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Les cuento esta historia que les prometí, de un viejo sabio, el maestro zen.
Un día, a un chico del barrio, le regalan una moto. Una Motomel, de 100, de encendido electrónico, azul. Grossa moto. Los vecinos y los amigos están recontentos. El viejo maestro, no. Le preguntan qué le parece.
- "Veremos", dice el maestro.
Pasa el tiempo. El pibe se estrola en la moto y se rompe una pierna. Mal se la rompe. Todos los amigos y vecinos están tristes. El viejo maestro, no. Le preguntan qué le parece.
- "Veremos", dice el maestro.
Pasa el tiempo. Hay guerra y hay que ir a la guerra. Reclutan a todos los pibes del barrio. Pero el pibe de la moto tiene la pierna rota: no puede ir, se salva. Todos están contentos. El viejo maestro, no. Le preguntan qué le parece.
- "Veremos", dice el maestro.
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Ahí termina la historia. No hay chiste, nadie sabe cómo sigue. Capaz lo que pasa después era que, por culpa de un soldado menos, el país iba a terminar perdiendo la guerra, o no.
Bueno, cuando Milton se enteró que jugaba el Argentino C, estaba recontento. Yo le pregunté a l tío Pumba y me dijo: "veremos".
Después, que prácticamente nos rompieron el alma seis veces seguidas, Milton se quiere enterrar en un pozo. Piensa que es una macana, que hicimos un montón de esfuerzo para nada y estamos peor que antes, con un equipo desmoralizado por las derrotas y desmotivado para jugar ahora en la B. Y Tío Pumba me dice: ojo, no, "veremos".
Y me explica. Claro que podríamos haber pasado de ronda. Si jugábamos el primer partido en el Mateo y con Lucas Francia, si rescatábamos un punto ahí y otro en Villa Alonso, donde llegamos a remontar un 0 - 2, si manteníamos el resultado en el Coloso de Pico, todas cosas que podríamon haber pasado, capaz llegábamos al último partido con chances y hoy estaríamos festejando capaz un paso de rueda en el Argentino C.
Pero, dice Pumba, eso hubiera sido una mala cosa. Nos hubiera seguido distrayendo y es un espejismo. Está claro que no podríamos haber pasado una segunda ronda, no con la preparación que teníamos. Quedarse afuera antes, en cambio, nos da una ventaja. Se fue todo el humo y la neblina y vemos más claro: la primera es sólo una parte de lo que hay que atender en el fútbol, y a su vez el fútbol es sólo una pequeña parte de lo que tenemos que aspirar como CLUB con mayúsculas. Porque ojo, si la idea es tener cancha y camisetas iguales y participar en un torneo, para eso vamos al Fútbol de Profesionales. Pero nosotros queremos más que eso, y por eso tenemos que ver qué se puede hacer aparte.
Y yo creo que Pumba tiene razón.
Estamos a solas con nuestra realidad, modesta, a salvo de una borrachera atontante que hubiera sido creernos a la par de clubes de esos en donde los jugadores entrenan y cobran. A eso queremos llegar, ojo. Pero estamos en otro lado, y no es cerca. Saberlo, y no engañarse, es lo primero que hay que hacer si uno quiere cambiar las cosas.
Y no dejemos de darnos cuenta de que el Argentino C nos deja cosas. Nos deja un Mateo mejor preparado, que si no se nos hubiera venido medio abajo, la verdad es que jugabamos ahi pero estaba todo precario. Nos deja la certeza de haber tuteado a equipos bien armado y encontrado momentos de juego. Nos alerta también de la distancia y de que hay cosas que no van más, que se tienen que hacer de otro modo si uno quiere ganar. Y nos deja bronca, incluso, el punto de bronca necesaria para que empecemos a jugar, en todas las categorías, cada uno de los partidos con el cuchillo entre los dientes.
Así que no estemos tristes por la eliminación.
Ahora, convencidos de lo que vamos a hacer, nos jugamos en el Torneo Liga B. Con la cabeza fría y el corazón caliente.
Veremos.
1 comentario:
Milton, estaria lindo que algun jugador o dirigente lea esto, asi se emotivan.
Tenemos que meter algun otro deporte al club, como sea, asi como vos dijiste de la misma forma q hicieron de nuevo el Mateo.
pero es dificil plantearselo a los dirigentes, y menos yo que tengo 14 años :(
ojala alguien lea esto
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