14 junio 2009

Capítulo 12: "You'd be like heaven to touch"

Tío Pumba ha ido ayer a la ópera, junto con su novia Irina. Milton se queda en casa viendo Disney Channel, pero sus papás también fueron al teatro. A la vuelta, Papá de Milton cuenta que en la charla que tuvieron en el entreacto Tío Pumba sacó su libreta del bolsillo del esmóquin y le contó datos. No te pienses que mañana es fácil. Primero, el cero cinco de Ataliva fue engañoso, en el primer tiempo no merecimos ganar y la goleada vino después, medio de casualidad. Segundo, fijate bien que Pampero desde esa vez no perdió nunca más con nadie. Y mirá: nunca, nunca, perdió de visitante. Papá de Milton vuelve muy contento, ha aplaudido mucho al tenor que hacía de sobrino de Don Pasquale y que se parecía a Oscarcito Bravo, pero cuando vamos al Mateo tiene las palabras de Tío Pumba en la cabeza y dice que la cosa por ahí no es tan fácil.







Santa Rosa 2 - Pampero 1



El partido se jugó en el Estadio "Mateo Calderón" de Santa Rosa. Asistencia: 198 espectadores de Santa Rosa, 68 espectadores de Ataliva Roca, 6 espectadores neutrales en la vieja platea de enfrente. La temperatura era de 14º C y el clima estaba nublado, sin viento. Santa Rosa jugó con camiseta blanca de manga corta y pantalones blancos. Pampero de Ataliva juega con camiseta blanca y roja, pecho blanco, lomo rojo. El árbitro juega con clásica camiseta negra. En la reserva, Santa Rosa da vuelta un 2 a 0 adverso y lo gana 3 a 2; el preliminar termina con una pequeña gresca.

Al mismo tiempo, en el predio de la Ruta 5 Unión de Acha le ganaba a Unión de Amistad, 1 a 0. Veinticuatro horas después: en Uriburu, el local derrotará a Anguilense y se lleva el clásico de pueblos,, 2 a 1; en Acha, Campos le ganará 1 a 0 a Sarmiento y decreta que esto se define en un mano a mano contra el albo.

A medida que estamos cerca del objetivo importante, el ascenso, nada nos importa. No existe tenis, ni Libertadores, ni TC. Sólo hay algo que nos interesa lejanamente, y que es lo más parecido que se puede encontrar a un superclásico. No es eso que terminó en empate el domingo, sino lo otro, eso que perdimos el sábado. No diremos mucho más al respecto.

El albo formó con Michelena; Epinal, Constantino, Fernando Gonzalez, Ibanbargoitía; Montigni, Alanís, Agüero y Sayago; Susvielles y Andrágñez.

Lo arbitró Mariano Medina, bien.


***

Cuando el equipo ingresa en pleno al Mateo, con Mateo por supuesto, vemos que Pablo Alanís lleva una bandera. Es una grande y preciosa bandera, que dice "Fuerza Fermín - Los amigos del club". Se sacan la foto con ella. Fermín es el hijo de Torres, el PF del equipo, que ha sido operado.

Una vez que el árbitro dio el pitazo inicial, el albo completa su precalentamiento en la cancha durante diez minutos. Recién entonces Montigni toma la pelota cerca de ña línea de fondo y gambetea a dos, cuando encara al arco se la tocan y es corner. Patea al segundo palo, cabecea Ibanbargoitía, es gol.

A partir de ahí Santa Rosa va a jugar bien durante veinte minutos. Pero en el medio de eso, hay un pelotazo dirigido al número nueve, todavía fuera del área. En la delantera de Pampero juegan el gordo y el flaco. Como en el señor de los anillos, los dos Torres. Empezamos por Diego: con 1,95 de altura, el nueve de Ataliva es el jugador más alto de la B. Ibanbargoitía lo camisetea un poquito y le cobran foul. Entonces es el momento estelar del Panza Torres, el gordo Walter (qué casualidad: el otro gordo Walter). Raro jugador, tremendo: muy, muy culón (la frase de la tribuna fue: "lindo culo para hacer contrabando de supositorios"). Panzón, por supuesto. Petiso. Y habilísimo, rápido, siempre bien ubicado. Y tío de Fermín, además. Medina arma la barrera guardando la distancia y es obvio que le va a pegar el panza Torres. Mientras contenemos la respiración, el tipo va y le pega, la pelota se desvía en la barrera y Michelena no puede atajarla. Te ganaste los ravioles gordo, escupí el fitito gordo, todo muy gracioso lo que oímos, pero el partido está empatado.

Hay bronquita y Santa Rosa retoma el control. En una de esas, a los 27 minutos, se pelea a muerte una pelota, Gaby Sayago se cruza a la derecha, gambetea, tira un lindo centro, Susvielles quiere cabecear y se va ancha, y entonces aparece Jesús Andrágñez antes de que se vaya y desde un ángulo imposible la cruza e infla la red. Visto de la platea, parece un gol hecho desde atrás del arco.

Cuando todo parecía liso, hay un problema: Pablo Alanís traba fuertísimo una pelota, nos duelen los dientes al oír el choque. Enseguida se hace atender, le ponen espráy, pero no puede pisar, no puede correr, no puede seguir. Diagnóstico de papá de Milton: esguince de rodilla, mínimo quince días hasta volver a entrenar, mínimo tres semanas afuera del equipo titular. El gran capitán, el cinco alternativo se va sustituido, Epinal toma improvisadamente su lugar, entra de cuatro Chiche Guiñazú a marcar al Panza Torres, a bailar con el más feo. Todo un macanón, en fin. Mientras Santa Rosa trata de reacomodarse el primer tiempo se va sin grandes novedades.

O no tanto, porque de camino al vestuario el Panza Torres va y se da el gusto de putear un rato al referí. Intentará volver en el segundo tiempo, sólo para que le hagan notar que fue expulsado en el descanso. Con ayuda de la policía se lo llevan afuera y el partido se reanudará diez contra once. No deja de ser, para nosotros, un alivio.

La ventaja numérica, razonamos, se transformará enseguida, por decantación, en más goles a favor nuestro.

Pero nada de eso ocurre. Diez contra once todo sigue igual, el albo sin ideas. Lo único que cambia es otra expulsión en Pampero, por doble amarilla: por protestar y por reingresar al campo sin permiso. Desde los diez minutos quedamos con dos jugadores más, y el pescado sin vender. El equipo aparece nublado: cuando la tienen que llevar, la pasan a un compañero marcado; cuando la tienen que pasar, la trasladan y desaprovechan los claros abiertos. Con el albo entre relajado y confundido, Pampero se agranda y quiere hacer lo que San Lorenzo le hizo a River el año pasado en la libertadores.

Hay impaciencia y frustración en la hinchada de Santa Rosa, que se había preparado para ver un gol cada diez minutos. En lugar de eso vemos que, de vez en cuando, hay una falta nuestra en tres cuartos de cancha, que de ahí salen centros, y que en la pelota parada no importa tanto la ventaja numérica, porque suben todos a cabecear. Y tienen todavía al jugador más alto del campeonato, no olvidemos. Que nadie haga foul, grita papá de Milton, mirá si nos cobran penal. Por ahora no hay foul, no hay cabezazo rival, el Mono sale seguro y atenaza pelotas sencillas. Pero el goteo sigue, y si nos meten un gol, cada vez nos quedará menos tiempo para volver a ganarlo. Qué necesidad de sufrir tanto. En fin, ahora se ve que Tío Pumba un poco de razón tenía en estar preocupado.

Y miren si se sufre. Minuto 43, Gaby Sayago recibe un pase larguísimo, queda solo, lo deja sentado al arquero, y antes de que le pegue al arco lo tacklea Rambur, que se va expulsado. Gaby Sayago va a patear el penal y parece que, por fin, hará su primer gol en el campeonato. Y no: lo patea como Sabino en Anguil, y se lo atajan como a Sabino en Anguil. La hinchada de Ataliva delira. Insólitamente, va a haber otro centro más de Pampero, para poner una pelota de peligro jugando once contra ocho, pero el número tres tiene la delicadeza de patearlo errándole al área grande.

Sin un Bergessio en cancha, sin gallineadas de su rival, Pampero no puede hacer hazañas, aunque ha sido un digno rival. El partido termina y el albo llega a 29 puntos. Miremos el bosque y no el árbol: 29 puntos de 33 posibles, tremenda campaña. Papá de Milton razona que para ganar un campeonato, siempre se va a tener que ganar algún partido jugando mal, que si es así este era el partido ideal para hacerlo. Tío Pumba dice que hay que tener la cabeza fría y muestra su libretita con el pinpón: número de llegadas de Santa Rosa 5, número de llegadas de Pampero 0, el gol fue un accidente y no lo podés contar como llegada. El triunfo fue merecido, y tal vez sea mejor ahorrar recursos para partidos más chivos.

Como el que viene, por ejemplo, que es LA CASI FINAL DEL CAMPEONATO. Santa Rosa vs. Campos, segunda edición, la oportunidad de quedar supercortados del segundo en caso de ganar, la obligación, o-bli-ga-ción, de demostrar que no sólo vamos a ascender sino que además merecemos hacerlo y para eso tenemos que ganarle con total claridad al único equipo de la B que llegó a pelotearnos este año. Milton se pregunta si no es necesario aprovechar este momento para armar un video motivacional, como el de Pep Guardiola, como el de Caruso Lombardi.

Con el campeonato en situación match point a favor nuestro, según la libreta del Tío Pumba, necesitamos como mínimo 314 personas del albo en cancha para merecernos el ascenso, así que el que falta es un traidor.

Abrazos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

son muuuuuuuuuuy largas las reseñas

Milton dijo...

Amigo, no son reseñas, son capítulos de una novela, al final del campeonato las juntamos todas y hacemos un libro de 300 páginas.

Anónimo dijo...

ey anonimo si no te gusta te podes ir a otro blog.a nosotros los hinchas de santa rosa nos gusta asi.vamos el albo el domingo la puta madre

Anónimo dijo...

Dudo que lleven gente.

Si en el argentino contra belgrano eran seis me imagino en un torneo de la b

gonzalo dijo...

el sabado a la cancha vuelvo a llevar las banderas, los esperamos a todos abrazo grande!

gonza

Anónimo dijo...

SI BELGRANO PORQUE VOS LLEVAS 5000 O 6000 PERSONAS TODOS LOS DOMINGOS.EN ESTE ARGENTINO CUANTOS LLEVASTES?AH CIERTO NO ENTRASTES JAJA NOSOTROS EL AÑO QUE VIENE SI PUTO TE QUERES MATAR

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