Una hora antes del partido, mientras pasamos por Padre Buodo, Tío Pumba y Papá de Milton hablan de la película “El Origen”. Papá de Milton está recaliente, quiere que le devuelvan la entrada, dice que es un quilombo, no se entiende nada. Tío Pumba dice: bueno, el tipo sueña que sueña, es más o menos eso.
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Durante el primer tiempo el albo jugó muy mal casi todo el partido, salvo diez minutos. Los diez minutos esos que van del 6 al 16, desde que nos hicieron el gol hasta que empató Eliazer Díaz de cabeza. El resto fue medio calamitoso, para que vamos a mentir. Abramo superaba a cada rato nuestra línea de fondo y nosotros no podíamos pasar la mitad de cancha. Hubo tres pelotas mano a mano que el mono tapó, antes y después del gol de Penal que metió Caliba. Poquísima posesión de pelota y una porfiada costumbre de tirar pases altos y largos estropeaban todos nuestros avances, cuando los teníamos. Terminamos pidiendo que por favor terminara el primer tiempo antes de que las cosas empeoraran.
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En el entretiempo, tragamos saliva. Nos miramos a los ojos, vemos la cancha, vemos el equipo nuestro que sale primero y suspiramos. Bueno, el campeonato está ahí enfrente y la puerta se está cerrando. ¿Vamos a entrar o no? Empieza el segundo tiempo. A remar en dulce de leche.
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Ningún resultado que no fuera ganar servía. Eso hizo que todo fuera muy complicado, y estábamos sin margen de error, porque si Abramo metía tres no íbamos a meter cuatro. Ligero alivio con el golcito de cabeza de Gastón Lezcano a los seis minutos. Luego de eso el albo mejora el juego. Con más toque, pero igual todo es complicado. Jugar por abajo no es fácil porque esto no es Wimbledon, es Roland Garros. La cancha no es césped, es polvo de ladrillo. Si vas corriendo y la pisás, ahí nomás quedás cubierto por una nube de polvo que te quita panorama para la gambeta o el pase que sigue.
Tal vez por el polvo, o porque nos pusimos nerviosos y nos nublamos nosotros, no sabemos nada del tercer gol. Lo que vimos era una contra de cinco nuestros contra dos de ellos, la pelota que va por derecha y hacemos fuerza para que nadie quede en offside y el pase pueda ir al pie limpito. Luego un flash, la chica del biquini azul. Lo próximo que recordamos, todos abrazando a Gastón. No sabemos qué paso, posta.
Iban 32 y el partido se sufrió hasta el final porque hubo cerca del Mono un par de zapatazos y cabezazos que no fueron al arco, pero nos asustaron hasta el trauma.
Se notó que había una nube negra que pasó de largo, todos solamos un poco para que se fuera.
El final, abrazos y mucho alivio. Tres minutos para cantar bien fuerte y aliviarse (qué hijaputez hubiera sido perder, qué largo el viaje de vuelta), toda una semana para prepara la bocha para los partidos del domingo que viene.
Tal vez nos vino bien que la cosa haya venido tan de culo. Estar tan cerca de enredarnos con un alambre en Abramo nos hizo acordar cuánto nos importaba todo. Todos los nervios que podíamos pasar el dominmgo que viene los gastamos ayer, espero. El que salga a la cancha en la Spinetto va a ser un equipo más templado y más curtido que All Boys, que viene de una apática victoria.
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El año pasado, ascender era un sueño. En febrero de este año, llegar al mayor era un sueño. El domingo que viene no necesitamos más que ganar por cualquier resultado frente a un rival accesible.
Abrazos.
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Abramo 2 – Santa Rosa 3
El albo formó con Bruno Michelena, Pablo Alanís, Fabricio Pérez , Miguel Quiruleff y Mario Ibanbargoitía; Eliazer Días, Néstor Pacheco y Gabriel Sayago; Gastón Lezcano, Coqui Susvielles y Ariel Abrigo. En el ST ingresaron Mauricio Rambur, Ángel González y Diego Calvente. El partido se jugó en el estadio “El polvazo” de Abramo, pueblo muy lindo y hispotalarios. Allí había 109 hinchas del local y 96 o 97 de Santa Rosa. La temperatura era de 17 grados. El bahiense que lo arbitró se nota que técnicamente es bueno, sigue las jugadas más o menos de cerca, pero ante la duda te cobra siempre a favor del local.
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Los partidos del domingo que viene
Son muchos. El primero es el partido de la semana, que es el de trabajar en la previa sin darse manija, sin pasarse de rosca. Y después, el domingo, mil partidos que hay que ganar.
El partido de la presión, para no dejarles jugada limpia nunca.
El partido de la atención, no perderse ningún detalle ni dar ventajas.
El partido de la calma, para jugar siempre confiado y con la cabeza fría.
El partido de la creación, evitar el abatate y asumir riesgos, jugársela picando, gambetando, pegándole al arco.
El partido de la hinchada: por supuesto, estar ahí y reventar la cancha.
Después el resultado podrá ser cualquier cosa, pero si nos jugamos todos esos pequeños partidos, Santa Rosa va a salir campeón.
Un sueño dentro de un sueño.
30 agosto 2010
23 agosto 2010
Capítulo 19: "Dos horas antes"
Dos horas antes del partido, Milton se revuelca en el pasto de la calle Civit y Papá de Milton y Tío Pumba lo pelotean. Mil pelotas le tiran, de mil maneras, y no pueden hacerle un gol.
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El partido fue lo que fue: juego de baja intensidad pero muy desparramado, casi todo nuestro, con llegadas a cada rato, medio despoblado. Ninguna cosa demasiado lamentable en definiciones como para crucificar a nadie, pero un monton de idas cerca, pelotas en palo, atajadas sin rebote de Carobissoni.
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Santa Rosa jugó bien frente a un rival inferior, no del todo motivado. Se corrieron riesgos: una en el primer tiempo que tapó el Mono con mano firme y bien parado, una al final que Tío Pumba dice que no pasó taaan cerca pero que Milton de verdad no sabe porque prefirió no mirar, corrió la cabeza para otro lado. Cosas que pasan.
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En el segundo tiempo, con Ángel González y Coqui en cancha, el albo tuvo su mejor versión. Ellos armaron la jugada para que cayera en los pies de Ariel Abrigo, que se escurrió entre los centrales para pararla en el lugar, quebró la cintura, la corrió a la pierna derecha y la estiró para meter el gol, que no fue festejado con grito de gol sino con un unánime por fin, la puta madre.
La mejor versión del albo tuvo, digámoslo, riesgos posicionales, dejándonos prácticamente con tres atrás. El desafió a futuro es armar junto con el circuito de juego que más o menos tenemos, un circuito de recuperación y aguante que vamos a necesitar.
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Al volver vemos a Tía Irina, esposa de Tío Pumba, preocupada porque otro primito de Milton no hace popó. Papá de Milton le dice que no se preocupe. "¿Come?" -le pregunta. "Si, come como un animal", dice Tía. "Entonces está todo bien, si sigue comiendo, en algún momento va a cagar".
Milton cree que lo mismo se aplica a Santa Rosa que hace cinco partidos está generando muchas situaciones. Los goles van a llegar, están ahí atascados pero van a llegar.
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Esto es todo, amigos. Se ganó, que pase el que sigue: faltan tres. Nos vemos en Abramo. Abrazos.
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Santa Rosa 1 - Rampla Juniors 0
El albo formó con Bruno Michelena; Diego Calvente, Pablo Alanís, Fabricio Pérez y Mario Ibanbargoitía; Néstor Pacheco, Lucas Francia y Eliazer Días; Gabriel Sayago; Gastón Lezcano y Ariel Abrigo . En el ST ingresaron Ángel González, Coqui Susvielles, y Tachuela García, su debut en primera. El partido se jugó en el estadio "Mateo Calderón". Había 190 hinchas de Santa Rosa y 14 de Rampla. En la tribuna popular local se exhibió por primera vez el trapo gigante, de 50 metros de largo por 20 de alto. La temperatura era de 25º, y es muy probable que de acá al final el calor juegue los partidos afectando el rendimiento de All Boys, cuyo equipo funciona mejor dentro del frío.
Si el clima ayuda, Santa Rosa va a salir campeón, pero hay que ganarle a Abramo antes.
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El partido fue lo que fue: juego de baja intensidad pero muy desparramado, casi todo nuestro, con llegadas a cada rato, medio despoblado. Ninguna cosa demasiado lamentable en definiciones como para crucificar a nadie, pero un monton de idas cerca, pelotas en palo, atajadas sin rebote de Carobissoni.
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Santa Rosa jugó bien frente a un rival inferior, no del todo motivado. Se corrieron riesgos: una en el primer tiempo que tapó el Mono con mano firme y bien parado, una al final que Tío Pumba dice que no pasó taaan cerca pero que Milton de verdad no sabe porque prefirió no mirar, corrió la cabeza para otro lado. Cosas que pasan.
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En el segundo tiempo, con Ángel González y Coqui en cancha, el albo tuvo su mejor versión. Ellos armaron la jugada para que cayera en los pies de Ariel Abrigo, que se escurrió entre los centrales para pararla en el lugar, quebró la cintura, la corrió a la pierna derecha y la estiró para meter el gol, que no fue festejado con grito de gol sino con un unánime por fin, la puta madre.
La mejor versión del albo tuvo, digámoslo, riesgos posicionales, dejándonos prácticamente con tres atrás. El desafió a futuro es armar junto con el circuito de juego que más o menos tenemos, un circuito de recuperación y aguante que vamos a necesitar.
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Al volver vemos a Tía Irina, esposa de Tío Pumba, preocupada porque otro primito de Milton no hace popó. Papá de Milton le dice que no se preocupe. "¿Come?" -le pregunta. "Si, come como un animal", dice Tía. "Entonces está todo bien, si sigue comiendo, en algún momento va a cagar".
Milton cree que lo mismo se aplica a Santa Rosa que hace cinco partidos está generando muchas situaciones. Los goles van a llegar, están ahí atascados pero van a llegar.
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Esto es todo, amigos. Se ganó, que pase el que sigue: faltan tres. Nos vemos en Abramo. Abrazos.
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Santa Rosa 1 - Rampla Juniors 0
El albo formó con Bruno Michelena; Diego Calvente, Pablo Alanís, Fabricio Pérez y Mario Ibanbargoitía; Néstor Pacheco, Lucas Francia y Eliazer Días; Gabriel Sayago; Gastón Lezcano y Ariel Abrigo . En el ST ingresaron Ángel González, Coqui Susvielles, y Tachuela García, su debut en primera. El partido se jugó en el estadio "Mateo Calderón". Había 190 hinchas de Santa Rosa y 14 de Rampla. En la tribuna popular local se exhibió por primera vez el trapo gigante, de 50 metros de largo por 20 de alto. La temperatura era de 25º, y es muy probable que de acá al final el calor juegue los partidos afectando el rendimiento de All Boys, cuyo equipo funciona mejor dentro del frío.
Si el clima ayuda, Santa Rosa va a salir campeón, pero hay que ganarle a Abramo antes.
16 agosto 2010
Capítulo 18: "Gotas del mejor champán, en un vaso medio vacío"
El juego del fútbol presupone la crueldad, la ilusión y la decepción, la adversidad. Participar en él implica sumir la posibilidad de que todo eso existe y que en el mazo están todas las cartas, inclusive las de errar dos penales. ¿Te quedó? ¿Listo?
Bueno, cuando uno comprende eso, dice Papá de Milton, entonces ya está en condiciones de entender cómo jugar partidos complejos, con tranquilidad y sin desesperarse. Hacer ese click es el desafío de las próximas semanas, donde vamos a agarrar al campeonato del cogote para hundirle ahí el cuchillo en la yugular, pero de modo sencillo, civilizado, elegante y tranquilo.
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Hoy no vamos a hacer crónicas anecdóticas del partido. Sólo observaciones generales y puntos altos. En general: juego algo mejor del albo en buena parte del primer tiempo, juego brillante del albo en buena parte del segundo tiempo. Con electricidad, ritmo, grandes actuaciones de Ariel Abrigo, Coqui Susvielles desde que entró, Ángel Gonzalez en el primer tiempo, una formación muy elástica que generó chances frente a un equipo bien parado, irregular, tal vez medio lentón atrás.
El gol nuestro, una apilada de Abrigo haciendo equilibro sobre la línea de fondo, pase bien pusto a Coqui que baja con una pierna y define al ángulo con la otra. Posiblemente el gol nuestro más lindo del campeonato.
El gol de ellos, un ratito después, una distracción, un mal pique, todos un segundo tarde, a buscarla adentro.
Después la calamidad de los dos penales. El primero, clanck de Gaby Sayago al medio del travesaño, el segundo, un puntinazo al medio de Lezcano que el gordo Coria ataja y no da rebote cómodo. En el medio de eso, una muy infantil expulsión de Quiruleff.
Si nos dejamos de mirar ese detalle, debemos decir que atrás de los dos penales hubo grandes jugadas, no casualidades del juego. Y que esas grandes jugadas tampoco fueron flashes, sino consecuencias de un modelo de toque y pase bien, bien aceitado.
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Cuando nos quejemos de la suerte, incluso cuando veamos que esta posibilidad, la de empatar este partido, existió desde el principio, en fin: tal vez no nos queramos acordar que estuvimos a un par de centímetros de perder el partido y llevarnos un trauma despertador del sueño del campeonato. Fue en esa jugada en que el jugador de Doblas quiso hacerse el lindo y, solo frente al mono con con medio arco libre, la pica sobre el arquero para hacer golazo que no fue, porque clank, travesaño y despeje. También fue para Doblas el momento en que se quedan afuera del mayor, el último tren que tenían para subirse.
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Convicción: saber que si se juegan así, igual o parecido, los próximos tres partidos, Santa Rosa va a salir campeón.
El análisis de tabla y fixture, sencillito, no da lugar para marearse ni para especular, y eso es otra cosa buena del momento: es mejor así.
Hay que ganar tres partidos.
Abrazos.
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Independiente de Doblas 1 - Santa Rosa 1
El albo formó con Bruno Michelena; Fabricio Pérez, Pablo Alanís, Miguel Quiruleff y Mario Ibanbargoitía; Ángel González, Néstor Pacheco, Eliazer Días; Gabriel Sayago; Gastón Lezcano y Ariel Abrigo . En el ST ingresaron Coqui Susvielles, Diego Calvente y Mauricio Rambur. El partido se jugó en la cancha apícola de Independiente, algo despareja. Había 117 hinchas de Santa Rosa, 9 de Macachín, 6 perros y 210 simpatizantes de Doblas. Al empezar el partido, la temperatura era de 18º. Lo arbitró Javier Sánchez: cobró mal algunos offsides, el resto todo bien. Trabajo práctico: para saber si alguien está offside tenés que fijarte el tipo al que va la pelota, no cualquier otro que esté adelantado y no participa de la jugada.
Bueno, cuando uno comprende eso, dice Papá de Milton, entonces ya está en condiciones de entender cómo jugar partidos complejos, con tranquilidad y sin desesperarse. Hacer ese click es el desafío de las próximas semanas, donde vamos a agarrar al campeonato del cogote para hundirle ahí el cuchillo en la yugular, pero de modo sencillo, civilizado, elegante y tranquilo.
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Hoy no vamos a hacer crónicas anecdóticas del partido. Sólo observaciones generales y puntos altos. En general: juego algo mejor del albo en buena parte del primer tiempo, juego brillante del albo en buena parte del segundo tiempo. Con electricidad, ritmo, grandes actuaciones de Ariel Abrigo, Coqui Susvielles desde que entró, Ángel Gonzalez en el primer tiempo, una formación muy elástica que generó chances frente a un equipo bien parado, irregular, tal vez medio lentón atrás.
El gol nuestro, una apilada de Abrigo haciendo equilibro sobre la línea de fondo, pase bien pusto a Coqui que baja con una pierna y define al ángulo con la otra. Posiblemente el gol nuestro más lindo del campeonato.
El gol de ellos, un ratito después, una distracción, un mal pique, todos un segundo tarde, a buscarla adentro.
Después la calamidad de los dos penales. El primero, clanck de Gaby Sayago al medio del travesaño, el segundo, un puntinazo al medio de Lezcano que el gordo Coria ataja y no da rebote cómodo. En el medio de eso, una muy infantil expulsión de Quiruleff.
Si nos dejamos de mirar ese detalle, debemos decir que atrás de los dos penales hubo grandes jugadas, no casualidades del juego. Y que esas grandes jugadas tampoco fueron flashes, sino consecuencias de un modelo de toque y pase bien, bien aceitado.
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Cuando nos quejemos de la suerte, incluso cuando veamos que esta posibilidad, la de empatar este partido, existió desde el principio, en fin: tal vez no nos queramos acordar que estuvimos a un par de centímetros de perder el partido y llevarnos un trauma despertador del sueño del campeonato. Fue en esa jugada en que el jugador de Doblas quiso hacerse el lindo y, solo frente al mono con con medio arco libre, la pica sobre el arquero para hacer golazo que no fue, porque clank, travesaño y despeje. También fue para Doblas el momento en que se quedan afuera del mayor, el último tren que tenían para subirse.
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Convicción: saber que si se juegan así, igual o parecido, los próximos tres partidos, Santa Rosa va a salir campeón.
El análisis de tabla y fixture, sencillito, no da lugar para marearse ni para especular, y eso es otra cosa buena del momento: es mejor así.
Hay que ganar tres partidos.
Abrazos.
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Independiente de Doblas 1 - Santa Rosa 1
El albo formó con Bruno Michelena; Fabricio Pérez, Pablo Alanís, Miguel Quiruleff y Mario Ibanbargoitía; Ángel González, Néstor Pacheco, Eliazer Días; Gabriel Sayago; Gastón Lezcano y Ariel Abrigo . En el ST ingresaron Coqui Susvielles, Diego Calvente y Mauricio Rambur. El partido se jugó en la cancha apícola de Independiente, algo despareja. Había 117 hinchas de Santa Rosa, 9 de Macachín, 6 perros y 210 simpatizantes de Doblas. Al empezar el partido, la temperatura era de 18º. Lo arbitró Javier Sánchez: cobró mal algunos offsides, el resto todo bien. Trabajo práctico: para saber si alguien está offside tenés que fijarte el tipo al que va la pelota, no cualquier otro que esté adelantado y no participa de la jugada.
09 agosto 2010
Capítulo 17: "No alcanzo a ver pero da igual"
Vamos en el Torino azul del Tío Pumba y durante todo el camino las hermanas de Milton escuchan los dos discos de The Fame Monster de Lady Gaga. Poker Face es una gran canción, pero Ba ba ba ba da da da es sin duda el himno del momento, lo cantamos incluso en las partes en francés.
Tío Pumba tiene un bombo chiquito y como lo lleva en la falda, golpea al momento de empezar el tema, sincronizándose con el ritmo. Y dice: "¿escuchás? es el latido del corazón frente al llamado del destino"
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Partido de transición. Había un riesgo: la gente de Darregueira estaba harta de comerse goleadas y eso los convertía en un equipo más peligroso, porque en su cabeza no estaba ganarnos. No era un plan de victoria sino un plan de resistencia, lo que es más fácil.
La solución de Condorito -al final no hubo necesidad de que Milton fuera el DT- fue subir la apuesta y poner en cancha a cinco delanteros, aunque en verdad, si querés leer la formación que vimos en la cancha, era un 4 - 4 - 2 del tipo "diamante rotativo", según puntualizó abuelo de Milton.
---
El partido se simplifica con un gol casi desde los vestuarios, un centro juguete que no logran decodificar bien los hermanos Stork dándole la posibilidad a Lezcano de meter su primer gol en el Mayor. Más fácil, un ratito después el juez de línea cae en la trampa del offside y habilita a Abrigo para que el desinteresado pase al medio sea legal, y Eliazer Díaz la mete, 2 a 0.
El partido no se torció más: con alguna piña fuera de contexto que se comió Gaby Sayago, con un licuado de pelotas divididas, con un puré de piernas que Club puso con mucha voluntad y escasa inspiración. Ojo, Derrac es alto jugador, a nuestro juicio. Darregueira puede hacer daño, si alguna vez logra hacer el primer gol en un partido.
En el descanso nos comemos un choripán frío con gaseosa caliente, y nos hace mal, así que nos pasamos todo el segundo tiempo con dolor de panza y vemos poco el juego. No es recomendable, por favor no lo intenten.
A la mitad del primer tiempo llega el tercer gol en una jugada muy de manual: sale para afuera, vuelve por arriba, se baja al medio, Ariel la mete. Nos tranquiliza por dos cosas. Primero, dos a cero es resultado remontable, tres no. Luego, como All Boys hizo dos y Santa Rosa tres, quedamos técnicamente primeros.
El partido sigue ya como un entrenamiento con árbitros. Como sobraba un defensor, salió Calvente y entró Rambur. Y minutos a los pibes, Ezequiel Andrés (debut en primera) y Angel González. Después, Milton y Papá de Milton saludan al equipo y verifican que todo esté en orden. De paso, Milton saluda al juez del encuentro, lo felicita por su labor, e intenta sin éxito usar su baño por el problemita del chorizo frío.
Sin problemas en el baúl, un poco mugrientos por el polvo, pero confiados, nos volvemos a la Provincia de La Pampa, de la que nunca más saldremos hasta que termine este torneo.
Abrazos.
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Club Darregueira 0 - Santa Rosa 3
El albo formó con José Omar Urigüen; Pablo Alanís, Diego Calvente, Miguel Quiruleff y Fabricio Pérez; Gastón Lezcano, Lucas Francia y Eliazer Días; Gabriel Sayago; Coqui Susvielles y Ariel Abrigo . En el ST ingresaron Mauricio Rambur, Ezequiel Andrés y Ángel González. El partido se jugó en la cancha de Rampla, de excelente piso. Había 117 hinchas de Santa Rosa y 173 floggers locales. Al empezar el partido, la temperatura era de 19º. Lo arbitró Bruno Martínez, ni bien ni mal.
----
Posdata: ¿Tenés frío? ¿Querés hacer una fogata para calentarte un poco? Ok, hacelo pero ojo, no me prendás fuego la cancha porque se pudre todo.
Tío Pumba tiene un bombo chiquito y como lo lleva en la falda, golpea al momento de empezar el tema, sincronizándose con el ritmo. Y dice: "¿escuchás? es el latido del corazón frente al llamado del destino"
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Partido de transición. Había un riesgo: la gente de Darregueira estaba harta de comerse goleadas y eso los convertía en un equipo más peligroso, porque en su cabeza no estaba ganarnos. No era un plan de victoria sino un plan de resistencia, lo que es más fácil.
La solución de Condorito -al final no hubo necesidad de que Milton fuera el DT- fue subir la apuesta y poner en cancha a cinco delanteros, aunque en verdad, si querés leer la formación que vimos en la cancha, era un 4 - 4 - 2 del tipo "diamante rotativo", según puntualizó abuelo de Milton.
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El partido se simplifica con un gol casi desde los vestuarios, un centro juguete que no logran decodificar bien los hermanos Stork dándole la posibilidad a Lezcano de meter su primer gol en el Mayor. Más fácil, un ratito después el juez de línea cae en la trampa del offside y habilita a Abrigo para que el desinteresado pase al medio sea legal, y Eliazer Díaz la mete, 2 a 0.
El partido no se torció más: con alguna piña fuera de contexto que se comió Gaby Sayago, con un licuado de pelotas divididas, con un puré de piernas que Club puso con mucha voluntad y escasa inspiración. Ojo, Derrac es alto jugador, a nuestro juicio. Darregueira puede hacer daño, si alguna vez logra hacer el primer gol en un partido.
En el descanso nos comemos un choripán frío con gaseosa caliente, y nos hace mal, así que nos pasamos todo el segundo tiempo con dolor de panza y vemos poco el juego. No es recomendable, por favor no lo intenten.
A la mitad del primer tiempo llega el tercer gol en una jugada muy de manual: sale para afuera, vuelve por arriba, se baja al medio, Ariel la mete. Nos tranquiliza por dos cosas. Primero, dos a cero es resultado remontable, tres no. Luego, como All Boys hizo dos y Santa Rosa tres, quedamos técnicamente primeros.
El partido sigue ya como un entrenamiento con árbitros. Como sobraba un defensor, salió Calvente y entró Rambur. Y minutos a los pibes, Ezequiel Andrés (debut en primera) y Angel González. Después, Milton y Papá de Milton saludan al equipo y verifican que todo esté en orden. De paso, Milton saluda al juez del encuentro, lo felicita por su labor, e intenta sin éxito usar su baño por el problemita del chorizo frío.
Sin problemas en el baúl, un poco mugrientos por el polvo, pero confiados, nos volvemos a la Provincia de La Pampa, de la que nunca más saldremos hasta que termine este torneo.
Abrazos.
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Club Darregueira 0 - Santa Rosa 3
El albo formó con José Omar Urigüen; Pablo Alanís, Diego Calvente, Miguel Quiruleff y Fabricio Pérez; Gastón Lezcano, Lucas Francia y Eliazer Días; Gabriel Sayago; Coqui Susvielles y Ariel Abrigo . En el ST ingresaron Mauricio Rambur, Ezequiel Andrés y Ángel González. El partido se jugó en la cancha de Rampla, de excelente piso. Había 117 hinchas de Santa Rosa y 173 floggers locales. Al empezar el partido, la temperatura era de 19º. Lo arbitró Bruno Martínez, ni bien ni mal.
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Posdata: ¿Tenés frío? ¿Querés hacer una fogata para calentarte un poco? Ok, hacelo pero ojo, no me prendás fuego la cancha porque se pudre todo.
02 agosto 2010
Autopostulamiento
No lo dije en la crónica de ayer, pero sabrán que Alejandro Juan nos echó a todo el banco: DT, PF, Ayudante.
Medio al cuete y de más, especialmente lo del PF, pero en fin. La cosa es que no van a poder estar la semana que viene, y que alguien va a tener que firmar la planilla, entrar con el equipo, pasarle las órdenes, ponerle presión al árbitro, todo eso, en el partido de Darregueira.
Entonces, muy humildemente creo que Milton, o sea YO, es el candidato adecuado para todo eso. No sé si habrá impedimentos reglamentarios caretas de que una ballena de peluche no pueda hacer eso, pero creo que Milton, por su espíritu positivo y sus grandes conocimientos de estrategia, por su conocimiento de la historia del club y de los jugadores, por su apoyo incondicional al equipo desde 2006, cuando éramos cuatro gatos locos, por todo eso Milton merece ser el DT que firme en ese partido.
Así que ya saben, tienen que apoyarme y crear un grupo en Facebook, "QUIERO QUE MILTON SEA EL DT DE SANTA ROSA EN DARREGUEIRA".
Prometo hacer caso a todo lo que me digan, portarme bien, y ganar.
Abrazos.
Medio al cuete y de más, especialmente lo del PF, pero en fin. La cosa es que no van a poder estar la semana que viene, y que alguien va a tener que firmar la planilla, entrar con el equipo, pasarle las órdenes, ponerle presión al árbitro, todo eso, en el partido de Darregueira.
Entonces, muy humildemente creo que Milton, o sea YO, es el candidato adecuado para todo eso. No sé si habrá impedimentos reglamentarios caretas de que una ballena de peluche no pueda hacer eso, pero creo que Milton, por su espíritu positivo y sus grandes conocimientos de estrategia, por su conocimiento de la historia del club y de los jugadores, por su apoyo incondicional al equipo desde 2006, cuando éramos cuatro gatos locos, por todo eso Milton merece ser el DT que firme en ese partido.
Así que ya saben, tienen que apoyarme y crear un grupo en Facebook, "QUIERO QUE MILTON SEA EL DT DE SANTA ROSA EN DARREGUEIRA".
Prometo hacer caso a todo lo que me digan, portarme bien, y ganar.
Abrazos.
01 agosto 2010
Capítulo 16:"Hoy hice arroz, lo hice para vos"
De camino a la cancha, Papá de Milton y Tío Pumba han contado 49 chicos y chicas con la joggineta del club. Sin lugar a dudas, ya es alta moda en todas las generaciones. Aparte de los que el club distribuye gratis, a 220 pesos las prendas son de buena calidad y eso ayuda a su éxito. Ni en La Boca vas a ver tanta gente con yóguins de Boca como en la Villa yóguins de Santa Rosa. Otro síntoma más de la recuperación emotiva del club, que nos hace entrar a la cancha con mucha emoción.
Y diez minutos tarde, porque nos dormimos, así que no sabemos nada de cómo fue la salida al campo. Un poco nos queremos matar por eso.
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Elegimos platea esta vez. Hay señores que se ve que hace mucho, mucho, que no vienen a la cancha. Dicen, mirá el once, no "Gaston", ponele. O dicen que el tres es gordo. Bueno, si, pero es el gordo que mejor salta en la liga. Y a ver si nos entendemos, si en Sudáfrica en lugar de Otamendi ahí ponían a Ibanbargoitía, te juro que los goles dos tres y cuatro no llegaban, se hacía echar pero eso de entrar con la pelotita adentro del arco con Mario no pasa.
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Vamos a empezar por el final, sin misterios. El hecho de que se nos haya escapado el partido puede darnos alguna pena y ganas de rebanarnos el pene en fetas, pero de todos modos es algo que guarda cierta relación con lo que pasó y podemos sacar cosas positivas.
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En varios puntos el partido fue raro. Los dos primeros goles llegaron en momentos muy inesperados, cuando los equipos que los metieron no estaban haciendo mucho en ataque.
El que nos interesa es el primero, Francia se la cede a Pacheco, intenta un centro desde la derecha que tapan y la pelota queda en zona muerta, fuera del área. Francia ha ido corriendo justo a ese lugar y le pega como puede, con tres dedos, al arco. La pelota va despacio, muy, pero hace una comba rara y cae antes del palo como si le hubieran pegado un tiro. Van doce minutos y un gol arriba nos da una gran chance de dominar el juego.
Santa Rosa jugará entonces un partidazo, sobre todo con los cuatro del medio, con la pólvora un poco mojada arriba. En ese punto vino el gol del empate, un desborde por la izquierda nuestra, que llega al arco en cuotas, primero Guerra que cabecea abajo y el monto contiene pero no detiene, después Baldissoni que la empuja.
Un ratito después, Caio Becerra queda desconectado de su cadena y rompe maxilar de Thury Pacheco. El línea ha visto la jugada y, correctamente, lo echa. Mientras tanto, todos nuestros defensores van quedando pintados de amarillo. La idea es que el hombre de más nos puede durar poco, hay que aprovecharlo mientras se tenga.
Algo de eso pasa en el primer tiempo, cuando Santa Rosa vuelve a retomar el control del partido, más por pressing que por toque. De ahí justamente sale la jugada del penal, de un error de JC Vasallo que terminó en pelota lisa y recta para Lezcano. Existe un componente actoral en quedarse tirado, pero la falta existió. De ahí Lucas Francia la pide y Condorito, correctamente, no se lo da. Patea el capitán, Gaby Sayago. Los fantasmas los rodean, pero está sereno y seguro. Procede como indica el manual, fuerte, al costado, abajo. Es el gol que más gritamos desde el que metió Ariel Abrigo en la cancha de Sarmiento, y ahora nos vamos a dar cuenta por qué.
Tío Pumba mira su libreta y reporta: hace dos Gaby Sayago no metía un gol. Explica: desde el 7 de septiembre de 2008, el día que Sabino Agüero jugó de 6. Hasta tuvo penales a favor, cuarenta y cinco pelotas en los palos. El destaponamiento de Gaby es la mejor noticia del campeonato. Milton cree que, rota la maldición, en las seis fechas que quedan Gaby Sayago va a meter tres o cuatro goles más.
El pozo de Santa Rosa empezó en los treinta finales del ST, un poco coincidiendo con la expulsión de Lucas Francia. All Boys no podía pasar con pases ni gambetas, pero aprovechaba mucho los centros y las segundas jugadas de los centros. Había mucha bala perdida en pelotas de media distancia. Nos hubiera gustado una entrada de Epinal para meter tranca al resultado, pero Condorito metió a Abrigo con la idea de dejar morir la pelota arriba, algo que funcionó más o menos bien, Ariel entró con muchas pilas y tuvimos contras para levantarnos del asiento, bah, no se si tanto porque ya con el frío que así y lo fría que están los chapones de la platea buscábamos cualquier excusa para levantarnos, la próxima vez volvemos al cemento de la popu donde hacer más calorcito. Atrás hubo mucha concentración, nadie tuvo su segunda amarilla, y por un momento parecía que podíamos llegar al final con el 2 a 1.
Pero entonces, no. En el ping pong flipper que se jugaba al borde del área grande All Boys tuvo como cinco o seis balines, y el último le entro, empujado por Guerra.
Papá de Milton, escondido entre los tablones bajo una de esas viejas mantas tucumanas tejidas que sofocan sin abrigar, dice:
- "mierda".
Pero enseguida reflexiona que es un riesgo calculado, que así como la suerte de algún modo nos visitó para darnos dos veces la ventaja en jugadas sueltas, también se da por otro lado una vuelta por otros barrios.
Y se pone contento, cuando termina el partido, no por el resultado que nos deja un poco apichonados, sino porque toda la gente pudo ver al final algo parecido a un jeugo que los entusiasme. Discutimos con varios, pero a nosotros, el partido nos gustó, casi de punta a punta.
En fin: en los momentos claves Santa Rosa nos pareció un poco mejor, más ensamblado.. Ya el equipo está un poco liberado luego de esto, fue el tercer clásico y se juega con aplomo, sin histerias. No nos parece tan cierto que el campeonato sea un mano a mano con Ball Boys, hay muchos más huevos que reomper, así que salgamos por un momento de la lógica de clásico y pensemos en función del campeonato. En eso nos vemos un pasito adelante, pero hay que seguir caminado. El próximo trecho es largo (¡hasta Darregueira) pero hay que darlo porque no hay rival pequeño. Y después, Doblas.
Son dos partidos muy importantes que deberíamos ganar.
Abrazos,
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Santa Rosa 2 - Ball Boys 2
El albo formó con Bruno Michelena; Fabricio Pérez, Marcelo Constantino, Miguel Quiruleff y Mario Ibanbargoitía; Néstor Pacheco, Lucas Francia y Eliezer Días; Gaby Sayago; Coqui Susvielles y Gastón Lezcano. En el ST ingresó Ariel Abrigo. El partido se jugó en el Estadio Mateo Calderón. La falta de fútbol AFA y la tarde, que engañaba (solcito, pero 11 grados) hicieron que fuera el récord absoluto de público: 757 hinchas de Santa Rosa, 412 hinchas de All Boys.
Lo arbitró Alejandro Juan. Entonces estamos en un dilema, o ponemos lo que todos quieren leer, o decimos la verdad.
Pero Milton siempre dice la verdad, y la verdad es esta: el único error de Juan fue una amarilla que le saca a Calvente, y tal vez la que no le sacó a Schaab, ambas cosas irrelevantes en el resultado. El resto todo bien: el penal fue penal, Lezcano fue a buscarlo y se lo llevan por delante, penal de torpe pero penal. Los dos goles de All Boys fueron en posición correcta, no había offside. El penal que no le cobró a Ball Boys en el segundo tiempo, no fue. Los dos echados están bien echados (el más discutible es Lucas Francia, pero pega de atrás y pegar de atrás, sépanlo niños, es roja directa). Así que no seamos llorones.
Y diez minutos tarde, porque nos dormimos, así que no sabemos nada de cómo fue la salida al campo. Un poco nos queremos matar por eso.
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Elegimos platea esta vez. Hay señores que se ve que hace mucho, mucho, que no vienen a la cancha. Dicen, mirá el once, no "Gaston", ponele. O dicen que el tres es gordo. Bueno, si, pero es el gordo que mejor salta en la liga. Y a ver si nos entendemos, si en Sudáfrica en lugar de Otamendi ahí ponían a Ibanbargoitía, te juro que los goles dos tres y cuatro no llegaban, se hacía echar pero eso de entrar con la pelotita adentro del arco con Mario no pasa.
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Vamos a empezar por el final, sin misterios. El hecho de que se nos haya escapado el partido puede darnos alguna pena y ganas de rebanarnos el pene en fetas, pero de todos modos es algo que guarda cierta relación con lo que pasó y podemos sacar cosas positivas.
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En varios puntos el partido fue raro. Los dos primeros goles llegaron en momentos muy inesperados, cuando los equipos que los metieron no estaban haciendo mucho en ataque.
El que nos interesa es el primero, Francia se la cede a Pacheco, intenta un centro desde la derecha que tapan y la pelota queda en zona muerta, fuera del área. Francia ha ido corriendo justo a ese lugar y le pega como puede, con tres dedos, al arco. La pelota va despacio, muy, pero hace una comba rara y cae antes del palo como si le hubieran pegado un tiro. Van doce minutos y un gol arriba nos da una gran chance de dominar el juego.
Santa Rosa jugará entonces un partidazo, sobre todo con los cuatro del medio, con la pólvora un poco mojada arriba. En ese punto vino el gol del empate, un desborde por la izquierda nuestra, que llega al arco en cuotas, primero Guerra que cabecea abajo y el monto contiene pero no detiene, después Baldissoni que la empuja.
Un ratito después, Caio Becerra queda desconectado de su cadena y rompe maxilar de Thury Pacheco. El línea ha visto la jugada y, correctamente, lo echa. Mientras tanto, todos nuestros defensores van quedando pintados de amarillo. La idea es que el hombre de más nos puede durar poco, hay que aprovecharlo mientras se tenga.
Algo de eso pasa en el primer tiempo, cuando Santa Rosa vuelve a retomar el control del partido, más por pressing que por toque. De ahí justamente sale la jugada del penal, de un error de JC Vasallo que terminó en pelota lisa y recta para Lezcano. Existe un componente actoral en quedarse tirado, pero la falta existió. De ahí Lucas Francia la pide y Condorito, correctamente, no se lo da. Patea el capitán, Gaby Sayago. Los fantasmas los rodean, pero está sereno y seguro. Procede como indica el manual, fuerte, al costado, abajo. Es el gol que más gritamos desde el que metió Ariel Abrigo en la cancha de Sarmiento, y ahora nos vamos a dar cuenta por qué.
Tío Pumba mira su libreta y reporta: hace dos Gaby Sayago no metía un gol. Explica: desde el 7 de septiembre de 2008, el día que Sabino Agüero jugó de 6. Hasta tuvo penales a favor, cuarenta y cinco pelotas en los palos. El destaponamiento de Gaby es la mejor noticia del campeonato. Milton cree que, rota la maldición, en las seis fechas que quedan Gaby Sayago va a meter tres o cuatro goles más.
El pozo de Santa Rosa empezó en los treinta finales del ST, un poco coincidiendo con la expulsión de Lucas Francia. All Boys no podía pasar con pases ni gambetas, pero aprovechaba mucho los centros y las segundas jugadas de los centros. Había mucha bala perdida en pelotas de media distancia. Nos hubiera gustado una entrada de Epinal para meter tranca al resultado, pero Condorito metió a Abrigo con la idea de dejar morir la pelota arriba, algo que funcionó más o menos bien, Ariel entró con muchas pilas y tuvimos contras para levantarnos del asiento, bah, no se si tanto porque ya con el frío que así y lo fría que están los chapones de la platea buscábamos cualquier excusa para levantarnos, la próxima vez volvemos al cemento de la popu donde hacer más calorcito. Atrás hubo mucha concentración, nadie tuvo su segunda amarilla, y por un momento parecía que podíamos llegar al final con el 2 a 1.
Pero entonces, no. En el ping pong flipper que se jugaba al borde del área grande All Boys tuvo como cinco o seis balines, y el último le entro, empujado por Guerra.
Papá de Milton, escondido entre los tablones bajo una de esas viejas mantas tucumanas tejidas que sofocan sin abrigar, dice:
- "mierda".
Pero enseguida reflexiona que es un riesgo calculado, que así como la suerte de algún modo nos visitó para darnos dos veces la ventaja en jugadas sueltas, también se da por otro lado una vuelta por otros barrios.
Y se pone contento, cuando termina el partido, no por el resultado que nos deja un poco apichonados, sino porque toda la gente pudo ver al final algo parecido a un jeugo que los entusiasme. Discutimos con varios, pero a nosotros, el partido nos gustó, casi de punta a punta.
En fin: en los momentos claves Santa Rosa nos pareció un poco mejor, más ensamblado.. Ya el equipo está un poco liberado luego de esto, fue el tercer clásico y se juega con aplomo, sin histerias. No nos parece tan cierto que el campeonato sea un mano a mano con Ball Boys, hay muchos más huevos que reomper, así que salgamos por un momento de la lógica de clásico y pensemos en función del campeonato. En eso nos vemos un pasito adelante, pero hay que seguir caminado. El próximo trecho es largo (¡hasta Darregueira) pero hay que darlo porque no hay rival pequeño. Y después, Doblas.
Son dos partidos muy importantes que deberíamos ganar.
Abrazos,
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Santa Rosa 2 - Ball Boys 2
El albo formó con Bruno Michelena; Fabricio Pérez, Marcelo Constantino, Miguel Quiruleff y Mario Ibanbargoitía; Néstor Pacheco, Lucas Francia y Eliezer Días; Gaby Sayago; Coqui Susvielles y Gastón Lezcano. En el ST ingresó Ariel Abrigo. El partido se jugó en el Estadio Mateo Calderón. La falta de fútbol AFA y la tarde, que engañaba (solcito, pero 11 grados) hicieron que fuera el récord absoluto de público: 757 hinchas de Santa Rosa, 412 hinchas de All Boys.
Lo arbitró Alejandro Juan. Entonces estamos en un dilema, o ponemos lo que todos quieren leer, o decimos la verdad.
Pero Milton siempre dice la verdad, y la verdad es esta: el único error de Juan fue una amarilla que le saca a Calvente, y tal vez la que no le sacó a Schaab, ambas cosas irrelevantes en el resultado. El resto todo bien: el penal fue penal, Lezcano fue a buscarlo y se lo llevan por delante, penal de torpe pero penal. Los dos goles de All Boys fueron en posición correcta, no había offside. El penal que no le cobró a Ball Boys en el segundo tiempo, no fue. Los dos echados están bien echados (el más discutible es Lucas Francia, pero pega de atrás y pegar de atrás, sépanlo niños, es roja directa). Así que no seamos llorones.