11 agosto 2013

En la vida hay que elegir

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Algunas, no muchas, boletas del colorado picadas en papelitos saludan el ingreso del albo. Cuando todo eso pasa Tio Pumba boludea con el Ipad buscando las rutas para llegar a los rivales que nos tocaría enfrentar si le ganamos a Anguil, lo que considera "un trámite", mientras Papá de Milton dice: "este partido va a ser durísimo". Los dos tenían razón.

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Complicadísimo y hermoso partido del primer tiempo. Una montaña rusa. El albo arrancó parado de manos y lo sentó de culo a Anguil en el primer round. Como si el offside se cobrara a lo ancho en vez de a lo largo, la defensa de Anguil se movió mal y dejó libre todo el hemisferio derecho dándole a Abrigo el cachito de tiempo que necesita para parar un centro cruzado y definir desde el pie frente a un arquero que había visto metegol y estaba soldado en la línea de fondo. Van cuatro minutos, el partido es un trámite, dice Tio Pumba, mientras saca fotos con el Ipad. Papá de Milton recuerda: así empezó todo en Anguil: nosotros poniéndonos en ventaja rápido.

Pero Anguil empieza a jugar y se la dan a Román que nos penetra como una faca por derecha. Empiezan a jugar y tocar y quedamos sin mediocampo, porque Chavito se tiraba muy atrás y nadie cortaba las líneas de pase ni intentaba anticipar. Anguilense juega bien y nos empieza a fajar. En una de esas, un pelotazo revoleado va al costadito del área y Urigüen se lleva por delante a Román, con lo que Macchi cobró penal. El penal era dudoso pero cobrable. Hicimos bien en no protestar, porque una cosa es penal y otra cosa es penal y expulsión. Nos lo metieron y a remar de nuevo. Papá de Milton recuerda: así siguió todo en Anguil: nosotros poniéndonos en ventaja rápido y ellos empatándonos de penal al ratito.

Además, ese empate era tóxico porque ya sabíamos que en Doblas Macachín perdía y ese resultado nos dejaba afuera de los cuatro. Antes de eso Román había tenido un mano a mano y tendría otro más. Alanís y Fabri Pérez estaban muy ocupados con el Palomo, y el precio que pagábamos por eso era que había muchos lugares libres para el resto. También estábamos viento en contra y era dificil calcular algunos tiros largos (y la puta madre: cuando nos tocaba a nosotros a favor el viento paró).

Pero del otro lado también estaban flojos de papeles en defensa y Del Río y Abrigo estaban intratables, así que flameaban en cada avance. Pudo haber sido 3 a 1 para cualquiera de los dos, pero estaba por terminar y seguía el empate, hasta que  jugamos un loco aéreo con centro de Wendy, bajada de Del Rio y empujada de Ariel Abrigo para meterles otro piñazo a los 43 del durísimo primer tiempo.

Según dicen los que han visto varios partidos, el mejor tiempo de todos los partidos de este campeonato. Que no es lo mismo que el mejor partido de todos los tiempos.

El problema era que estábamos todavía a tiro de ser borrados con un solo gol de Anguil, que demostró que claramente tenía con qué asustarnos. Pero el partido se nos resolvió solo en una jugada que parece casualidad pero esconde un mérito nuestro. Chavo Saez Dupo encontró un metro de distancia y, como Milton siempre recomienda, pateó al arco. No es necesario que sea gol, pero hay que pegarle. Puede haber un rebote que descoloca, un arquero tapado, o, como pasó acá, que lo que era un tiro terminó siendo un pase a Abraham, que consiguió pararla de casualidad y quedó con pelota dominada frente al arquero que estaba otra vez muy en la línea y totalmente vendido para ser embocado. Estando a tiro de patada, el dos Bonkowski no resistió la tentación de impedirlo. El resto lo saben: ellos se quedaron con uno menos y Wendy metió el penal. Y aún así, Anguil siguió hinchando las pelotas porque dos minutos después un tiro voluntarioso de ellos nos soldó el travesaño.

Pero la ventaja numérica ya pesaba y enseguida quedó claro que había clima de partido liquidado. Wendy al rato tuvo su gol de jugada. Zapatazo larguísimo, Del Río arremete y se lleva las marcas, y la pelota embolsada por el viento los sobra a todos, Wendy siguió la jugada y le quedó para una volea que pica y sube desconcertando al arquero. Moraleja también de esa jugada: tiene sentido ir incluso a pelotas a las que no llegás, porque arrastrás marcas y podés abrir juego para tu compañero. Y tu compañero, Wendy en este caso, tiene que ir también pensando que esa pelota puede picar mal, no quedarse mirando de lejos.

En la vida hay que elegir, y si se puede elegir esas cosas: pegarle al arco, ir a pelear un centro entre dos rivales, ir a una pelota perdida para sacarse la duda de si no es posible encontrarla.

Bueno, fue: cuatro a uno y ahí si, todo vendido, sol pleno, gran alegría nuestra, en la tribuna Tío Pumba se distrae jugando al Candy Crush, en la cancha algún firulete y tiempo para que debutara Martín Benéitez, y para que Lucas Del Río probara pegarle al poste cuando le tocó patear el penal.

Una hermosa tarde para el albo. Abrazos para todos y como siempre, ganemos o perdamos, nuestros respetos a los chicos y a los que están siempre para entrenar y jugar donde y cuando les toque.

Por algo Santa Rosa es el único club de barrio realmente existente, el resto son guarderías y locadores de instalaciones comerciales.

Ha terminado el campeonato y estamos donde más o menos teníamos que estar. Tuvimos rachitas y sólo empezamos a jugar bien al final. Se nos escapó el apertura por poco y nos colgamos en la primera mitad del clausura. Pero reaccionamos a tiempo (acuérdense Milton insistía con eso desde que escribimos lo de "recalculando") para entrar en el repechaje al Provincial y terminar con un buen sabor de boca.

Felicitamos también a Doblas, una dinastía como la de los Spurs, que tal vez vuelvan a jugar una vez más con nosotros. Macachín se merece lo que le pasó por haber rifado el final del campeonato, y Anguil se merece lo que le pasó por habernos ganado cuando no tenía que ganarnos, y haber perdido cuando tenía que ganar, consuélense que de última podrán decir que le ganaron en su casa a los dos grandes de la ciudad lo que no es poco.

Nos vamos contentos. Ya desde junio los días se van a hacer más largos y vamos a dejar de traer camperas y bufandas a la cancha. ¿Jugamos el Provincial o no lo jugamos? Tenemos a nuestro favor la ventaja deportiva y el hecho de que el repechaje nos agarra en un buen momento. Son como saben dos partidos, y el primero de ellos se juega en General Campos. "Es pasando Macachín", dice Tío Pumba luego de mirar el mapa, y calcula cuánto nos costaría llegar ahí en el Torino Azul si cargamos nafta con el descuento de la Caldén mañana. Más vale, tenemos que ir.

Abrazos.

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