06 septiembre 2010

Capítulo 21: "La hora de la verdad"

Una hora antes para el Torino Azul frente a casa. Pasa a buscarnos Tío Pumba, que para mantener la cábala del primer partido (Capítulo 1, 28 de febrero, "como lo ves, nada cambió", ¿se acuerdan?), va a ir a la cancha con traje y corbata de casamiento. Le preguntamos a Abuelo de Milton si quiere ir, o no. Abuelo de Milton pregunta con quién jugamos. Con All Boys, le decimos. Ah no, pero le van a ganar muy fácil, dice. Jodido era contra Abramo.

Nos juntamos entonces Papá de Milton, Milton y Tío Pumba, y hacemos un ritual, abrazados, decimos: haber llegado acá ya es un logro, es el lugar donde teníamos que estar, y pase lo que pase hoy nos vamos a ir muy contentos.

Mientras tanto, Tía Irina y Mamá de Milton preguntan quién es el capitán. Luego buscan el celu de Pablo Alanís y le mandan un mensaje para amenazarlo: "Más vale que ganen, porque si no los tenemos que aguantar a estos pelotudos deprimidos toda la semana".


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A pesar del pronóstico de Abuelo de Milton, la primera mitad del primer tiempo nos pasearon un poquito. Ayer, acordánonos del asunto, Papá de Milton le decía a Milton que no fue para tanto. Eran marcas que se perdían por medio metro, no dos tipos que quedaban solos frente al arquero. Y marcas que se perdían con el defensor siempre quedando del lado de adentro, con lo que el tipo que agarraba la pelota tenía cerrada la línea de pase al medio. Bueno, ahí Papá de Milton hace un dibujo para demostrarme que sí, nos pudimos comer perfectamente algún gol en esa parte, pero que no era una calamidad como la del primer tiempo en Abramo donde todo el tiempo nos llegaba uno al área con pelota dominada.

En la segunda mitad del primer tiempo Santa Rosa demostró que yendo para adelante era otra historia, tenía alguna rotación y todos querían jugar, no sacarse la pelota de encima.

Muy bien Susvielles aguantando y saliendo, pero sobre todo, impresionante Abrigo, tremendo hincha pelotas para joder desde la salida y después muy enchufado para abrirse juego. Hubo un goúuu cuando Lucas Francia hizo una chilena de capoeira con la que casi se desnuca pero Bartel la tapó bien. Eso, y un tiro de Ariel por encima del travesaño.

Al final, All Boys consiguió su misión y se fue a los vestuarios siendo casi campeón.

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Una forma corta de explicar lo que sigue es la siguiente: All Boys no se presentó a jugar el segundo tiempo.

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Cuando íbamos para la cancha, nos acordábamos de todos los neutrales que nos habían dicho en la semana que All Boys nos cagaba, ganando o empatando. Milton creía que esos pronósticos no tenían en cuenta varias cosas técnicas, pero sobre todo anímicas y de historia, que explican la superioridad de este plantel sobre su rival: nivel de identificación jugadores - camiseta, compromiso equipo - técnico, cohesión de grupo y hambre de campeonatos.

Dos cosas muy importantes parecían malas y terminaron siendo buenas.

Primera, Santa Rosa, al venir de atrás, no tenía otra que ganar, no se podía confundir especulando. Mientras que All Boys, inconscientemente, y algo de eso se dijo en el vestuario auriazul, cuando vio que no podía meterla enseguida pensó que podía laburarlo desde el empate, ("que lo ganen ellos"), apostó a esperar que Santa Rosa se desespere, y en ese momento empezó a perderlo en la cabeza porque se achanchó.

La otra también es una desgracia con suerte. Desde que llegó Sauro All Boys tuvo la mala suerte de resolver muy fácil todos los partidos. Fue un paseíto al trote, con mucho de amistoso, sin nudos en la garganta ni tener que remar en partidos intensos.

En cambio, Santa Rosa llegó sufriendo. Mucho. No pudiéndole ganar a Abramo acá, empatando en Doblas después de errar dos penales, ganándole con angustia a Abramo allá después de ir perdiendo dos veces. Pero lo bueno de eso es que el equipo llega al clásico con la cabeza acostumbrada a partidos duros, lo que lo ayudó a no desesperarse cuando las cosas le salían mal.

Al revés, All Boys se desenfocó demasiado después de recibir el primer gol y se abrumó cuando le metieron el segundo. No se dio cuenta que con un solo gol que nos metiera, de cualquier modo, nos hubiera puesto en serios problemas.

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Durante todo el primer tiempo Abrigo probó diez centros en distintas distancias, hasta que a los tres minutos del segundo tiempo encuentra, en el rebote de un corner que el mísmo había pateado,

la medida del centro perfecto.

La pelota, en el aire, piensa: ¿Calle o Pepe?

Y es Pepe, jugador de discreto primer tiempo, que encima casi es cambiado por un golpe feo a los 40, el que la mete a los 3. Ese gol nos pareció igualito al mismo que hizo Pepe en Abramo. Sauro no estudió los videos (?).

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Santa Rosa empezó a tomar muy bien las marcas. Guerra, Lucero y Baldissoni quedaron desconectados de la línea telefónica, se mandaban SMS para ver dónde estaban. All Boys intentó por el lado derecho pero avanzando a los tumbos. Y no tenía respuesta desde el banco.

Pero el partido estaba tenso. Si no hacíamos un gol, si lo dejábamos vivir, nos iba a pasar lo de la primera rueda en el Mateo. Tío Pumba decía: si esto queda uno a cero, yo faltando cinco minutos me voy, no quiero ver el final.

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A las cinco y cuarenta y dos de la tarde, vemos a Ariel Abrigo corriendo una pelota perdida cerca de Lucas Francia. No llega, llega tarde, pero por poquito. Se cae, se levanta, mira dónde sigue el juego, ve que Lucas al final recupera la pelota mil de la tarde y pasamos la mitad de la cancha, Ariel abre los ojos y va otra vez para adelante como si recién saliera del túnel.

A las cinco y cuarenta y tres de la tarde, esa jugada ha pasado por Coqui y está por terminarse, pero Gabriel Sayago sale corriendo al corazón del área, a buscar una pelota a la que sabe que no va a llegar.

Pero la pellizca, queda viva. Bartel y Vasallo lo apuran, pero se frenan un poco porque le tienen miedo al penal, luego lo cierran, pero ya es tarde, Gaby ha sacado la pelota para el costado.

Ahí justo ha llegado Ariel Abrigo, tiene un par de tipos adelante, pero no se abatata, le pega al arco y va justita, pega en el costado de la red, ahí fue capaz el gol del campeonato.

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Lo más peligroso que generó All Boys en el segundo tiempo fue un tiro al pecho del Mono que lo atajó sin dar rebote, y un cabezazo que pasó cerquísima cuando iban siete minutos de los ocho que adicionó Sánchez.

A las seis de la tarde, Toto Cuevas lo llama a Flecha Leones a ver si quería que les diera una charla motivadora, pero parece que no lo atendieron.

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Al final, All Boys, vos sos más fácil que Abramo.

Abrazos.

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Milton, cautivado y emocionado por el espectáculo de la hinchada, no se pone contento con líos pelotudos. No nos vamos a pelear por banderas, parecemos nenes que se roban la sorpresa del cumpleaños. No usemos al club como pretexto para hacernos los guachos, el club es mucho más que eso y ustedes lo saben, porque existió sin ustedes y va a existir cuando todos nosotros no estemos acá.

Esto es fútbol, no quién corre a quién, una gilada porteña que te meten por la tele para hacerse ver, y que sos muy bobo si te la creés.

Miren qué joda si no se podía terminar el partido, cómo la hubiéramos cagado.

Es todo lo que diremos al respecto.

Por otro lado, otra vez: a Milton le emociona haber estado ahí, ganarle en su cancha donde pensaban dar la vuelta. Nos vamos a acordar por mucho tiempo de esto.

Muchos de ellos han pasado por mil batallas y cien derrotas: Pablo, Mario, Fabricio. Hoy los que estuvimos con ellos toda la década vemos cómo Santa Rosa se queda con el partido más importante que va a jugar toda esta generación de jugadores.

Anoten la fecha: 5 de septiembre. Copien y peguen la ficha del partido que ponemos abajo.

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All Boys 0 – Santa Rosa 2

El albo formó con Bruno Michelena, Fabricio Pérez, Pablo Alanís, Diego Calvente y Mario Ibanbargoitía; Eliazer Días, Lucas Francia y Gabriel Sayago; Gastón Lezcano, Coqui Susvielles y Ariel Abrigo. En el ST ingresaron Mauricio Rambur, Néstor Pacheco y Ángel González. Los goles los hicieron Pepe Díaz a los 3 ST y Ariel Abrigo a los 30 ST. El partido se jugó en el Estadio "El Soretódromo" de la Avenida Spinetto, cuyo piso va a estar bien en seis o siete meses, pero que ayer era un espanto y, posta, seguía teniendo olor a abono. Javier Sánchez lo arbitró sin que le pudiéramos contarle ni un solo error. La temperatura era de 23 grados. Allí había 911 hinchas del local y 896 hinchas de Santa Rosa.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

esta muy bueno el blog, sigan asi!
deje un comentario en la parte esa de comentarios pero no e tenido respuesta
tenes una gran idea esa de la cancha de basket, esta muy buena i aumentaria los ingresos del club si se llebara a cabo como se deve!
saludos i el domingo todos al mateo

kevin dijo...

milton esta muy bueno todo te felicito pero te digo algo cn respeto a lo de la bandera yo soy parte de la banda si? y bue nosotros hacemos eso y lo vamos a seguir haciendo pero fijate bien quien nos tiro piedras primero y nosotros no respondimos igual todo bien es algo q ya esta la bandera es un recuerdo q no se lo vamos a dar nunca mas ;)

Milton dijo...

Yo no me haría tanto problema por una bandera que no es nuestra. Pienso como dije arriba de que el chiste de "te robo las banderas" es un entretenimiento que inventaron en la tele para ponerse a pelear con alguien.

Tenemos muchos amigos de All Boys, pensá si vos no. Papá de Milton antes de casarse con Mamá de Milton salía con una chica de All Boys y con otra de Belgrano.

Vamos al rubro jugadores: Bartel es chico del club nuestro y ataja ahí. Marcelo Costantino es chico de All Boys y fue jugador clave en el ascenso nuestro y este año tb. Eliazer jugó ahí. ¡Pablo Alanís jugó ahí! ¡Marito Montigni jugó ahí! ¿Quienes más albos que ellos dos? Quiru vuelve a All Boys xq el pase era de ellos, nos lo cedieron para el mayor. No son nuestros enemigos, aunque algunos tiren piedras, como que se yo, también les hemos tirado piedras nosotros a otra gente, es algo que te puede pasar un poco cuando te calentás. Ahora hay que tener la cabeza fresca, porque si no te tiro piedras, te rayo el auto, te hago algo peor, en fin, terminamos haciéndonos un lío grande que es un plomo. Si nos enroscamos con eso vamos a terminar pegándole a alguien nada más porque se puso la camiseta de All Boys, Belgrano, lo que sea, aunque sea un pibe de 5 añitos.

Abrazos.

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