23 marzo 2010

Charlas del buffet, semana 4

Hoy tampoco en el buffet, porque aprovechamos la tardecita con sol, en poco tiempo más se va a hacer de noche temprano.

Tío Pumba toma aire y hace quince flexiones de brazos, bajo los grandes árboles que están detrás del anfiteatro del Centro Cívico. "¿Listo, profe? ¿Así está bien?", pregunta. "Sí, todo bien, vas fenómeno", se autocontesta. Entonces da por concluida su gimnasia, luego de haber hecho antes de eso diez abdominales y dos subidas de loma a fondo. Bueno, la primera a fondo, la segunda más o menos.

"Me estoy cuidando", dice. "Quiero llegar bien para el verano". Entonces nos sentamos en un tapialito y hablamos de temas varios del club con Papá de Milton. Ahi mismo almorzamos, comemos salchichón y salame con galleta de campo. Milton escucha.

Papá de Milton habla sobre Susvielles. Parecería, dice, que un gol en cuatro partidos es poco para un nueve. Pero ese jugador tuvo participación decisiva en el armado de la jugada de otros tres goles (el primero contra All Boys, los dos de Lezcano en Winifreda). Y dio manos en defensa, incluso salvó una en la línea en un corner, el domingo pasado.

Tío Pumba está de acuerdo, Coqui tiene que estar. Su idea es que tiene que hacer un click, que es muy impaciente. Cuando pasa algún tiempo sin tocar la pelota, se tira atrás y termina jugando más cerca de la mitad de la cancha que del área rival. No lo hace mal, porque tiene dominio, pero lo que hace es un trabajo de enganche de espaldas al arco.

Los delanteros tienen que jugar lo más arriba que puedan, al filo del offside, lo cual es también una forma de abrir espacio entre las líneas del equipo rival. La idea es que todo el tiempo haya dos jugadores más o menos cerca del área. Hay que tener paciencia, un nueve es como un arquero, tiene que poder bancarse mucho tiempo sin tocar la pelota.

La otra alternativa, razona Milton, es que roten con Sayago: cuando Gaby ve que Susvielles bajó al lugar del 10, tiene que subir al lugar que Coqui ha dejado libre arriba. Papá de Milton dice que, como sea, con o sin pelota, Gaby tiene que estar a tento para mostrarse un poco más arriba, que haciendo eso va a arrastrar marcas y dejar otros espacios libres en el medio.

Luego hablamos del partido de Belgrano. Obligadísimo a ganar está Belgrano. No nos preocupa, le vemos una pinta enorme de partidazo. Es líndo el fútbol, ir a la cancha, putear un rato, fabular que uno sabe cómo es que hay que hacer la táctica para ganar, renegar y reírse. Nos quedamos contentos por un rato, y el salchichón y el salame están muy ricos.

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