31 diciembre 2008

La foto del año y mi deseo para 2009


Tienen que hacer click sobre la imagen para agrandarla y verla en toda su extensión. El que levanta los brazos es Poly Urreaga, que salió de la cancha con los botines puestos para pedir calma a los hinchas en la final del Provincial. El policía que ven en el piso había recibido no una piedra, sino un ladrillazo entero en la cabeza. Por esto fue que lo elegimos al Poly jugador del año.

Y esta fue la foto del año, publicada por un fotógrafo desconocido en La Arena. Los diarios pampeanos tienen la mala costumbre de no dejar firmar las notas a los fotógrafos, ni de ponerlas en internet (Winston la escaneó del diario). Fotaza, podría haber aparecido en National Geographic.

También revela la locura en la que estamos metidos. ¿Cuántas veces vimos en la cancha la escena del jugador capitán del equipo que va a la hinchada a pedir que paren un poco? Eso nos hace para la mierda, Pablo Alanís (por decir algo) no sólo tiene que ocuparse de lo que hace su arquero, el botón del línea y el delantero rival, sino también -como si todo eso fuera poco- tiene que dedicarse a convencer a su hinchada de que no le tire una piedra y pare el partido. O sea: no se entiende mucho de qué forma eso viene a ayudar al equipo, a simplificar la vida de Pablo Alanís.

Creo que hay confusiones. Una cosa es pasión, otra es enojo, otra es agresión.

Calma no significa no tener pasión, no tener sangre. Milton está a favor de la pasión y también a favor del enojo. El que no se enoja cuando pierde no se pone contento cuando gana. No queremos actuar como hinchas de ajedrez, somos hinchas de fútbol. Tenemos derecho a putear al rival, a la hinchada rival, al árbitro, tengamos o no tengamos razón. Pero, tengamos o no tengamos razón, no tenemos derecho a tirarle un retak en la cabeza, a ponerle una faca en la panza.

En las piedras no hay pasión, no hay enojo, no hay fútbol, no estamos haciendo ningún aguante.

Lo que hay es un cálculo cobarde de atacar desde lejos, sin riesgo, sobre seguro. No hay ninguna diferencia entre eso y lo que hace Bush, de bombardear y matar egnte a la que no conoce ni tiene por ahí nada que ver por el solo hecho de que están al lado de otro que por ahí puede atacarlo. La diferencia es nada más tecnológica, no de cabeza.

Milton sospecha esto: hay gente que no va a alentar al equipo, sino a buscar roña. Se equivocan, se pasan toda la semana dándose manija y ese es el problema. Hay que mirar siempre adentro de la cancha, no afuera.

Simplemente, no tenemos derecho a calentarnos nosotros más de lo que se calientan los que de verdad juegan, los que de verdad entrenan, los que más sufren cuando pierden: los jugadores.

Las hinchadas son un accesorio. Queda mal decirlo, pero acá va: no son importantes. Les doy dos ejemplos. El albo ganó un campeonato, el del 2003, sin tribuna (jugando en el predio de la ruta), con dos banderas viejas y prácticamente sin hinchada yendo a la cancha. Con hinchada en la cancha y pose matona, Belgrano descendió tres categorías en tres años, del Argentino A a la B de la Liga Cultural, sin escalas.

Esto no significa que no nos gusten las hinchadas, ni que pensemos que los clubes que no se gastan en poner tribunas son unos atrasados. Al contrario, más vale que queremos que la cancha se llene, porque ganar un campeonato sin gente como lo hicimos nosotros en 2003 no es lo mismo. Hasta que no haya canchas llenas, el fútbol pampeano nunca va a dar el salto que alguna vez pudo dar, con All Boys en el 60, con Santa Rosa en el Nacional, con Belgrano en varias campañas del Argentino A.

Yo no se que pensar. No quiero ser careta y tirar un balde de mierda a los pibes que tiran piedras y decirles que no vengan más. Son mi familia, y en la familia uno no anda echando al que se manda una macana. Quiero ayudarlos a que no se metan en problemas, a que se rescaten. Conocemos a muchos de ellos y son buenos pibes: ayudan en la casa, abrazan bebés, mandan poema al 2020 para reenviárselo a la novia. No son asesinos seriales ni terroristas desquiciados, son pibes de barrio que se dieron manija y que no se dieron cuenta.

Se puede disfrutar el fútbol sin andar buscando siempre un tipo para amenazar o pegarle. En serio se puede.

De esa forma uno puede ser más feliz, sufrir menos, gozar más, enfermarse menos, reirse más.

Mi deseo para el 2009 es ese: tirar menos piedras, reirse más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

FELICITACIONES exelente informe!!!! tenes mucha razon!!!
pd: igual lo de pundang lo sigo pensando ehhhhh...jeje
abrazo

Publicar un comentario