10 mayo 2010

Capítulo 10: “Oportunidad, mérito y conveniencia”


Cuando Tío Pumba está por estacionar el Torino azul en una inmejorable posición al lado del alambrado, Papá de Milton se da cuenta de que Milton no subió al auto. Habría que cruzarse toda la ciudad para irlo a buscar al Peñi, a cuatro pesos el litro, con el Torino que gasta un litro cada seis cuadras, son como noventa pesos. Entonces Papá de Milton habla con Mamá y le dice: mandame a Milton por cadete. Cuando van dos minutos de juego, entonces Papá lo espera en la esquina y Milton finalmente puede ingresar al estadio, algo que es muy conveniente porque, miren que cosa, los partidos en los que Milton no estuvo fueron estos: Doblas de local y Belgrano.

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La cancha de Sarmiento es chica. Pero mucho más chica nos va a parecer cuando rueda la pelota y nos demos cuenta que se está jugando casi todo el tiempo del lado nuestro. Saffeni, Cristian Mora y Corcho Domínguez juegan de primera y encuentran siempre a un compañero, mientras nuestros jugadores no consiguen recuperar la pelota, sino sólo interrumpir el avance. El albo llega a jugar con línea de cinco porque Lucas Francia se ve obligado a meterse en la cueva para dar una mano atrás. Germinal queda entonces con zona liberada en el medio juego y el equipo nuestro partido en dos, incomodísimo.

No exageremos tampoco, no es que se jugó todo el tiempo al borde del área. Pero Germinal se va a perder cuatro goles claros en el primer tiempo. No digo que tuvieron eso que se llama "chances" de gol y después ves que eran un tiro que de rebote pasaba más o menos cerca, hablo de que eran situaciones de mano a mano, de atajadas a quemarropa, de pelotas que pasan por el arco de lado a lado sin que nadie la empuje, de piernas o postes que se cruzan un milímetro antes del gol, de rivales que decidieron hacer la suya teniendo un pase obvio para que el compañero de al lado la mande adentro.

Entre las pocas cosas que hubo de nuestro lado: un tiro largo que Ariel Abrigo persigue hasta abatatar al arquero que la deja corta, consigue pegarle al arco de media vuelta, va a ser gol pero el tiro -que va despacio- deja llegar a un zaguero de la villa para que la saque afuera. Retengan esa jugada.

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Cuando se está jugando muy mal, y el rival muy bien, todo lo que puede pasar es para era mejorar la situación. Entonces pasamos el entretiempo convencidísimos de que lo que quedaba era para nosotros, neto. Pero la música del primer tiempo siguió siendo la misma, tal vez a menos volumen, porque Germinal se fue cansando, y mostró algún hueco. Hubo ya chances de Coqui, momentos en que tuvimos al menos traslado y respiros largos, algún refucilo que daba a entender que había pólvora (mojada) más arriba, que había que encender la mecha.

Pero no había chispa. Santa Rosa jugó todo el partido a traspié, mal pisado y tropezando, estuvo más de una vez contra las cuerdas, pero no se cayó. Y no fue casualidad sino mérito. Porque es muy difícil que un equipo que no encuentra su juego no pierda la paciencia, no se frustre y empiece a cometer errores peores. En cambio, Santa Rosa mantuvo la concentración y no perdió el foco. Nuestro arquero marcó siempre su lugar en el área, nuestra defensa supo acomodarse al partido sin generar fules ni dejar abiertas las líneas de pase más peligrosas. Germinal empezó a depender de una genialidad para meter el gol. Saffeni la tuvo a los 35 ST, pero cuando le tocó picarla la pelota salió cuarenta centímetros por arriba del travesaño.

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Cuando van noventa, Coqui se cruza en una pelota hasta abatatar al arquero que la deja corta, la pelota va a Ariel que ahora llega antes que el zaguero. Está de frente al arco y le va pegar cómodo. La pelota entra y se envuelve con la red como un tenedor en el puré.

Tío Pumba, que está muy sensible estos días, corre cincuenta metros hasta el lugar donde los jugadores se apiñan culeándose entre ellos al festejar y prorrumpe en llanto. El arco, el lugar y la escena es igual a la del gol que el año pasado nos dio el primer gran empujón hacia el ascenso, aquel partido de Sarmiento 1 – Santa Rosa 2.

Papá de Milton ha visto el gol. Abre bien los dos ojos, mira al línea para asegurarse de que vale, y dice “gol”, mientras cierra en un puño la mano izquierda. Nada más. Le preguntamos por qué, y nos contesta: “Es un gol injusto, no tendríamos que festejarlo”.

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Al rato, cuando el partido termine, Papá de Milton estará colgado del alambrado y revoleando una remera, mientras viva a Ariel que es llevado en andas. Le preguntamos si es no es festejar. “Sí -nos dice- pero yo festejo por el partido y festejo el equipo que tenemos”.

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Milton cree que Papá tiene razón. Santa Rosa no tuvo culo, tuvo aplomo y actitud para soportar el mal tiempo y administrar sus dosis de maldad y proteínas para rebelarse contra el resultado aunque vayan noventa minutos del segundo tiempo. Germinal será castigado por tener la trompada liviana, y sufre un nocaut inesperado por una desconcentración menor, del peor modo, en el peor momento.

Creo que le debemos una a Germinal. Para devolvérsela, y ponerlos en campeonato otra vez, lo menos que podemos hacer es ganarle a Belgrano. Prometido.

Abrazos

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Villa Germinal 0 - Santa Rosa 1

El albo formó con Bruno Michelena; Pablo Alanís, Marcelo Constantino, Fabricio Pérez, Mario Ibanbargoitía; Mauricio Rambur, Lucas Francia, Gabriel Sayago; Ariel Abrigo, Coqui Susvielles y Gastón Lezcano. En el ST ingresaron Ángel González y Mario Epinal. El partido se jugó en el Estadio de Sarmiento. Había unos 198 hinchas en el sector local, 192 en el sector albo. Con solcito, la temperatura era de 18º, sin viento. Nuestra reserva ganó cuatro a cero y hay que decirlo: pase lo que pase el domingo que viene, ha hecho un campañón, ganó los dos clásicos. Lo arbitró Paulo Arias, con ayuda de su tarro de prestobarba atado a la cintura, muy bien.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

partido que no merecimos pero que al fin y al cabo, ganamos.
El domingo tenemos que ir a alentar todos al Albo frente al trico.
lleven papelitos, serpentinas, globos, lo que sea para hacer una hermosa fiesta :)
saludos
gonzalo

Anónimo dijo...

Después de muchos, muchos años, Santa Rosa y Belgrano volverán a jugar entre sí por algo grande, importante. Es un partido acorde a la historia de ambos. Esperemos que sea una fiesta. Ambos estuvimos en la b y sabemos lo que es, ahora a disfrutar de un partido por la punta. Saludos desde belgranosantarosa.blogia.ccom

Anónimo dijo...

Como es el sistema del torneo mayor, si son 6 equipos, es un hexagonal ida y vuelta?

Anónimo dijo...

Al mayor van los tres primeros de la zona norte, es un hexagonal a dos ruedas, se juega entre el 11-07-10 y el 12-09-10. El que gana es campeón. Para ese torneo se pueden incorporar dos refuerzos.

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