///
Bien, un Mateo Calderón más bien apagado en una tarde gris es el comienzo oficial del sexto DT albo que cubre este blog (antes pasaron: Barretto, Petrucci, Casullo, Mansilla, Villegas) y el momento para que juguemos algunos partidos sin presión y con la idea de dar minutos a pibes. Ese es el plan, escribe Milton en su libreta, y dice "éxito asegurado".
El plan funciona a la perfección porque cruzamos la mitad de la cancha y hacemos gol: Montigni, Tachuela, red, uno a cero. Che, tendríamos que haberlo gritado un poco más. A veces gritando uno se entusiasma y entiende que ESTAN JUGANDO EN LA PRIMERA DE SANTA ROSA y no en el Torneo de Fútbol de Profesionales.
Con todo respeto.
Y capaz gritando no nos dormíamos todos todos en el empate, que incluye un centro anunciado en zona muy marcable, pelota que baja al área y Ezequiel Roque que termina empujándola con nadie demasiado cerca. Había pasado poco y en 6, 7 , 8 minutos estábamos uno a uno.
Ahora, el primer tiempo: desconectados, aparentemente, Tachuela García y Martín Montigni. Pero en verdad la culpa no es de ellos sino de la forma en que queremos pensar los pases. Jugar "por abajo" no significa "dársela al compañero al pie". Porque si hacemos eso se la damos, seguro, a un compañero que está de espaldas y marcado, sin sorpresa. También esto es culpa de los que en lugar de picar al vacío se meten en el embudo de las marcas. En fin, el que entienda que jugar al piso no es jugar al pie sale campeón de la Cultural veinte años seguidos.
Doblas, sin Corcuera, es un equipo menos sólido. Pero Wagner hizo algo para nutrir juego y con eso se las arregló. Al puto final del primer tiempo les sale una de flipper adentro del área que termina con Ardohain apareciendo en un mano a mano que deja a Urigüen vendido y nos da un dolor de panza. Nos vamos al entretiempo con el partido dado vuelta.
En el entretiempo, Tío Pumba busca el celular de Montigni y le escribe: "Pegale de lejos que el arquero de ellos no salta". El concepto es también ese: de vez en cuando, pegarle al arco.
Empezamos a remar y lo que se puede hacer se intenta. Pippia se mueve, baja a veces mucho, quedamos sin referencia arriba. Los enganches se desenganchan y quedan sueltos. La pelota va y viene. Lo tiene Doblas al principio en un mano a mano. Después otra va al palo. Lo tenemos nosotros en una que hace clank en el travesaño y pica afuera, en una jugada rara pero intensa. El arquero de ellos -lo dijimos- no salta. Podríamos empatar, tenemos córners, pero Etcheverry es zorro y despeja.
A medida que el partido avanza empezamos a quedar bastante comprometidos atrás y se meten en los huecos que hay entre el central y los laterales, que estaban parados muy abiertos. Así vinieron varias y al final del todo la del gol tres, otra vez Ardohain, cerrandonos bien cerrado el partido.
Así fue: el partido se perdió, porque jugamos poco, no tan mal pero sí poco, y ellos jugaron más, no tan bien pero más.
Nada que no se pueda arreglar o que nos vaya a hacer que se nos caigan los anillos. Hay mucho margen de mejora, claro.
Pero eso sí, queremos hacer un comunicado general: seremos pocos en la tribuna, será una copa menor, estaremos jugando contra equipos chicos, pero NO SE OLVIDEN NUNCA QUE ESTAN JUGANDO EN LA PRIMERA DE SANTA ROSA.
Muchos moriríamos por eso.
Abrazos!
10 septiembre 2012
03 septiembre 2012
Un 5 de septiembre
Andá al primer palo, Pepe.
Gran triunfo de una generación del club, la mayor alegría de todos los pibes que hoy siguen al albo, amargura total de un rival que salía campeón empatando y jugaba en su casa, la redención final del descenso a los infiernos de la quiebra y la B. Todo eso cabe en ese partido malo y en esos dos goles raros.
Y es así nomás en la vida como en el fútbol. Hay que picar al primer palo esperando que el compañero te tire ahí la pelota. No vivir esperándola a que te la den al pie.