28 febrero 2010

Capítulo 1: "Como lo ves, nada cambió"

Mientras vamos para la cancha, Tío Pumba nos revela cosas sobre su pasado como futbolista. "Jugué 9 partidos de titular en la primera", dice. "¿Jugaste algún clásico?", le preguntamos. No, dice. "Jugué un Santa Rosa - Belgrano. Nos cagaron a pelotazos, jugué horrible, igual ganamos. Pero eso no es un clásico".


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Hay un momento en el que nos detenemos y respiramos hondo para sacar una foto mental. Vimos una pequeña multitud en la tribuna, bocha de gente con bombos y camisetas y banderas y papelitos. Actitud Santa Rosa, acá está: esto es. Primero lo escribimos y después fue verdad. Esto, una parte de esto, es también nuestro, piensa Milton, acordándose de partidos en los que nuestra hinchada era de 29 personas. Esto es un grande que está otra vez de pie. Vemos que están todos. Vos también, Mario, siempre estás: la bandera nos emociona y nos hace pensar en qué chiquitos que somos, qué grande que es todo.

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Ponemos el pie en la cancha y oímos el primer grito de gol, que es nuestro. Entramos dándole suerte a la reserva, que empata un partido chivo al que le falta poco. Y más suerte todavía, buenos presagios: en tiempo de descuento una pelota cruzada entra en el arco de la Shell. Un partido perdido se transforma en cinco minutos en un partido ganado. La tarde soñada recién empieza.

Entre el gentío vemos al Hincha Loco de Santa Rosa, que va a seguir con nosotros al club este campeonato. Nos cuenta que ha soñado que el partido lo ganamos dos a cero. Un gol de cabeza, el segundo de penal, de Sabino. Después hay otro penal más para poner el tercero y lo erramos. El Hincha Loco sigue dando detalles de su sueño, cuenta un partido perfecto que seguramente no será el que está por empezar a ver.

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Oímos a Tío Pumba, que tal como lo prometió vino veztido de traje negro, camisa blanca, corbata negra. En el segundo tiempo se sacará saco y camisa y quedará en cueros dándole al bombo. Pero ahora todavía está prolijo y razona: vamos a entrar duros y fríos. La última vez que este equipo jugó por los puntos era invierno y se hacía de noche a las cinco y media. Hemos entrenado dos meses enteros, algo que no hace ni el Barcelona, pero el chistecito del fixture con primera fecha libre y debut en superclásico nos va a pasar factura. Total, hay que tener cuidado al principio, pero si no nos hacen un gol en los primeros diez minutos, les ganamos cuatro a cero.

El partido empieza tal como Tio dice. A los cuatro minutos, el Lezcano de ellos tira desde un ángulo muy cerrado pero hace pim en el palo, y pum afuera. Sabino y Cartucho la pasan mal, All Boys entra enchufadísimo en el medio y nos ganan todas las pelotas. Arriba ni existimos. Cuando van veinte, Papá retoma el pronóstico de Tío Pumba y dice: "Okey, quedamos así: si no nos meten un gol en el primer tiempo, capaz les ganamos uno a cero en el segundo". Clásico clásico, lo vemos partido de pocos goles: uno, dos o tres.

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Mientras nos pelotean, empezamos a darnos cuenta que perder sería humillante, que un empate nos dejaría con la fiesta atragantada. Estamos obligados a ganar. Nosotros nos estamos jugando más que ellos: porque somos nosotros los que volvemos, nos toca a nosotros demostrar. Eso se nota en la multitud y el ániomo de la hinchada de Santa Rosa, mientras que en la popular y la platea local hay gente sentada que parece que estuviera haciendo la cola del banco.

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Treinta minutos más o menos duró el dominio de All Boys: desde las cinco y diez que empezó el partido hasta las seis menos veinte. Cuando ellos dejaron de jugar bien, nosotros seguimos jugando mal y el partido se emparejó. Muy tenso todo, tuvimos algunos acercamientos, mas tipo arrancada que tipo ataque con toque. Total que pateamos al final dos veces al arco, una de ellas con cierto peligro, pero todo eso y un par de corners nos dejó sensación de partido, al final, equilibrado, menos susto y más confianza para el segundo tiempo. No pudimos ver un gol ahí, sería en el arco que queda lejos. Eso sería.

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A las seis y veintiocho de la tarde, tremenda jugada previa de Susvielles. Saca lateral, se la devuelven, va avanzando despacito con dribble corto, elude a uno, amaga para el fondo, pone el freno y el centro, Sabino está insólitamente parado de nueve, intenta pegarle al arco muy tapado, la pelota rebota en la defensa de All Boys y va a parar derecho a la cabeza de Ariel, que hace como hizo el martes en el cabeza de la laguna frente a la cancha de sóftbol, el famoso "el-trabajo-de-la-semana": la pone en una esquina para que haga carambola con el palo y vaya despacito adentro, en cámara lenta.

Al pedo, capaz, lo describimos tanto. Velo:



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Mamá de Milton, a esa hora, estaba tomando el té con amigas. A 25 cuadras del Estadio. Oyó un enorme estruendo de gol. Mamá de Milton razonó: si se oyó tanto, tuvo que haber sido gol del local. Y la verdad es que tenía razón: fue gol del local.

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Eso que vieron fue a los 14 minutos del segundo tiempo. Antes y después de eso el albo ya estaba jugando mejor: aprovechaba más el ancho de la cancha, All Boys estaba más parado, el equipo blanco tenía más toque para aprovechar los espacios. Cuando All Boys se vio en desventaja, quedó muy abierto atrás, y pudimos meterle algún otro gol de contra. Como no hubo forma, nos quedaron diez minutos para sufrir al final. All Boys no tenía plan de juego, apostaba a meter de alguna forma la pelota en el área y que fuera lo que Dios quiera. Dios nos hizo algún guiño, hubo dos corners y dos tiros libres que nos dejaron con las bolas en las amígdalas, pero no hay progreso ni alegría sin sufrimiento.


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Fue un partido intenso, bien clásico. Ninguno de los dos jugó muy bien, pero había tensión y olor a pólvora en cada jugada. Y como es clásico, el que ganó tiene derecho a decir que ha conseguido un triunfo espectacular. Como dijo Condorito, Santa Rosa pudo demostrar que le da a All Boys cinco años de ventaja y sigue siendo el más grande, afuera y adentro de la cancha.


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Por qué ganamos: varias razones aparte del gol. Santa Rosa mantuvo la calma cuando se vio superado, jugamos todo el partido con once, no nos desesperamos. El Mono jugó un partidazo, casi sin dar rebotes, muy atento para anticipar y simplificar. El mejor jugador, casi inadvertido nos tememos, fue Marcelo Constantino, exactísimo para cortar, muy inteligente jugando de último hombre cuando la cancha se nos había inclinado, otra clave de por qué pudimos hacer algo que es lo que te hace ganar campeonatos, la mitad del secreto de los grandes equipos: saber jugar mal sin que te metan goles.


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All Boys 0 - Santa Rosa 1


El albo modelo 2010 formó con Michelena; Calvente, Constantino, Fernando Gonzalez, Epinal; Rambur, Maidana, Agüero y Sayago; Susvielles y Abrigo. En el ST entraron el Lezcano nuestro, Walter Nicollier y Lucas Francia.

El partido se jugó en el Estadio "Ramón Turnes" de All Boys, de piso muy malo. Asistencia: 202 espectadores de All Boys, 325 hinchas de Santa Rosa. El viento fue moderado y soplaba para el lado de las vías, jugando en contra del albo en el PT y a favor en el ST. Nuestra reserva ganó 3 a 2. En primera, Santa Rosa jugó con camiseta blanca de manga corta y pantalones blancos, All Boys con camiseta azul con rayitas amarillas verticales. La temperatura era de 30º, lo que tal vez afectó un poco el rendimiento del equipo local.

Lo arbitró Paolo Macchi. Muy, pero muy bien jugó Paolo.


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Mientras escribimos esto, oímos que hay murga y batucada en el corso de la avenida Spinetto.

Pero el verdadero carnaval, ayer, fue a la tarde.

Abrazos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

vamos albo de mi vida!!!!

les rompimos el orto!! igual notiraste una mentira ahi... xq yo soy fan de los estadio y sede buena fuente que la platea de all boys tiene capacidad para 550 personas y estaba llena, segun fuentes oficiales habia 500´personas albas y 750 auriazules, muy bien para ser visitante no?...
este año es nuestro!!!!

Anónimo dijo...

Soy hincha de All Boys y certifico que el comentario anterior es exacto.

La platea de All Boys tiene capacidad para 550 personas y estaba repleta, tal es asi que en la platea baja quedo un sobrante de 25 personas, otras 50 detras del alambrado, y 150 en la popular local.

Redondeando, 500 a 800. Buena concurrencia de ambas partes.

Pero no me digas que cantaron los 90 minutos porque eso es una falacia mas grande que una casa, cantaron los ultimos 5 minutos, y si cantaron antes no se escucho, fueron todo el partido un redoblante que sonaba feo, y todos callados y asustados, a diferencia de nosotros que nos cantamos la vida, incluso desde el segundo tiempo del partido de reserva, asi nos quedaron las gargantas, y es algo que puedo certificar porque tengo videos, dentro de la cancha nada por objetar.

Felicidades amargos, jaja

Anónimo dijo...

te ganamos en tu cancha y fuimos locales que mas queres all gays

Anónimo dijo...

Pero son mudos, mudos como la marea de Alvear.

No tengas miedooo, podeeesss cantarrrr!

Por eso somos los mas grandes de la pampa, la de all boys es la unica hinchada que alienta los 90 minutos.

Que paseo te pegamos, jajajaa el que no salta es de all boys, y yo te retruco con un y ya lo ve y ya lo ve, el que no salta se fue a la b.

Miltoin el cetáceo albo del Peñi dijo...

Usando la cámara determinamos con exactitud el número de gente 477 personas de Santa Rosa y 476 personas de All Boys. Ganamos por uno. Corregimos el post luego

Gonza dijo...

jajaja que muerto que sos all boys decis que sos la hinchada que canta los 90 minutos...
y despues de nuestro gol? que fue al minuto 14'.
te quedaste mudo hijooo

Anónimo dijo...

Igual me gusto mucho el clasico a pesar de haberlo perdido, mucho aliento y colorido.

Ojala doblas se caiga y entremos al torneo maayor all boys ustedes y belgrano lo que seriaa

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