22 noviembre 2010

Capítulo 8P: "Con la frente alta"

Mientras vamos a Luiggi, calor achicharrante en el Torino Azul. Tío Pumba dice: "uy, ahora nos toca hacer el service de los 700.000 kilómetros". Milton va pensando que este equipo lo puede todo, pero a su vez, ata cabos y se da cuenta: hay fatiga de materiales. Estos pibes empezaron a entrenar el tres de enero y ahí en el calendario dice 20 de noviembre. Tuvieron vacaciones, pero cortas. Hicieron 700.000 kilómetros, y además ganaron un Gran Premio. Necesitan un service, pero no hay tiempo. Entonces vamos con lo que queda en el tanque, jugados. Como el Torino Azul, el plantel también calienta.

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Empecemos por Matienzo. Equipo plantadísimo, correcto, equipo que evidentemente nos encontró la vuelta: no le ganamos nunca de local y nos ganó las dos veces de visitante. Merecen pasar de ronda y son un gran equipo. DE paso, digamos esto: la tan menospreciada zona A se queda con dos de las cuatro finales. Nosotros nos queríamos matar cuando Vértiz nos empató de suerte en el Mateo. Y miren otros, je.

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Pero Matienzo jugó con Arredondo. Los que siguen este blog saben lo honestos y justos que somos para hablar de los árbitros, no es que decimos que siempre que perdemos es su culpa. Esta vez, sí. Como si lo hubieran conversado, en la primera pelota que entra al área un jugador de Luiggi, que recibe la pelota de espaldas al arco y está rodeado, sin pase, se tira al piso y cobra penal. Después se ocupó de cortar escandalosamente el juego, con pulso artesanal, para que ese primer tiempo, donde la tromba de viento (¡Trombetta!) era a favor nuestro tuviera un tiempo neto de juego de 20 minutos. Era casi imposible jugar, con un tipo dispuesto a echar a alguien porque le aplaudió un fallo.

Que nos hayamos aguantado eso sin armar un despelote y terminando con once es un signo de grandeza que explica, entre otras cosas, por qué este plantel llegó hasta acá.

Ah, en el momentito en que el local estuvo vacilando, a la esquina siguiente del empate: hay esta jugada. Calvente cubre la pelota, el delantero le pega un puntapié, un empujón, un codazo y la saca afuera. Eran tres foules, o lateral para el albo. Arredondo no vio ninguno de los tres y dejó que sacara Matienzo. Calvente, magullado, no podía volver a su puesto, el tipo que queda libre recibe la pelota y nos la mete.

Y si no era esa, hubiera sido alguna otra. No podemos crer como un árbitro nada más promedio de la Cultural, como César González, es mucho más juez que el trapalonero y tan promocionado Arredondo,.

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En el entretiempo Papá de Milton decía: "No estamos jugando bien, más vale. Pero aunque estuviéramos, de cada tres córners te cobra uno, y para hacerles un gol necesitán esquivar gambetear a cuatro y esquivar las patadas también porque foul en defensa el tipo no cobra".

El que decodificó ese estado de cosas fue Gaby Sayago, haciendo a los 20 minutos del segunto tiempo el que, por jugada individual, sea tal vez el gol más lindo del año. Había margencito para una hazaña, también, más vale, para que nos comiéramos una de contra, pero con Arredondo en cancha era todo muy, muy difícil.

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El gol de Gaby no fue sólo una patriada suya. El equipo, un equipo ya baqueteado por el año calendario que se sube a la mochila de cada uno de los pibes, jugó con el corazón en la mano y jugó al fútbol. Si uno lo podía ver, bien, emocionaba. Hubo amontonamientos, ocasiones. También tuvimos los sustos (dos pelotas clanck en los palos, etc.) pero fue una despedida digna, triste como todas pero sin traumas, sin cucuruchos en la frente ni venas cortadas.

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Nos piden que hablemos de All Boys. Por respeto a los niños presentes, no lo vamos a hacer. Por un momento nos reímos, por otro hasta nos da naúseas pensar en que nos hubiera pasado eso y no queremos ser crueles. Rompe la escala de boludómetros y pecheadas. A esta altura, no sabemos si cargarlos o no. Como somos buenos: no los vamos a cargar.

Pero lo de All Boys pone en contexto lo que es Vértiz, y lo difícil que es conseguir que un equipo haga lo que supuestamente debe hacer, revalidar candidaturas.

Y pone en contecto lo (mucho) más difícil es hacer lo que hizo Santa Rosa a lo largo del año: dar de sí mucho más, jugar muy arriba de lo que los sabihondos presumían.


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Este plantel está en la historia grande, grande, y pocos años van a ser tan buenos como este. Ganó el campeonato que había que ganar, en el momento más dulce. Le puso un c´riculo rojo al 5 de septiembre. Recordémolos, recordémonos: en pocos días, haremos un vistazo de la campaña, pero sepan que, mas que nunca, les damos, y nos damos, un gran abrazo.

Mientras Milton y Papá de Milton se rompen las manos aplaudiendo, mientras todos ya se van subiendo a los autos y los jugadores se van hacia su muy merecido descanso, Tío Pumba lo abraza al final a Condorito. Le dice "Vos sos Mourinho, hijo de puta". Y los dos se miran y lloran.

Y la aventura continuará.

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Santa Rosa 1 - Matienzo de Luiggi 2

El albo formó con Urigüen; Stork, Alanís, Calvente y Fabricio Pérez; Ángel Gonzáles, Lezcano, Francia y Sayago; Wagner; Abrigo y Díaz. En el ST entraron Wagner, Metz y Walter Nicollier. Había 120 hinchas de Santa Rosa y 203 hinchas de Matienzo. La temperatura era de 30 grados. Y viento hu-ra-ca-na-do (huracanado posta, con twister tormenta de tierra y todo) a favor nuestro en el PT, en contra en el ST. El arbitraje de Arredondo fue un cachivache localista.

1 comentario:

Anónimo dijo...

VAMOS ALBO SOMOS LO MAS GRANDE!!
PONGAN INFORMACION DE LA 5TA I ESO Q TAMBIEN SALE CAMPEON :) LE GANAMOS AL DEPO JAAA
AGUANTE EL ALBO
LO MAS GRANDE LEJOS

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