18 abril 2011

Capítulo 4: "Números"

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Todo el segundo tiempo fue el velorio de ese empate que nos quedó atragantado. El albo nunca recobró fluidez en el juego y se avanzaba a tirones. Falta gente que se muestre con opción de pase clara al compañero que ha ganado la pelota. Y se necesita también vocación de tirar la pelota al claro, de cruzarla y no buscar siempre el pase más cómodo. Alguna vez se acertará con el tiro justo y tendremos una chance.

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Hay que decir que había mucho viento de costado y eso hace que sea imposible usar toda la cancha (si la cruzás al otro lado, tarda en llegar). Encima el viento era en ráfgas, fuertísimo por un rato, calmo al sigiuente. Total que sólo se terminaba usando el costado de la José Luro. Pero la rayas no se corren, estan pintadas. Un partido raro, que se jugó en una cancha de 93 de largo por 30 de ancho, con muchísima gente junta y poquito espacio. La única alternativa para jugar contra el viento es jugar bien por abajo, triangulando.
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Se jugó bien un solo momento, chiquito, el momento antes del primer gol, con triangulaciones entre Gaby, Sabino y Abrigo. Al principio fue entre ellos, después empezaron a cruzarla. De ese lado vino el pase para Baldissoni que inventó de la nada el golazo, una pelota que vuela a media altura y va raspando el costado de la red cuando entra, inatajable para el Mono, que raro que sea arquero de los otros. Un ratito después, el propio Gaby queda casi mano a mano pero lo traban. Lo que pudo ser un dos a cero se transformó en un contraataque del cual vino el foul que provocó el centro que ustedes ya saben: la pelota cae en el área, la bajan y Wagner la mete.

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En la primera mitad del segundo tiempo faltan ideas, en la segunda faltarán piernas. Y los últimos quince minutos del partido fueron de lo más fiero que hayamos visto en mucho tiempo. La secuencia era que la pelota volaba por encima de la cancha y al primero que la recibía le cobraban foul al tratar de pararla. Entonces: tiro libre, pelota que vuela, foul otra vez. Tío Pumba conjetura que Paulo Arias estaba cansado y tenía tendencia a ver foules cada vez que la pelota se le iba lejos de donde estaba parado. Pero la verdad es que muchos eran foules de verdad. El partido al final se hizo inmirable.
  
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Segunda presentación en el Mateo, segunda decepción. Después del gran partido contra Belgrano, el equipo retrocede y no jugó mucho mejor que el horrible partido que hizo con Campos en la segunda fecha. Para llevar gente a la cancha hay que entusiasmarla, y no lo estamos logrando.

El próximo par de partidos pinta como límite: hay que ganar sí o sí. Después de jugar con Che Guevara y Anguilense, tenemos que llegar a 11 puntos para seguir en la conversación. También necesitamos que esos partido se ganen bien, y no sufriendo.

Tenemos que recuperar la memoria de meter un gol y seguir yendo para cerrar los partidos, como hicimos en Villa Alonso el otro día, como hicimos el 5 de septiembre de 2010.


Abrazos.

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Se jugó en el Estadio Mateo Calderón, impecable. Había 103 hinchas de Macachín y 143 hinchas de Santa Rosa. La temperatura era de 18 grados, con frío por el viento. Encima la reserva perdió su tercer partido de cuatro. Milton cree que si siguen sus consejos van a salir de esta racha -no están acostumbrados a perder- pero tienen que seguir sus consejos y además creer en sí mismos.

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