11 julio 2009

Los fantasmas no existen

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Para calmar los nervios, queria contarles sobre las veces que estuvimos cerca de ascender, y después contarles por qué desde hace bastante tiempo está en el blog la figurita del fantasms.

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Ustedes recordarán que en el 2003 salimos campeones de la Liga. Se dio una combinación de rivales no tan fuertes, mucho culo a favor nuestro, un Cristian Stay intratable y méritos propios en un equipo que terminó ganando fácil las dos finales.

En 2004 el equipo hizo lo que podía hacer, fue una actuación digna, pero ni ahí de pelear el campeonato. Ese fue el año que estuvo Jacobi y que jugó Miguel Román.

El 2005 fue el año en que no jugamos y descendimos.

De ahí en más, jugamos tres campeonatos y tres copas. Fueron seis torneos y en cuatro de ellos tuvimos alguna chance de ascender.

Veamos.


Primer campeonato: ni ahí.

Volvimos a jugar en 2006, arrancando desde el segundo subsuelo. Quedamos un poco arriba de mitad de tabla de la B. Si ustedes piensan que hoy va poca gente a la cancha, en esos partidos iban veinte personas, les juro. Ese torneo lo ganó Guardavidas.

Primera Copa: casi (pero Winifreda).

Tuvimos la primera chance en la Copa Presidentes de 2006. Esa fue distinta a las demás porque el que ganaba ascendía derecho. Llegamos a la final con Winifreda. El primer partido fue muy parejo, ellos ganaron uno a cero, pero los dos equipos se perdieron muchos goles. Podría haber pasado cualquier cosa, fue un partidazo. Tío Pumba recuerda un gol imposible que se perdió abajo del arco Pocho Álvarez, que jugó ese campeonato con nosotros.

La segunda final se jugó en el estadio de ol bois en la espineto. Arrancamos mal, perdiendo por uno, lo dimos vuelta con un gol rarísimo de Jolzman y un tremendo golazo del gabi sayago. Pero después winifreda reaccionó y nos empató. El equipo nuestro se cayó un poco y el dos a dos nos liquidaba, porque ellos ganaban por gol de visitante. El segundo tiempo estuvo de más. Ese equipo de winifreda tenía muy buena base, recuerden que es el mismo que llegaría al provincial en 2007 y 2008. Ahí jugaba también Jesús Andráñez.


Segundo campeonato: casi (pero Germinal).

En 2007 nos armamos como para ascender y éramos el gran candidato. Nuestro gran rival era Villa Germinal. Les ganamos el primer partido en el predio de la ruta 5. Después empatamos con Doblas, otro equipo fuerte del torneo. De ahí en más, Germinal ganó todo lo que jugó y nos recibía para empezar la segunda rueda en el estadio de Sarmiento. El partido empezó fácil para nosotros, ganábamos dos a cero. Pero después nos meó un dinosaurio y ellos encontraron cuatro goles seguidos en quince minutos. Llegamos a tiro de empatarlo, pero el zurdo Benvenuto tiró un penal afuera y ahí nos quitaron la punta. Y Germinal terminó ese campeonato ganando todo lo que jugó. Ese partido nos dolió muchísimo y nos quedamos con mucha bronca.


Segunda copa: casi (pero Guardavidas).

Buscamos revancha en la Copa Presidentes 2007. Ese campeonato llegó Juan Abaca y tuvimos tres técnicos: Barreto, Casullo y Mansilla. Ese campeonato en que volvimos al Mateo, fecha que debe tomarse como la refundación del club: 26 de agosto de 2007. Ese campeonato en que quedamos segundos en la clasificatoria, pero lo dejamos afuera a Independiente de Doblas en el cruce a un solo partido que se jugó en Riglos. En la final nos enfrentábamos con Guardavidas. Nos ganaron uno a cero en Toay y después los recibíamos en el Mateo, casi seguros de que la ventaja era corta. Fue corta, pero no tanto. En el Mateo se hicieron impenetrables, sólo se comieron un golazo de Montigni y nada más, luego se cerraron atrás y apostaron a los penales. Se metió todo lo que se pateó, salvo lo de Juan Abaca, que no pateó sino que picó la pelota. Juan, si nos estás oyendo, quiero decirte que un penal lo puede errar cualquiera y que se puede errar de mil formas, y que siempre te bancaremos.

Recuerden que esta Copa no era ascenso directo, sino que teníamos que jugar una promoción contra Macachín. Era una buena chance, pero si se jugaba ellos tenían ventaja deportiva. No era tan clara.


Tercer torneo: ni ahí.

El Torneo de Petruzzi, luego de la fallida participación del Argentino C. Sin gran equipo, tuvimos un mal comienzo y cuando Doblas se afiló se hizo inalcanzable. Quedamos terceros o cuartos, cómodos.


Tercera Copa: casi (pero Doblas).

Con Condorito y Jesús Andrágñez, otra vez un comienzo espectacular, con muchos goles y una punta cómoda en la zona. Pero hacia final de año el equipo fue perdiendo pulso y prestancia. No jugó del todo bien con Anguil ni con Villa Iris, pero llegó a la final con Doblas. Tuvo poca suerte en el primer partido, en el que tuvo chances de ponerse en ventaja y no lo logró, y para colmo una jugada desafortunada nos deja con penal en contra y arquero expulsado. Después Doblas se embaló y nos metió tres, dejándonos casi en el horno. En el Mateo se hizo lo que se pudo, pero no entraba ninguna y nos comió el reloj. Doblas terminó ganando y llevándose el campeonato.

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Los fantasmas no existen.


Ese dibujo estaba en una remera que habían mandado a hacer los suplentes de Quilmes, equipo que se había cansado de negar que lo persiguiera el fantasma de perder finales. Habían perdido tres seguidas, pero estaban jugando promo contra Belgrano de Córdoba, faltaban diez minutos y ascendían. Los suplentes sacaron las remeras y se las pusieron. Y ahí el Luifa Artime pateó un tiro libre, la clavó al ángulo, salvó a Belgrano, y Quilmes siguió jugando en la B. En el banco de Quilmes se querían matar.

Por qué cuento esto. Primero, vean las cosas en perspectiva. Los de Quilmes tenían razón, los fantasmas no existen. Quilmes estaba haciendo las cosas bien, y seguiría haciéndolas bien, llegando incluso a jugar Copa Libertadores. Belgrano estaba haciendo las cosas mal, y terminaría bajando al nacional be.

Ahora miren bien y repasen la historia: verán que nunca estuvimos cerca-cerca de ascender. Nunca gallineamos, siempre tuvimos alguna ventaja que remontar, un rival grosso enfrente, muchas veces una promoción más adelante. Y siempre llegamos un poco heridos al final, no unidos y embalados como ahora. No era porque nos jodía un fantasma, era porque había alguna tuerca que ajustar.

Por eso acá no hay misterios ni fantasmas. La suerte existe, si lo sabremos nosotros, pero Santa Rosa está acá porque hizo las cosas bien este año, como antes las hicieron Guardavidas, Germinal, Doblas. Es por eso que merece ascender. Y lo que falta es poquito.

Mañana tienen que ir, y comprobarlo ustedes mismos: los fantasmas no existen.

Lo que existe es el trabajo, el amor por la camiseta, la buena leche, el pique al vacío, el sacrificio de los adentro y de los de afuera, el pase largo y preciso, la marca atenta, la atajada, y, por supuesto, el gol, el grito de gol, el abrazo de gol.

Si está todo eso, los fantasmas no existen.

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