17 marzo 2013

Opus 1: El último domingo del verano.



Despues de mucho tiempo otra vez volvemos al Mateo. Abuelo de Milton se sorprende por los carteles de Movistar que ahora vuelven a darle cerramiento a nuestra cancha. Nos perdemos la salida al campo porque llegamos tarde por un problema técnico en el posnet de la estación de servicio que le rechazaba la tarjeta a Papá de Milton y tuvimos que ir corriendo ida y vuelta hasta el cajero de La Anónima: Milton hizo todo eso corriendo y quedó agitado y transpirando como si hubiera hecho un test de cuper. En esta ocasión no nos acompaña Tío Pumba porque se quedó instalando la caja automática importada al Torino Azul y eso le está llevando un tiempo.

Pero al fin, entonces, aparece otra vez ante nuestros ojos el Mateo Calderón (hace dos mil treinta días ya que volvimos ahí) y una nueva aventura comienza.

Vemos un equipo parado con el Chino Alanís de dos: su figura mítica se impone desde el fondo reventándola cada tanto (en una de esas la sacó al corner con el taco cuando Urigüen estaba desparramado y el delantero de Guardia tiraba al medio( y hay como una indecisión, una inseguridad en el fondo. Los delanteros de Guardia son muy rompebolas al apretar y todas las pelotas salen sucias. El primer tiempo lo vemos nublado y el partido se ve muy empiojado. La familia Benvenuto sigue cocinando fideos y no tocan mucho la pelota mientras Abrigo queda muy estirado al costado.

Todo medio feo, semipedorro. Y eso que Guardia no es gran cosa. Pero tampoco parecen serlo Sarmiento y Winifreda, que respectivamente están cagando a baile a All Boys y Belgrano en esos momentos. El campeonato parece raro, aunque creemos que después será más normal. El punto es de qué lado vamos a estar nosotros cuando eso pase: del lado de los grandes o del lado de las bacterias.

Son las cinco y nueve de la tarde, y van seis minutos del segundo tiempo, cuando pasa la jugada que rompe el partido. Casi todo mérito de Federico Alzamendi, que se proyecta fuera de libreto, la abre para Ariel Abrigo que la deja pasar y se la devuelve al medio, la cruza en diagonal con efecto para que le pique corto a Javier Benvenuto que entra por derecha y le pega un smash cruzado, bajito, letal. Es el primer gol oficial del año y una jugada barcelonesca que destella e ilumina un partido chotón.

Con el gol adentro el segundo tiempo terminó siendo bastante lindo. Un ratito después Javier Benvenuto iba a tener también otra, casi más fácil, que tiró al lado del palo. El nueve de Guardia desperdició dos goles super metibles que hubieran cambiado el humor y para Milton hubieran cerrado el partido en un empate. Pero en general Santa Rosa jugó mejor, e iba más para adelante que para atrás. Lo pasó mal y en un momento estuvimos asfixiados con una volea que Uriguen sacó aparatosamente. Wendy Benvenuto tuvo un mano a mano abierto y se apuró a definir, echándola afuera. En un partido poroso, era palo y palo y no dejaba de ser ameno y entretenido.

Tuvimos un poco de suerte por esos goles que bien podrian habernos hecho (y son cosas que tal vez otros equipos no perdonan). Pero Santa Rosa jugó a algo y mereció ganar. Al final, ya casi en tiempo cumplido, otra pelota que le abren a Abrigo a la izquierda y que Ariel (de gran partido, y participación decisiva en la mayoría de las jugadas de peligro) hace volver redonda al medio le da a Wendy la revancha de lo que se había comido y esta vez la mete. Así salió el dos a cero.

Nos vamos, al final, re contentos. No habíamos tenido muy buenos resultados en los partidos de preparación y nos había costado armar juego. Algo de eso hicimos en el segundo tiempo. Hubo chances, hubo articulaciones, algo parecido a un equipo. Además, casi parece un chiste, pero quedamos punteros y estamos tres puntos arriba de All Boys y de Belgrano. Mirá si nos dura esto.

Pero bueno, el camino del samurai es largo y sinuoso. El domingo que viene ya será otoño y cuando esto termine será invierno. La próxima estación es esperanza.

Abrazos,

Milton

/// Asistencia contabilizada al partido: 82 hinchas de Guardia del Monte y 126 hinchas de Santa Rosa.