04 marzo 2014
Uno de seis
El Domingo pasado luego del partido contra Castex papá de Milton se va de la cancha en modo Tano Pasman, pensando: "Nos vamos a la be". No obstante ello, Tío Pumba tiene un plan, que explica mostrando anotaciones en su libretita cuando nos subimos al Torino Azul.
"La idea es simple", dice. "Tenemos que ganar seis partidos, no es fácil, pero es algo perfectamente posible con un poco de voluntad, orden y un chiquito de orto. Con seis partidos ganados más algún empate roñoso que rasquemos estamos en 20 puntos. El torneo es a una rueda, así que con 20 puntos podemos salir campeones, y si salimos campeones todos se caen de culo".
Tío Pumba incluso ha identificado cuáles son los equipos a los que le vamos a ganar, y los resultado de todos los demás entre sí. Notamos con sorpresa que Tío Pumba ha anotado que Winifreda la ganaría a Belgrano y que Doblas le ganaría a All Boys, lo cual no parece que fuera muy posible.
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El albo entra nuevamente con el aú aú aú de la película 300 que nos conmueve. Las tradiciones siempre quedan aunque cambien tantas cosas. Y entonces salimos otra vez a la aventura, a ver qué pasa.
Pese a que sus ideas son distintas Papá de Milton y Tío Pumba están de acuerdo en que empatar este partido es inaceptable. No porque Sarmiento sea un mal equipo, pero es de los puntos que tenemos que ganar de local. Así que este es un partido cla-ve. Con Belgrano o All Boys de visitante podés hacer otras cosas, incluso tirarte atrás, pero esto es decisivo y hay que ganar sí o si.
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El partido empieza con un albo bien ordenado, atento, alineado y tranquilo. Parece que muchos nervios se quemaron en el partido con Castex, y por un rato se juega a ritmo de entrenamiento. El equipo entra en ritmo de ataque cuando la pelota le llega a Barzola o a Nicollier, pero hay algo parecido a un circuito de juego que no los deja expuestos a la gambetita mágica porque hay movimiento alrededor suyo. El primer tiempo se ve con algún dominio nuestro y un par de veces en que con enganches y pases entre líneas llegamos a zona de área con pelota pisada; una de ellas pudo haber sido gol. Pero no fue.
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El segundo tiempo empezó con buen pie. Angel González se desprendió por derecha y tiró un zapallazo de tres dedos y medio. El arquero de Sarmiento dudó un poco y dejó la pelota picando, y Walter Nicollier pegó un saltito y la hizo entrar. El gol no parece gran cosa pero es importantísimo y no era fácil hacerlo: había que estar ahí, había que desmarcarse, había que decidir rápido hacer exactamente eso.
Fue un gran alivio y además fue merecido. "Ahora sí, empieza esto", piensa Milton, que piensa que los campeonatos empiezan cuando hacemos el primer gol o cuando lo recibimos. El equipo siguió bien parado y Sarmientono tenía muchas ideas. Le quedaba un poco de ganas, pero hacía calor, y les faltaba un poco de nafta. Nosotros también quedabamos un poco pinchados y nos fuimos metiendo atrás. Lo más cerca de la incomodidad que estuvo el albo que un par de tiros libres en los que probaron al arco, producto de foules que no fueron. Y un par de corners boludos. Y nada más.
Ahora, hay que decir que cualquiera te puede ganar un partido, y por eso era bueno cerrarlo. Hicimos cambios para meter gente con aire y más o menos funcionaron. Sandoval tuvo dos contraataques: en uno guapeó y se llevó la pelota y cuando le quedó larga pisó mal y se cayó. En el otro terminó una jugada exquisita, que arranca con Abrigo pasando por atrás de la jugada para tocar y llevarse una marca, tres pases a un toque y definición justa, golazo barcelonseco y colectivo.
Así que nomás, mirá vos, ganamos y estamos en el puesto uno de la tabla. El equipo estuvo bien parado, armadito en todas las líneas, pero esto es largo.
Por ahora, como dice Tío Pumba, llevamos uno de seis.
La semana que viene, en Macachín, blanco contra rojo, vamos por el dos.
Abrazos !
- Milton
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