Bueno, es así: vamos a perder.
Es lo primero que dice Tio Pumba cuando llega a la cancha. Y dice también: la cábala es empezar como en 2003, partido nocturno que nos gana por paliza un equipo que está jugando un torneo superior (en aquel entonces era MacDonalds), que nadie sospeche nada, y después empezamos a ganar partidos tranqui hasta salir campeones.
Pero hoy vamos a perder, dice. Cuando se juega de noche siempre perdemos, siempre. Incluso este año ibamos empatando con Independiente de Doblas hasta que se puso el sol, y justo ahí nos ganaron.
Milton y Papa de Milton creen que vamos a ver un horrible cero a cero, o bien un partido de nueve goles.
Al principio nos van peloteando, a los cachetazos y sin trompadas, pero nos superan. Ahí Faryd Moslares, que es después de todo un producto (bien que añejo) de nuestras inferiores, empezará a ser un pilar del albo en el arco. Calvente y Maxenti revientan cuando tienen que reventar y empezamos a jugar en la mitad de la cancha con Fensel y Tapita García abriendo líneas.
A la mitad del primer tiempo pasa esto: justo es Tapita quien luego de recibir una pelota de Toto (que hace rápido un foul) larga un centro optimista que llega a Torres, que no puede cabecear pero habilita a Gonzalo Domínguez, que le pega a la pelota y entra, pum. ¡El albo mete un gol! ¡Y va ganando!
Belgrano se puso a jugar de nuevo y nos complica, pero Moslares cubre casi toda la superficie del arco y está bien colocado, y nadie le deja tiros fáciles a los pibes de Belgrano. Así llegamos al entretiempo ¡ganando!
En el descanso pensamos en como ha cambiado todo, que distinto que era hace pocos años nomás: los árboles que no están, los edificios nuevos, la cartelería, la canchita de atrás, nosotros que eramos muy distintos. Tío Pumba y Papá de Milton están mas grande y se agitan al subir a la tribuna, y se acuerdan de cuando en La Anónima estaba la Villa Don Bosco con sus 74 canchas y ahí se jugaban todos los partidos.
El estadio está algo mas lleno cuando empieza el segundo tiempo, porque el triunfo, incluso parcial, atrae a la gente.
Santa Rosa ahora juega mas tranquilo, pero no controla el partido tampoco. Belgrano nos pone en problemas en varias jugadas y nos da la sensación de que al final nos va a terminar haciendo un gol de corner, piensa Milton. Pero no hay gol de corner. Moslares tapa una arriba y una abajo que parecían adentro y con un monton de huevos el equipo se mantiene corriendo para seguirle el ritmo a los pibes de Villa Alonso.
Entran históricos: Piquito Guzmán, Pablo Alanís. El albo entiende que puede ganar, que ya falta pocos, que ya falta menos, que ya está tiempo cumplido, que hasta cuando vas a seguir jugando, que terminalo Sánchez hijo de puta: todo eso pasa muy rápido. Antes de las doce de la noche y de que el caballo se nos convierta en calabaza llega el pito final y todos festejamos.
Y parece una pavada, será contra pibes y todo, pero hace mucho que no ganábamos algo parecido a un clásico. Primeros e invictos, esperamos contentos por una noche.
Que pase el que sigue.
Santa Rosa 1 - Belgrano 0. Santa Rosa formó con Moslares; Chavero, Calvente, Maxenti y Torres; García, Rambur, Domínguez y Fensel; Cornejo y Nicollier. Arbitró muy bien Javier Sánchez. En el Estadio "Mateo Calderón" había 176 personas.
Este comentario está dedicado a la memoria de Leo Fernández.
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