encuentra un lugar por la derecha, corta el ángulo, define cruzado. Oficio de goleador. Rampla no mostró reacción inmediata, el partido estaba definido.
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En el suplementario había onda velorio, denserio. Cómo creer que con diez, y un inexperto en el arco, podíamos hacer un gol, teniendo en cuenta que con once nos había costado tanto. Ah, y que no nos hicieran uno a nosotros, claro.
Gloria al verano y gloria a Pundang, el polifuncional. En diferentes momentos de diferentes partidos ha jugado en los puestos que van del uno al seis. Y en el arco dio sensación de seguridad. Hubo una en el primer suplementario que se la cabecearon al tobillo y la tomó sin dar rebote, yo casi me descompongo porque la vi adentro. Pero bien, muy bien Pundang, la revelación del campeonato. En el próximo partido lo ponemos de wing derecho.
También gloria al Titaco, una pieza clave en el suplementario, jugó al modo riquelmiano, no perdió una pelota, empezó a jugarla para los costados, le empezaron a pegar y nos generó fules a favor que nos dieron mucho aire.
Con todos bien enchufados, el equipo transmitía desde adentro una confianza que, la verdad, desde afuera muy pocos teníamos. Y Rampla se cebó con la fe en los penales, empezó a jugar para eso. Que nos eliminaran hubiera sido una injusticia, pero todos en la cancha sabíamos que si no hacíamos gol en el suplementario el finalista salía de Villa Iris.
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Volvemos a las 19.30.
En la mitad del suplementario, corner a favor nuestro. Rechazan corta, Juan Abaca la rescata, la pone al pie, y de media vuelta la tira atrás. Aparece Ibanbargoitía y le da con la frente.
Bueno, y ahí fue cuando me descompuse denserio, Doctor, yo no me acuerdo más. ¿Usted cree que es normal? ¿Le parece que estoy en condiciones de aguantar otro partido así? ¿Me va a dar el alta o necesito más estudios?