06 septiembre 2009

La muralla verde amarelha

Un mes y tres días después del último partido que vimos, Unión Acha con Santa Rosa, volvemos a una cancha de fútbol. Ahora Pumba, papa de Milton y Milton están en la tribuna de la calle Génova, en el borde de la segunda bandeja, atrás nuestro está el tablero electrónico que dice: "Claro" y "Vamos Argentina". Es en la cabecera del lado para donde atacará argentina en el primer tiempo. Abajo, una fila india de 25 hombres. Seguramente estamos saltando, pero nos parece que estamos en el aire, y que en cualquier momento nos caemos de cabeza, para abajo. Está por empezar el partido más importante del mundo.




Argentina 1 - Brasil 3


El partido se jugó en el Estadio "El Gigante de Arroyito" de Rosario. Asistencia: 0 espectadores de All Boys hasta que nos demuestren lo contrario, 3 espectadores de Santa Rosa. La temperatura era de 15º C. Argentina jugó con camiseta albiceleste como Rácing, Brasil jugó con camiseta amarilla como la de Uriburu.

Abajo hay un equipo de morochazos altos con un blanquito que lleva la diez en la espalda. Del otro lado, vemos a Andújar; Zanetti, Seba Domínguez, Otamendi y Heinze; Maxi Rodríguez, Verón, Mascherano y Dátolo; Messi y Tévez. En el medio, tres colombianos vestidos de rojo los separan y los dirigirán durante el partido más importante del mundo de 2009, y el segundo partido más importante para nosotros después de la revancha de Santa Rosa - Campos.

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Seguimos en el aire cuando sentimos el primer avance, una jugada que ni sabemos como se genera, y que sin verla parece que está cerca de ser gol. La valancha nos deja bien ubicados y así vamos a estar los próximos 100 minutos de nuestras vidas. Cuando se nos va la emoción empezamos a ver el partido más cerebralmente, un poco embolados con los arlequines que teenemos de vecinos de lugar.

Vemos el partido y lo comparamos con la Copa Presidentes. La impresión es que los jugadores e mueven más o menos parecido, pero que la pelota circula al doble de velocidad. Lo hemos visto correr a Kaká a todo lo que de y no es más rápido que Joaquín Susvielles, pero Brasil te arma un contraataque en 6 segundos y cualquier equipo nacional, de la división que sea, necesita por lo menos 20.

Tenemos la defensa de Brasil cerca porque Argentina ataca, y entonces vemos a Maicon, Lucio, Luisao y André Santos. Y se nos llena el culo de preguntas. Para que se den una idea, es como si Pablo Alanís estuviera jugando dentro del físico de Adrián Pundang. Los tipos son superveloces, grandotes, tranquilos, juegan como anestesiados. Impresiona el hecho de que ni se miran entre sí y que están siempre bien colocados. En el mano a mano se los puede gambetear, pero se ubican de modo tal que después de la primera gambeta habrá que poner freno y lateralizar, no se puede hacer ninguna jugada vertical al arco. Messi lo intentó 40 veces y no pudo. Se mueven coordinados como si tuvieran un hilo encima y fueran en realidad los brazos y las piernas de un mismo cerebro.

Mirando a Argentina, pensamos a ver a qué jugadores se parecen. Otamendi es un poco Fernando González, Heinze es un poco Pablo Alanís y Dátolo es un poco Gaby Sayago. El resto no tiene equivalencias. Pensamos que en un partido de super estrellas, la calve la tiene el jugador más humilde: Argentina no podrá hacer mucho ni con Tévez ni con Messi, ni con Verón, el hombre es Dátolo, Argentina va a jugar como juegue Dátolo. Y es un poco triste que Argentina depende de un jugador de quien nadie se sorprendería si estuviera jugando el Nacional B. Dátolo alterna buenas con malas, pero es el único que no parece estar en el radar de los custodios amarillos, se mueve como si jugara en otra cancha y en otro partido, Dátolo es nuestra esperanza.

Mientras pensamos todo esto hay un tiro libre para Brasil, un morocho que salta solísimo y cabecea la pelota adentro. Tïo Pumba dice no fue gol, el árbitro cobró algo, seguro, si no no puede haber saltado ese negro alto sin que tuviera a nadie a dos metros alrededor. Pero sí: la mitad de los jugadores se fue para atrás pensando que el centro iba pasado, la mitad se corrió adelante para anticipar, Maicon se qudó donde estaba, quedó solo, saltó y cabeceó. El que perdió la marca se Seba Domínguez, porque Maicon amagó para un lado y después volvió. Brasil uno, Argentina cero.

Después vemos que Argentina tiene una gran zona muerta, apagada, gris. Mascherano, Verón, y, sobre todo Maxi Rodríguez. Da la sensación de que Argentina no le va a hacer un gol a Brasil nunca. Nos preguntamos si eso es mérito de los cuatro defensores morochos o defecto nuestro. Pero los vemos jugar tan bien, que creemos que no. Son impasables por abajo, insuperables por arriba. Y poner más gente arriba es al pedo, cuanto más gente haya, menos espacio y mejor para ellos.

Luego vemos la segunda jugada de Brasil. Tiro libre, rebote, nadie sabe muy bien donde está la pelota hasta que un brasileño la encuentra y la pasa, otro le pega al arco fuertísimo y Andújar teiene una reacción doblemente fantástica: fantástica por como le funcionan los reflejos para estirar la pierna y evitar el gol, fantástico es el pase que le hace al 9 dejandole la pelota suavecita y baja para que lo ajusticie.

Brasil dos llegadas, dos goles. Parece un partido de cuando Santa Rosa tenía mala suerte, pero esos eran partidos de la B o Copa Presidentes, donde si vos ibas y tenías paciencia, el rival a la larga iba a cometer algún error. Los cuatro morochos del fondo, apenas algún ful que con buena voluntad nos da el árbitro Ruiz. Y una chance más, en la tercera llegada de Brasil, donde Andujar encuentra una pelota que ciertamente no estaba buscando, porque el pensaba que le tiraban el centro y a todo esto ya le habían cabeceado.

Al empezar el segundo tiempo Argentina cambia un fantasma por otro: sale Maxi Rodríguez, entra Agüero. El partido sigue jugándose todo el tiempo en el campo de Brasil, en la mitad que nos queda más lejos. Pero no hay chances obvias de Argentina, y la tribuna empieza a festejar los corners, la última esperanza de un hincha desesperado. Al pedo, decimos nosotros, difícil que estos morochos pierdan por arriba.

Igual Argentina muestra voluntad. Los hemos visto correr y han puesto huevos. Los jugadores argentinos estaban corriendo todo el tiempo, pidiéndose la pelota, hablando entre ellos, enchufadísimos. Los brasileños distantes, callados, haciendo mucho menos gasto, pero impenetrables.

A los 20, nuestro jugador fetiche Dátolo recibe un pase de Verón y se tiene fe por tercera vez. Antes había tirado desde afuera dos veces: una lejos, otra cruzada y baja, cerca. Esta va casi al ángulo, sorprende al arquero, confirma nuestras sospechas: los brasileños no tienen a Dátolo en el radar y lo dejan patear, Dátolo es nuestra mejor chance. Dependemos de un jugador del Nacional B. Pero si la historia va a cambiar, será Dátolo quien lo haga, y ya hizo la mitad del trabajo. Pero un ratito después, ustedes lo habrán visto, Kaká la saca para arriba y Otamendi demuestra que el también tiene un poquito de Fernando González. Se distrae mirando a la pelota, Luis Fabiano le saca dos metros y Otamendi no le va a poder hacer ni foul. Luis Fabiano toca la pelota una vez para acomodarla y otra vez para cerrar el partido. Argentina transcurrirá el resto del juego jugado, a pesar de todo, razonablemente bien. No se puede decir que no lo hemos intentado.


Pero lo que ves es lo que hay.

Argentina no ha jugado mal, y aún así no estuvo ni siquiera cerca de ganar un partido que se moría por ganar. Brasil, de visitante, nos ganó sin despeinarse y pudo golear. Mañana Brasil va ir y capaz pierde con Perú, pero es porque no les importa. Cuando sea el mundial, ¿quién le gana a Brasil? ¿como mierda se hace? Milton cree que la única chance de que salga campeón otro equipo es que Brasil se cruce con algún equipo inferior al que le juegue relajado, un Perú pero de Europa, pero con algún jugador muy inteligente y todos los demás muy concentrados. Así fue que Brasil quedó eliminado en 2006, contra la Francia de Zidane. La única alternativa es tratar de jugarle de contra a Brasil, pero hay que hacerlo bien, sin errores, sin Otamendis ni SebaDomínguez, si no no vivís para contarlo.

Maradona tiene templanza y se hace cargo, y Argentina va a clasificar. Pero, mientras tanto, Argentina necesita tres buenos defensores de nivel internacional, que hoy no tiene. El mundial que viene no será el mundial de los messi, robinho y las jugadas firulete de playstation, será el mundial de los zagueros, de los relevos en cobertura, de las rutinas defensivas. No parece ser el mejor mundial para un equipo que dirige Maradona.

Y Brasil tiene tal vez los ocho mejores defensores del mundo y es por eso que, si nada raro sucede, si no la pifian, Brasil va a salir otra vez campeón del mundo y todos vamos a jugar por el segundo puesto. Lo que nos deprime no es que hayamos tenido mala suerte hoy (que la tuvimos), lo que nos deprime es que no se nos ocurre cómo carajo se le puede ganar a Brasil, cómo se va a tirar la muralla verde amarelha, salvo que sean ellos quienes se ocupen de perder el partido.

Es 5 de septimbre. Un día como ese, pero de 1993, Argentina perdía cinco a cero con Colombia en el Monumental. La hinchada cantaba "Maradona, Maradona". El grito era un reclamo y una medida de protesta. A partir de entonces, cada vez que un equipo argentino jugaba mal, las tribunas cantaban Maradona Maradona. Cuando Maradona asumió como DT, Papá de Milton se preguntaba qué podrían cantar las tribunas cuando estuvieran disconformes con la selección de Maradona. Ayer hubo una primera respuesta: las tribunas cantaban olé olé olé, brujá, brujá. Nuestro ideal futbolístico se degradó de Maradona a Verón. Así estamos.

Abrazos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

- Verón siempre fue un mufa, fracasado y mercenario.

- Maradona se cavó la fosa solo con la prepotencia, sus declaraciones, su egoismo, se queda solo en posicion adelantada el mismo, un pelotudo importante.

- Su egoísmo insaciable lo lleva a pensar que solo al infierno no se quiere ir, entonces lleva a Palermo y Battaglia para hacer reventar de bronca y perjudicar al Coco, enemistados a muerte.

- La sensación es que está todo dado para que el miércoles Argentina pierda feo con Paraguay y Maradona se va o lo echen.
Como sigue esa historia? Asume Bilardo, y trae de vuelta a Román.

- Como evitar ese destino? Poniendo a Battaglia y Schiavi atrás. Proponer un partido trabado, no intentar jugar, sacar a Tevez o Messi y ponerlo a Palermo solo como referencia arriba.
De esa manera no dependeremos solo de Datolo, dependeriamos del coraje de Palermo y Schiavi, que han jugado miles de finales de Libertadores y han ido a Japón, yo creo que esas son las mejores cartas que tenemos en nuestra mano, paradojicamente, dos jugadores que estan en el ocaso de su carrera y no son de Europa, juegan en el fulbo de acá.

El jueves hablamos...

Anónimo dijo...

AY AY AY MUCHACHOS DE SANTA ROSA,ME PARECE QUE VAN A VOLVER A TERMINAR EN LA QUIEBRA...ME HE ENTERADO QUE LOS DIRIGENTES Y EL CUERPO TECNICO QUIEREN ECHAR A OS JUGADORES QUE OBTUVIERON EL ASCENSO,POR GENTE EXPERIMENTADA.
NO SE CONFORMAN CON LO QUE LES PASO CON EL TORO SANCHEZ,QUE AHORA VAN A LLEVAR A CADA VIEJO PARA SACARLE EL LUGAR A LOS PIBES DEL CLUB...ENCIMA NO VAN A IR GRATIS...VAN A VOLVER A LA BBBB..HAA,SOY DE ALL BOYS Y ENTRE OTRAS COSAS QUE ME ENTERE(DE MUY BUENA FUENTE)ES QUE QUIEREN ARMAR UN EQUIPO DE EXPERIENCIA PARA PODER GANARNOS A NOSOTROS...JAJAJ QUE BOLUDO QUE SOSO HIJITO..CHAU Y ACUERDENSE LO QUE LES DIGO...AY NO APRENDES MAS ALBO...

Anónimo dijo...

que amargos que son....no postearon mas,no tienen comentarios,no juegan mas....sos tristisimo albo,tristisimooooo

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