Ha caído la noche y Papa de Milton pone el CD de Amaral y cantamos todos en el Torino: "No quedan días de verano / para pedirte perdooon ".
Llegamos a la cancha de Shopping Club y hay alegría y mucha gente del albo. Pero Tío Pumba nos cuenta enseguida que su idea es que casi seguro perdemos, porque siempre nos va mal cuando jugamos de noche. Salvo que Belgrano se achanche y arranquemos nosotros muy enchufados, dice.
Pero eso no ocurre. Jugamos muy impreciso atrás y nunca terminábamos de sacarla. Belgrano tuvo corners y centros en escala mayorista que habia comprado en Diarco hasta que nos hicieron un doble cabeza que cerró Ibanbargoitía (bien habilitado, Verón tenía razón) para -por primera vez en el campeonato- arrancar perdiendo un partido.
Ese fue el momento en que Belgrano dominó, y nos hizo un gol. Después nos metió otro (gentileza de Del Río) sin necesidad de dominar mucho, y medio que ahí se nos cerró el partido. Ambas cosas pueden pasar. No nos pelotearon, igual. Nada que nos inquiete pensando a futuro.
Pero, ojo. Quedamos golpeados por otra razón: en el medio de eso hubo algo que fue un partido y que es un problema a ver: no llegamos a armar juego en ningún momento. Estuvimos a veces más tirados atrás y otras nos paramos más adelante pero la primera chance de gol (la del pelota en el palo) la generamos a los 40 del segundo tiempo. Eso sí es un problema del que preocuparse. Y tampoco fue porque Shopping Club estuviera jugando superbien, de hecho lo hicieron muy tranquilos y sin romperse mucho, y con eso les alcanzó.
Claro que no fue una buena noche para nadie de los nuestros pero no podemos depender de eso nomás. Capaz el momento específico que hay que trabajar es el cambio de ritmo, que no quiere decir tirar un bochazo arriba a dividir. A veces el cambio de ritmo es tirar el pase más fácil al compañero más cercano y correr para desmarcarse. Y paciencia, salvo que el rival sea un despelote los espacios no surgen solos, hay que buscarlos.
Antes de irnos Uhaldegaray se hizo el lindo con una gambeta de circo y nos metió un gol mas. Tres a nada perdimos, entonces. Perder con Belgrano era calculable, así que hay que dejar el drama pero no olvidarse que no jugamos bien y que hay que mejorar mucho. Por un lado se terminó la buena rachita que habíamos pegado. A ellos también les va a pasar. La solución no es lamentarlo, sino empezar otra.
La voz de Tío Pumba vira al agudo chillón cuando dice "Si pienso en ti siento que esta vida no es juuusta". Como en la canción, no quedan días de verano.
Nos vemos el oootro domingo en el Mateo donde esto sigue. Partido clave: Mac Donalds.
Diez días para laburarlo.
Comenzando ya.
Abrazos y suerte para todos.
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