07 junio 2009

Capítulo 11: "Can´t take my eyes off you"

Cuando llegamos al Fortín de Villa Elisa, luego de pagarle al señor muy amable que nos vende las entradas, Tío Pumba huele la tierra, entrecierra los ojos, y dice: "esta cancha está llena de recuerdos, recuerdos que se perderán como lágrimas entre la lluvia". Es evidente que Tío Pumba está nervioso.


Sarmiento 1 - Santa Rosa 2





El partido se jugó en "El Fortín de Villa Elisa". Asistencia: 124 espectadores de Sarmiento, 183 espectadores de Santa Rosa. La temperatura era de 16º C y el clima estaba soleado. El viento es moderado y cruzado, medio en contra del albo en el PT y algo a favor en el ST. En primera, Santa Rosa jugó con camiseta blanca y pantalones blancos. Sarmiento juega con camiseta azul oscuro y pantalones del mismo color. Gómez y sus asistentes juegan con camiseta negra y pantalones negros.

El día anterior, la selección argentina le gana dando pena a Colombia. Pensamos varias cosas mientras vemos el partido. Que si hubieran puesto a, ponele, Fernando González, no podía jugar peor que lo que jugó Cata Díaz, aunque lo salvó el gol. Que si hubiera estado el Gaby con la albiceleste, no podría haber jugado peor que lo que jugó Tévez. Que obviamente Andrágñez hubiera hecho algo más que el Kun Agüero. Y así sucesivamente.

Un poco antes, en París Francia, el mejor jugador de todos los tiempos gana el único gran campeonato que no había ganado. Y el mismo día, se define el campeonato de fútbol de clubes más competitivo del mundo: no es la Liga BBVA, no es la Copa Libertadores, no es esa de Japón, es el Nacional B que gana Atlético Tucumán.

Y en la B cultural se da la lógica. Ganan los dos equipos de Acha: Campos muestra carácter en Anguil y suma una victoria cómoda, 3 x 1; Unión despacha a Uriburu 3 x 0. En Toay, empatan en cero Guardia y Unión y Amistad. El hecho notable es que, después de intentarlo cuatro veces, finalmente le meten un gol de penal al arquero de Anguil.

El albo formó con Michelena; Agüero, Constantino, Fernando Gonzalez, Ibanbargoitía; Montigni, Maidana, Alanís y Sayago; Susvielles y Andrágñez.

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Tío Pumba mira su libreta y nos explica de qué se acuerda. Hace dos años y moneda, el 2 de junio de 2007, el perro Barreto (DT de Santa Rosa) y el Chino Alanís (2 de Santa Rosa) casi se agarraban a piñas en el círculo central de esta cancha. Hoy, Barreto sigue teniendo el buzo de DT, pero de Sarmiento. Hoy, Alanís sigue teniendo la banda de capitán y el 2 del albo en la espalda, pero (hoy) juega de 5.

Esa tarde Santa Rosa llegaba como puntero del campeonato al cabo de la primera rueda, y enfrentaba ahí al segundo, Villa Germinal. Santa Rosa empieza jugando bien con tiqui tiqui y fácil, mete un gol Benvenutto y otro el Gaby Sayago. Después el equipo se descalabra y se viene la noche: Germinal nos mete cuatro humillantes goles en quince minutos, uno de ellos es en contra de Pablo Alanís. En el entretiempo el equipo no vuelve al vestuario, hay charla técnica en la mitad de la cancha. Barreto, entonces técnico de Santa Rosa, lo saca a Alanís del equipo y cuando se entera Alanís lo quiere matar, lo tienen que agarrar entre cuatro. Ese partido era delicadísimo, una final anticipada. Con mucho laburo Santa Rosa mete un gol más (otra vez Gaby) y se pone a tiro, hasta que en el último minuto cobran penal, penal a favor nuestro. Lo va a patear el zurdo Benvenutto y le pega un metro arriba. El partido termina 4 a 3 y Germinal de ahí en más gana todo lo que juega, Germinal ganaba el ascenso 2007 y nosotros nos queríamos matar.

Y Papá de Milton recuerda luego el último partido Santa Rosa Sarmiento que se jugó en este estadio. Partido raro, fue un poco después, 9 de Septiembre de 2007. Atajaba el Mono Michelena, tal vez fue su primer partido de titular. A los 9 minutos, es amonestado por tocar la pelota con la mano fuera del área al tratar de evitar un córner. Hay tiro libre, pasa el peligro, el mono sigue protestando. Ahí el árbitro se acerca para retarlo y se da cuenta de que el mono tiene bijouterie, arito. Le pone la segunda amarilla y nos quedamos con uno menos, y con la expulsión más boluda de la década. En lo que siguió del partido Sarmiento nos cagó a pelotazos pero nos hizo un solo gol, y en el último minuto hubo corner, cabeceó Juan Abaca y empatamos. El técnico todavía era Barreto, que se iba a ir de Santa Rosa dos o tres partidos más tarde. Ese campeonato iba a terminar con Santa Rosa llegando a la final de la Copa Presidentes, y perdiéndola con Guardavidas.

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Hoy se nota que los ánimos están caldeados en la Villa. El partido viene caliente del preliminar, tiran las bombas de estruendo que a Bush le sobraron de Irak, y cuelgan una bandera en la que piden la cabeza de Barreto: "ANDATE PERRO A LLEVATE A LOS PERRITOS", dice. Hay pólvora en el ambiente, y no es metáfora.

El partido empieza con Santa Rosa jugando mejor, como si siguiera el partido de la primera rueda y se hubiera mudado de cancha. Milton constata el cambio de la semana, desde hace tiempo venía insistiendo en el proyecto delirante de ponerlo a Gaby Sayago de tres y Condorito hace la segunda cosa más parecida a eso, lo pone a Sabino Agüero de cuatro.

Justo cuando Papá de Milton se lleva un chicle a la boca, una corazonada de Andrágñez lo lleva a picar al claro hacia el área. Gaby Sayago lo ve y le tira un centro que Jesús peina anticipando al arquero y la pelota se va tranquila al fondo del arco. Así, Andrágñez, que jugaba de local en esa cancha el año pasado, cumple con la ley del ex y anota contra su anterior equipo.

Sarmiento luce sorprendido, no desordenado pero limitado, sólo genera una montonera angustiante al frente del arco nuestro. Santa Rosa trata de abrir juego aunque no enhebra la última puntada. El primer tiempo se va con nosotros arriba, uno a cero. Al comenzar el segundo tiempo, Papá de Milton tira el chicle, ya no tiene gusto.

Y ahí Sarmiento empieza algo mejor. Se está jugando su última chance de meterse en el campeonato y va con los dientes apretados. Ponen y juegan todos, prueban por los costados, patean al arco, nosotros quedamos a la defensiva. En una de esas, a los 10 o 15 minutos, un desborde por nuestra derecha encuentra un tipo (Diocca) que viene cruzando de frente, le pega antes que pique y nos infla la red para empatar.

Las cosas se ponen mal y Sarmiento sigue viniendose, porque olió sangre. En este momento pasan dos cosas que, tal vez, cambian de nuevo el trámite del partido. Condorito lo saca a Montigni por un defensor, Sabino sube para reforzar el medio, se terminaron los inventos. Los hinchas del albo no aprueban el cambio, pero nosotros sí: nos faltaba marca y roce y había que estabilizar, toda esa zoña era pérdida. Por otro lado, Papá de Milton corre a buscar el chicle bubalú que había tirado, lo lava con agüita y se lo lleva a la boca de vuelta, es cábala el chicle dice.

El partido se hace parejo y hasta nosotros hacemos un gol, una linda jugada, con remate fuerte de Jesús, arquero que da rebote y Susvielles que completa. Pero el línea puto dice que Susvielles estaba adelantado y el juez puto anula, y la verdad es que nos parece que no, pero bueno. Después nos cobran varios offsides, y Tío Pumba dice: para hacer gol lo único que podemos hacer es de corner o gambeteando, porque cada vez que tiren un pase a un delantero el línea de aquel lado nos va a levantar la bandera.

Así las cosas, miramos el reloj casio y vemos que ha pasado la línea de no retorno, los 30 minutos del segundo tiempo, esa zona en que si alguno hace un gol se sabe que casi seguro no hay margen de empate. Hemos visto tantos fantasmas que la verdad tenemos miedo.

A las cinco y cinco, hay un pelotazo largo que manda un central nuestro, la pelota pasa limpita la línea de medios y ya vemos a Coqui Susvielles picando y baja la pelota suavemente con la rodilla y la domina a la carrera. Y ya va Jesús con un pique fuerte primero y contenido después, para darse lugar, ya Coqui gira sin perder tiempo y pone el pase dos metros adelante de donde está Jesús. Y en el tiempo que tarda la pelota en llegar, Jesús da dos pasos y le pega bajo como viene, en la boca del área, antes de que el arquero tenga tiempo de achicar.

Nunca sabremos si hay un gol del campeonato, pero éste se festeja como si lo fuera, van todos a abrazarlo a Jesús y a Coqui, menos Constantino y el Mono que quedan viéndolo de lejos. El fotógrafo de la web retrata la escena en una muy linda foto que vemos ahora en casr.com.ar y que ya mismo le damos a Tío Pumba para que redibuje con crayones y tinta china y la suba a nuestro blog.

El alivio sigue un ratito después cuando Sarmiento se queda con diez, luego de una murra de la que es víctima Coqui Susvielles.

Hay rechazos nuestros y devoluciones de ellos, nosotros tenemos gente ya cansada pero Sarmiento acusa el golpe y pega empujones y cachetadas, no trompadas directas. Pablo Alanís, dos años después, se toma revancha de esta cancha y se retira ovacionado a las cinco y cuarto. Le quedan seis minutos al partido y no paramos de sufrir, pero el Mono se muestra seguro y todo funciona como un relojito atrás, Sarmiento sin gol, sin Fiol, se queda sin desborde, sin tiro de media distancia, y sólo tiene el centro como arma. Nosotros estamos bien, pero tensos, por las dudas Papá de Milton no va a tirar de nuevo el chicle aunque ya le duele un poco la mandíbula.

Y así fue cómo al final ganamos, y guardamos el chicle esta vez en un papelito, por las dudas. Ya nos vamos convenciendo que los fantasmas no existen. Nosotros razonamos que este campeonato lo podemos ver como el envoltorio de un triangular que se juega en los turnos de fechas 2, 3 y 4 de cada rueda. En la fecha 2, Sarmiento con Santa Rosa; en la 3, Campos con Sarmiento; en la 4, Santa Rosa con Campos. Ganamos, aquí, la primera fecha del triangular, y consolidamos la ventaja de cinco puntos con el segundo. Quedan dos fechas más, dos partidos que son claves antes de las elecciones. Seguimos ahí. Abrazos.

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