13 mayo 2013

Bailar en la frontera

Entrando al Mateo, Abuelo de Milton se sorprende por los nuevos carteles que encuentra en el Mateo Calderón. Pregunta por la publicidad de Jorge Alberto Cardelli y la de Danlow Sports. ¿Las sacaron? Después pregunta si ataja Provoste. No, le decimos. ¿Y Alanís juega? Sí, ese sí.

Y Abuelo de Milton, y Papá de Milton, y por supuesto también Milton, sí se acuerdan de otro Santa Rosa - Campos en el Mateo. El de los disturbios, el que nos descontaron injustamente los puntos, ese que terminó un ratito después que el gol de un preadolescente Coqui Susvielles nos habia dejado 3 a 1, en el cameponato en el que el Albo terminó saliendo del infierno de la B.

21 de junio, tres y media de la tarde. Cómo olvidarlo.



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A ver, a veces las cosas parecen fáciles pero no lo son.  Por empezar, no era tan fácil distinguir a los nuestros, como bien lo hacía notar el Lcdo. Bertolé en la transmi de la 104.1. Con camisetas negras jugaban los jugadores de Santa Rosa, los líneas y el arquero de Campos. Y con buceli verde el árbitro y nuestro arquero. Complicado el asunto.

Pero estaba el partido que tal como lo recordamos se fue resolviendo más o menos solo. Los dos goles primeros fueron parecidos siguiendo una carambola a tres bandas: pelotazo largo, Coqui baja y tira pase al vacío punzante para Wendy, Wendy factura cara a cara con el arquero. Parecían las jugadas que hacía Milton en el Fifa 2000, al que también los pibes le copiaban el festejo como demuestra esta grossa fotis.



Invocando a la lluvia



Santa Rosa ni siquiera tenía que meter mucho las manos en el barro de la mitad de la cancha. Y los defensores de Acha venían siempre un pique atrás de la jugada. Había algo de electricidad por el medio con el pibe que jugaba de diez, alguna cosita, pero nada más. Después Benvenuto devolvió gentilezas habilitando a Coqui y ya estábamos tres a cero, casi sin despeinarnos.

Entonces empezamos a jugar el otro partido, donde hubo gol de nuestro gran amigo César Viñas que dejaba a Belgrano corriendo de atrás a Guardia del Monte. Algún día Belgrano se iba a poner nervioso, es difícil allá con el Cacique. Viva Toay.

En el segundo tiempo Santa Rosa siguió jugando medio de memoria. Tal como vino la mano el resultado es bueno, porque era necesario golear para meter más diferencia de gol. Pudimos hacer varios goles más, Ariel Abrigo mereció el suyo, Tapita García tal vez lo tuvo. Pero nos conformamos con cinco de ventaja, quien no. Después del inexorable empate de Nani Muñoz en Belgrano, Wendy hizo dos más, uno comunacho y otro Messiánico, donde ve al arquero mal parado en situación centro y se la tira de embocadilla despacio, o capaz que tiraba centro nomás. Aplauso, medalla y pelota de triplete para Wendy. 

Y entonces, viajamos con la mente a Toay. Ustedes saben lo que pasó, así que omitmos contarlo y sólo analizamos. Belgrano "tuvo" el campeonato cuando quedó ganando en el Mateo faltando siete minutos. Lo volvió a tener ayer, con el penal que Nani Muñoz pateó dos veces, desde el punto y en el rebote, y que el grosso de Ramírez atajó. Y lo tuvo otra vez más cuando Heber Casanova metió el dos a uno y sólo tenían que aguantar tres minutos para igualarnos en la punta. Y vino Viñas, les cabeceó otra vez una pelota y Guardia (el jugador y el equipo) se las empujó haciéndosela caber. 

O sea: todas estas tres o cuatro veces Belgrano lo tuvo y no lo aguantó. ¿Les pasó el tren? No lo sabemos. El Domingo que viene lo vuelve a tener, en su cancha, contra Macachín que es el tercero que anda molestando. 

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Cuando llegamos a casa, Tío Pumba nos manda un mail con una planilla de Excel. 

Papá de Milton la recibe, anota con lápiz al costado, y explica entonces.

A nosotros nos sirve un empate o un triunfo de Macachín: como nuestra diferencia de gol es bastante mejor, cualquiera de esas dos cosas que pase nos deja en la última fecha dependiendo de nosotros mismos, y campeones seguros si le ganamos a Anguil (ahí cerramos la rueda dentro de dos semanas). 

Si ganara Belgrano, nos iguala y tiene tres más que nosotros en diferencia de gol. En la última fecha ellos juegan con Penales de visitante. Tendríamos que ganar nosotros en Anguil y esperar que Penales haga lo suyo (lo mismo que hizo Guardia), o que Belgrano deje pasar otra vez el tren. 

La última fecha de Macachín, a todo esto, es el superclásico del sur, el que juegan con Doblas (que es el otro equipo que todavía tendría posibilidades de campeonar, si se dan algunos resultados complejos). 

Sea como fuera, un campañón lo que hemos hecho. A no achancharse en la semana de receso y esperar tranquilo la última.

En una de esas, el albo sale campeón.

Abrazos.

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