...
Hicimos dos goles, lo que no está mal. El problema es que nos hicieron cuatro.
***
El partido quedó malparido en quince minutos que podemos comentar en FF, que no queremos martirizarnos. Uuup para arriba, gol nuestro pero hecho por un jugador de ellos, luego chuf, para abajo, uno dos, tres. Pum, pum, pum. En ese momento el hincha Loco de Santa Rosa llega a la cancha y cuando pregunta el resultado, dice: buenísimo lo vamos a ganar, le hacemos un gol, a ellos se les llena el culo de preguntas, lo empatamos y lo ganamos.
***
Un rato después, vemos como el Nani se pierde un gol solo frente al arquero y el Hincha Loco pregunta si eso que se perdió fue el cuarto. Sí, le decimos. Recién entonces se da cuenta del lío en que estamos metidos y se le transforma la cara. Al ratito, otra vez Nani solo, sí pum, sí esta vez lo mete: cuatro a uno abajo, todo en 30 minutos de juego.
***
Antes de que se vaya el PT, un penal claro en el área. Chicote lo cobra: típico penal de cuatro a uno. Va Fabricio, patea y Oliván ataja a medias, vuelve a patear y vuelve a atajar. Lezcano ha picado para rematar y la agarra a un costadito, cerca pero ángulo jodido y no puede terminarla de parar nunca, muhos pies de Belgrano llegan para cerrar, pero antes de eso la pelota ha entrado en el arco. Luego una pequeña gresca, numerito de Chicote, pero hay ahí algo que queda para el segundo tiempo. Tal vez el Hincha Loco tenga razón, si hacemos uno más vamos a seguir perdiendo, pero va a ser muy claramente otro partido. Y si se hicieron seis goles en un tiempo, alguno más va a haber en el segundo. Esto va a estar bueno, decía Papá de Milton mientras se vaciaba una botella de agua en la cabeza.
***
Algún cronista podrá decir que el segundo tiempo estuvo de más. Es el boludo criterio de que si no se hacen goles no pasa nada. Pero pasó mucho. Milton cree que el segundo tiempo fue importantísimo. Que ahí Santa Rosa mostró su verdadera cara, tal vez ahí también Belgrano mostró la suya. El resultado es, más vale, indiscutible, pero al que sabe leer el partido le muestra mucho más que un resultado.
En el peor de los escenarios, ante un rival implacable para aprovechar errores, el equipo mostró rebeldía, solidaridad y aplomo. Mereció hacer el tercer gol y tal vez lo hizo, sólo que Chicote no lo vio o no lo quiso ver. Y en el aire estaba la idea de que si Santa Rosa metía el tres, después metía el cuatro y empataba.
Tal vez era un espejismo, pero eso era lo que transmitió el equipo: que era capaz de remontar un cuatro a uno en contra de visitante ante el último campeón.
Tanto es así que onda a los 32 minutos del segundo tiempo, el DT de Belgrano, ganando cuatro a uno, hace el siguiente cambio: saca a Olguín y pone al Rata Vera. Todo aquel que sepa de qué y cómo juega Olguín, de qué y cómo juega el Rata Vera, sabe qué quiere decir ese cambio.
***
En el ST Condorito salió a darlo vuelta, no a evitar la goleada.
Con tres o cuatro chances claras que no entraron, el resultado pudo y tal vez debió ser otro. Santa Rosa funcionó bien bajo presión extrema, jugó por momentos su mejor fútbol del año. Se corrió cada pelota, se jugó limpio. Ambos equipos lo hicieron, pero claro que Chicote no se iba privar de echar a tres jugadores.
Perdiendo, con miles de macanas y cosas para reprocharnos, nos fuimos contentos. Vimos un gran partido, y también vimos algo que nos gustó.
***
Dos párrafos aparte sobre lo que pasó de este lado del alambrado.
Uno para la hinchada. Bombo redoblante y actitud santa rosa. A full, del minuto 0 al 90, sin parar. Milton no cree mucho en las pavadas del duelo de hinchadas, pero no deja de reconocer que el aguante motiva y transmite y da una mano que necesitamos. Con el corazón en la mano, gracias por tanto.
Y perdón por tan poco. Milton repudia a los que se empezaron a ir faltando diez minutos. La onda no es que vas a ver un partido hasta que queda claro que tu equipo no gana. Tenés que ir sabiendo que puede perder, y quedarte aún cuando esté perdiendo. ¿Qué era lo que tan importantemente tenían que hacer? ¿Se les quemaban los fideos, se les iba el micro? Podés no cantar, no es necesario llevar bombos, pero seamos buenos entre nosotros, el que se va antes del pito final es un cagón.
***
Belgrano de Chubut 4 - Santa Rosa 2
El albo formó con Michelena; Calvente, Constantino, Ibanbargoitía, Fabricio Pérez; Rambur, Lucas Francia, Maidana; Sayago; Susvielles y Gastón Lezcano. En el ST entraron Walter Nicollier, Abrigo y Pablo Alanís, y fueron expulsados Constntino y Fabricio Pérez. El partido se jugó en el Estadio "Rancho Grande", donde había 186 hinchas de Santa Rosa. Dada la forma del Estadio se hace difícil contar cuantos había del local que seguramente eran más de 200, pero no muchos más. En la cabecera popular había ayer 28 personas. En algún momento le van a terminar haciendo honor a su nombre: la 14. Al empezar el partido, la temperatura era de 32º. Lo arbitró Chicote, lamentablemente.
28 marzo 2010
23 marzo 2010
Charlas del buffet, semana 4
Hoy tampoco en el buffet, porque aprovechamos la tardecita con sol, en poco tiempo más se va a hacer de noche temprano.
Tío Pumba toma aire y hace quince flexiones de brazos, bajo los grandes árboles que están detrás del anfiteatro del Centro Cívico. "¿Listo, profe? ¿Así está bien?", pregunta. "Sí, todo bien, vas fenómeno", se autocontesta. Entonces da por concluida su gimnasia, luego de haber hecho antes de eso diez abdominales y dos subidas de loma a fondo. Bueno, la primera a fondo, la segunda más o menos.
Tío Pumba toma aire y hace quince flexiones de brazos, bajo los grandes árboles que están detrás del anfiteatro del Centro Cívico. "¿Listo, profe? ¿Así está bien?", pregunta. "Sí, todo bien, vas fenómeno", se autocontesta. Entonces da por concluida su gimnasia, luego de haber hecho antes de eso diez abdominales y dos subidas de loma a fondo. Bueno, la primera a fondo, la segunda más o menos.
"Me estoy cuidando", dice. "Quiero llegar bien para el verano". Entonces nos sentamos en un tapialito y hablamos de temas varios del club con Papá de Milton. Ahi mismo almorzamos, comemos salchichón y salame con galleta de campo. Milton escucha.
Papá de Milton habla sobre Susvielles. Parecería, dice, que un gol en cuatro partidos es poco para un nueve. Pero ese jugador tuvo participación decisiva en el armado de la jugada de otros tres goles (el primero contra All Boys, los dos de Lezcano en Winifreda). Y dio manos en defensa, incluso salvó una en la línea en un corner, el domingo pasado.
Tío Pumba está de acuerdo, Coqui tiene que estar. Su idea es que tiene que hacer un click, que es muy impaciente. Cuando pasa algún tiempo sin tocar la pelota, se tira atrás y termina jugando más cerca de la mitad de la cancha que del área rival. No lo hace mal, porque tiene dominio, pero lo que hace es un trabajo de enganche de espaldas al arco.
Los delanteros tienen que jugar lo más arriba que puedan, al filo del offside, lo cual es también una forma de abrir espacio entre las líneas del equipo rival. La idea es que todo el tiempo haya dos jugadores más o menos cerca del área. Hay que tener paciencia, un nueve es como un arquero, tiene que poder bancarse mucho tiempo sin tocar la pelota.
La otra alternativa, razona Milton, es que roten con Sayago: cuando Gaby ve que Susvielles bajó al lugar del 10, tiene que subir al lugar que Coqui ha dejado libre arriba. Papá de Milton dice que, como sea, con o sin pelota, Gaby tiene que estar a tento para mostrarse un poco más arriba, que haciendo eso va a arrastrar marcas y dejar otros espacios libres en el medio.
Luego hablamos del partido de Belgrano. Obligadísimo a ganar está Belgrano. No nos preocupa, le vemos una pinta enorme de partidazo. Es líndo el fútbol, ir a la cancha, putear un rato, fabular que uno sabe cómo es que hay que hacer la táctica para ganar, renegar y reírse. Nos quedamos contentos por un rato, y el salchichón y el salame están muy ricos.
Papá de Milton habla sobre Susvielles. Parecería, dice, que un gol en cuatro partidos es poco para un nueve. Pero ese jugador tuvo participación decisiva en el armado de la jugada de otros tres goles (el primero contra All Boys, los dos de Lezcano en Winifreda). Y dio manos en defensa, incluso salvó una en la línea en un corner, el domingo pasado.
Tío Pumba está de acuerdo, Coqui tiene que estar. Su idea es que tiene que hacer un click, que es muy impaciente. Cuando pasa algún tiempo sin tocar la pelota, se tira atrás y termina jugando más cerca de la mitad de la cancha que del área rival. No lo hace mal, porque tiene dominio, pero lo que hace es un trabajo de enganche de espaldas al arco.
Los delanteros tienen que jugar lo más arriba que puedan, al filo del offside, lo cual es también una forma de abrir espacio entre las líneas del equipo rival. La idea es que todo el tiempo haya dos jugadores más o menos cerca del área. Hay que tener paciencia, un nueve es como un arquero, tiene que poder bancarse mucho tiempo sin tocar la pelota.
La otra alternativa, razona Milton, es que roten con Sayago: cuando Gaby ve que Susvielles bajó al lugar del 10, tiene que subir al lugar que Coqui ha dejado libre arriba. Papá de Milton dice que, como sea, con o sin pelota, Gaby tiene que estar a tento para mostrarse un poco más arriba, que haciendo eso va a arrastrar marcas y dejar otros espacios libres en el medio.
Luego hablamos del partido de Belgrano. Obligadísimo a ganar está Belgrano. No nos preocupa, le vemos una pinta enorme de partidazo. Es líndo el fútbol, ir a la cancha, putear un rato, fabular que uno sabe cómo es que hay que hacer la táctica para ganar, renegar y reírse. Nos quedamos contentos por un rato, y el salchichón y el salame están muy ricos.
21 marzo 2010
Capítulo 4: "Equinoccio"
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El equinoccio es el momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de la Tierra, excepto en los polos. La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctĭum y significa «noche igual».
Ocurre dos veces por año: el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre de cada año, épocas en que los dos polos de la Tierra se encuentran a igual distancia del Sol, cayendo la luz solar por igual en ambos hemisferios.
****
Cuando empieza el primer tiempo, van diez minutos, luego de ver cómo Germinal tira el achique de modo suicida, Papá de Milton pronostica: “Buá, se nota por qué Belgrano les metió cinco. Les va a salir bien, hasta que les salga mal y es un delantero solo frente al arco. Les vamos a ganar por dos o tres goles”.
***
Cuando el partido sigue, empezamos a ver a Germinal más en detalle. Se nota por qué vienen de meterle cinco a Macachín. Es un equipo tenaz, rapidito, fuerte pero limpio, hinchapelotas. Nos meten un gol a los trece minutos, un centro en donde Zabala se desmarcó muy bien aprovechando el callejón que quedaba libre entre el tres y los centrales.
Santa Rosa reacciona por un rato, luego nada. Cuando el partido se pone peligrosamente tibio, lo calienta un centro de Fabricio Pérez que empalma por sorpresa Lucas Francia. Doble alivio entonces, nos llevamos el empate por delante y Santa Rosa marca el primer gol de Santa Rosa en el Mateo de este campeonato, en el arco de la calle Civit, zafamos sin perder de un primer tiempo en que el albo juega horrible..
El segundo tiempo fue igual pero distinto: se prendieron las luces del Estadio, cuando se termine ya será de noche. Germinal siguió yendo, el Mono sacó una pelota imposible, casi todas las pelotas que pasaban tres cuartos terminaban complicándonos atrás. Tuvimos a favor tres jugadas claras en todo el segundo tiempo y salió bien la segunda de ellas, a los diez minutos: pelota para Lezcano abierto, cruce a Coqui y adentro, el gol de la jugada infalible del FIFA 95 que siempre hacía Tío Pumba en la PC 486.
Pero se perdió la oportunidad de mantener el resultado conseguido, porque Germinal no se dejó. Nos empató rápido, en una pelota que Mono despejó a medias y quedó haciendo flipper en el área hasta que alguien la mandó adentro.
Santa Rosa hizo los cambios metiendo calidad por equilibrio, y que marque Mongo, dijo Condorito. Mongo era Lucas Francia: de ahí para arriba estaban Montigni, Nicollier, Abrigo, Susvielles y Lezcano, un enganche y cuatro delanteros. Esto hizo que el final fuera entretenido. Para nosotros, pudo haber salido bien o mal, pero no fue ni una cosa ni la otra. Al final el dos a dos pudo haber sido un cuatro a cuatro.
El resultado, digámoslo, fue justo.
***
El que vio un partido como el de ayer y diga que el fútbol local es aburrido es un hijo de puta.
Pero que haya estado bueno para verlo no es para tirar cuetes. El partido debió ganarse. Llegar a la punta era importante, pero ahora quedó todo cerca, nos alcanzó All Boys, se perdió la oportunidad de despegarse mucho de Belgrano, justo ahora tenemos que ir a jugar a Villa Alonso.
***
Volvemos a casa: a las ocho y treinta y siete pe eme ya hace frío. Vemos a Gimnasia perder, Papá de Milton tiene que prender el termotanque que había apagado para ahorrar durante el verano. Mientras reponemos energía comiendo un cacho de queso que le compramos a los menonitas, nos damos cuenta de que ha comenzado el otoño.
Así, el largo verano termina y uno casi ni se dio cuenta de cómo fueron las cosas, sabe que estuvo entretenido, pero piensa que tal vez tendría que haberlo aprovechado mejor. Bueno, igual nunca se sabe, en otoño habrá también días soleados.
Abrazos.
***
El albo formó con Michelena; Fabricio Pérez, Calvente, Constantino, Epinal; Rambur, Lucas Francia, Maidana; Sayago; Susvielles y Gastón Lezcano. Cuando entra el equipo, cinco pequeños llevan la bandera que dice fuerza sabi te esperamos pronto. Nosotros también pensamos lo mismo. En el ST entraron Walter Nicollier, Abrigo y Martín Montigni, auiqen lo vimos muy bien. El partido se jugó en el Estadio "Mateo Calderón ", donde había 215 hinchas de Santa Rosa, 122 de Villa Germinal. El viento fue poco. En la tribuna visitante se exhibió también la que tal vez es la más larga bandera, no la mejor, de la Liga Cultural. Al empezar el partido, la temperatura era de 26º.
El equinoccio es el momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de la Tierra, excepto en los polos. La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctĭum y significa «noche igual».
Ocurre dos veces por año: el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre de cada año, épocas en que los dos polos de la Tierra se encuentran a igual distancia del Sol, cayendo la luz solar por igual en ambos hemisferios.
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Cuando empieza el primer tiempo, van diez minutos, luego de ver cómo Germinal tira el achique de modo suicida, Papá de Milton pronostica: “Buá, se nota por qué Belgrano les metió cinco. Les va a salir bien, hasta que les salga mal y es un delantero solo frente al arco. Les vamos a ganar por dos o tres goles”.
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Cuando el partido sigue, empezamos a ver a Germinal más en detalle. Se nota por qué vienen de meterle cinco a Macachín. Es un equipo tenaz, rapidito, fuerte pero limpio, hinchapelotas. Nos meten un gol a los trece minutos, un centro en donde Zabala se desmarcó muy bien aprovechando el callejón que quedaba libre entre el tres y los centrales.
Santa Rosa reacciona por un rato, luego nada. Cuando el partido se pone peligrosamente tibio, lo calienta un centro de Fabricio Pérez que empalma por sorpresa Lucas Francia. Doble alivio entonces, nos llevamos el empate por delante y Santa Rosa marca el primer gol de Santa Rosa en el Mateo de este campeonato, en el arco de la calle Civit, zafamos sin perder de un primer tiempo en que el albo juega horrible..
El segundo tiempo fue igual pero distinto: se prendieron las luces del Estadio, cuando se termine ya será de noche. Germinal siguió yendo, el Mono sacó una pelota imposible, casi todas las pelotas que pasaban tres cuartos terminaban complicándonos atrás. Tuvimos a favor tres jugadas claras en todo el segundo tiempo y salió bien la segunda de ellas, a los diez minutos: pelota para Lezcano abierto, cruce a Coqui y adentro, el gol de la jugada infalible del FIFA 95 que siempre hacía Tío Pumba en la PC 486.
Pero se perdió la oportunidad de mantener el resultado conseguido, porque Germinal no se dejó. Nos empató rápido, en una pelota que Mono despejó a medias y quedó haciendo flipper en el área hasta que alguien la mandó adentro.
Santa Rosa hizo los cambios metiendo calidad por equilibrio, y que marque Mongo, dijo Condorito. Mongo era Lucas Francia: de ahí para arriba estaban Montigni, Nicollier, Abrigo, Susvielles y Lezcano, un enganche y cuatro delanteros. Esto hizo que el final fuera entretenido. Para nosotros, pudo haber salido bien o mal, pero no fue ni una cosa ni la otra. Al final el dos a dos pudo haber sido un cuatro a cuatro.
El resultado, digámoslo, fue justo.
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El que vio un partido como el de ayer y diga que el fútbol local es aburrido es un hijo de puta.
Pero que haya estado bueno para verlo no es para tirar cuetes. El partido debió ganarse. Llegar a la punta era importante, pero ahora quedó todo cerca, nos alcanzó All Boys, se perdió la oportunidad de despegarse mucho de Belgrano, justo ahora tenemos que ir a jugar a Villa Alonso.
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Volvemos a casa: a las ocho y treinta y siete pe eme ya hace frío. Vemos a Gimnasia perder, Papá de Milton tiene que prender el termotanque que había apagado para ahorrar durante el verano. Mientras reponemos energía comiendo un cacho de queso que le compramos a los menonitas, nos damos cuenta de que ha comenzado el otoño.
Así, el largo verano termina y uno casi ni se dio cuenta de cómo fueron las cosas, sabe que estuvo entretenido, pero piensa que tal vez tendría que haberlo aprovechado mejor. Bueno, igual nunca se sabe, en otoño habrá también días soleados.
Abrazos.
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Santa Rosa 2 - Villa Germinal 2
El albo formó con Michelena; Fabricio Pérez, Calvente, Constantino, Epinal; Rambur, Lucas Francia, Maidana; Sayago; Susvielles y Gastón Lezcano. Cuando entra el equipo, cinco pequeños llevan la bandera que dice fuerza sabi te esperamos pronto. Nosotros también pensamos lo mismo. En el ST entraron Walter Nicollier, Abrigo y Martín Montigni, auiqen lo vimos muy bien. El partido se jugó en el Estadio "Mateo Calderón ", donde había 215 hinchas de Santa Rosa, 122 de Villa Germinal. El viento fue poco. En la tribuna visitante se exhibió también la que tal vez es la más larga bandera, no la mejor, de la Liga Cultural. Al empezar el partido, la temperatura era de 26º.
18 marzo 2010
Charlas del buffet, semana 3
A las 15 horas se juega el superclásico que enfrenta a muertos versus degollados. Miton cree que el partido ya se ha pactado: cero a cero. Así que si quieren ver goles el domingo vayan a las 18 al Mateo Calderón.
Papá de Milton habla con Tío Pumba sobre defectos y errores de nustro equipo. Se ponen de acuerdo en uno: la manía de quererla "jugar rápido". Ha pasado en los tres partidos, dicen. Milton pregunta de qué hablan y le explican.
Cobran, por ejemplo, un foul en tres cuartos de cancha. Lo que tenemos, dice Papá de Milton, es una gran cosa: un centro peligrosísimo, podés hacer que suban los centrales, mucho más complicado de defender que un corner, hay chances de que agarren a alguien y tengamos penal a favor. Incluso podés sorprender y pegarle al arco, o jugar corta, llegar al fondo, y mandar centro atrás.
Pero resulta que como hay un rival caído y otro que protesta, viene alguien de los nuestros y quiere sorprender jugándola rápido a otro que ve libre al lado. Y como no tenemos ningún delantero que esté parado en posición de gol, este otro corre dos metros para el costado y tiene que enganchar enseguida, se pierde el efecto sorpresa, la jugada termina haciéndole un favor a los rivales: teníamos un centro a favor y ahora tenemos un tipo que está en la mitad de la cancha y de espaldas al arco, lo más probable es que la pierda o si no tiene que jugar con los laterales.
Tío Pumba mira en su libreta y dice: "la ventana de sorpresa es de dos o tres segundos. Si no tenés algo que te ponga en situación de gol en ese tiempo, jugarla rápido no tiene sentido, porque es lo que tarda el rival en rearmarse".
Algo parecido pasa con laterales a favor, y también al Mono muchas veces que sale del fondo, por hacer todo a los apurones terminamos regalándola.
Papá de Milton dice que la calma y la paciencia es una gran virtud. Para de correr, tranquilo. La lentitud tiene un encanto, dice. Al beber el café, su cara revela un poco de asco, ha esperado tanto que en este sorbo ya le quedó frío.
Abrazos y nos vemos el domingo.
Papá de Milton habla con Tío Pumba sobre defectos y errores de nustro equipo. Se ponen de acuerdo en uno: la manía de quererla "jugar rápido". Ha pasado en los tres partidos, dicen. Milton pregunta de qué hablan y le explican.
Cobran, por ejemplo, un foul en tres cuartos de cancha. Lo que tenemos, dice Papá de Milton, es una gran cosa: un centro peligrosísimo, podés hacer que suban los centrales, mucho más complicado de defender que un corner, hay chances de que agarren a alguien y tengamos penal a favor. Incluso podés sorprender y pegarle al arco, o jugar corta, llegar al fondo, y mandar centro atrás.
Pero resulta que como hay un rival caído y otro que protesta, viene alguien de los nuestros y quiere sorprender jugándola rápido a otro que ve libre al lado. Y como no tenemos ningún delantero que esté parado en posición de gol, este otro corre dos metros para el costado y tiene que enganchar enseguida, se pierde el efecto sorpresa, la jugada termina haciéndole un favor a los rivales: teníamos un centro a favor y ahora tenemos un tipo que está en la mitad de la cancha y de espaldas al arco, lo más probable es que la pierda o si no tiene que jugar con los laterales.
Tío Pumba mira en su libreta y dice: "la ventana de sorpresa es de dos o tres segundos. Si no tenés algo que te ponga en situación de gol en ese tiempo, jugarla rápido no tiene sentido, porque es lo que tarda el rival en rearmarse".
Algo parecido pasa con laterales a favor, y también al Mono muchas veces que sale del fondo, por hacer todo a los apurones terminamos regalándola.
Papá de Milton dice que la calma y la paciencia es una gran virtud. Para de correr, tranquilo. La lentitud tiene un encanto, dice. Al beber el café, su cara revela un poco de asco, ha esperado tanto que en este sorbo ya le quedó frío.
Abrazos y nos vemos el domingo.
14 marzo 2010
Capítulo 3: "El último día fácil"
Por razones de seguridad suspendimos moto. Mientras vamos, finalmente, en el Torino Azul, a Winifreda, Milton se acuerda de la peli que había visto la noche anterior, “Tras las líneas enemigas: Colombia”. En una parte, al principio, los tipos están por empezar una operación, y el jefe les pregunta, gritando: ”¿Cual fue el último día fácil?”. Y en la tropa le contestan: “Ayer”.
***
Tío Pumba trata de hacer memoria: ¿cuándo fue la última vez que jugamos sin Sabino? Tuvo que haber sido en algún momento de 2008. Le preguntamos como está. Bien, dice Tío. Quedamos para visitarlo en la semana. Accidente en la moto, fractura de tibia y peroné. Puede volver a jugar en Septiembre. Es nuestra misión conseguir que en Septiembre el albo esté jugando por algo grande.
***
Con un armado raro, el equipo nuestro funcionó bien desde el principio. Entramos enchufados y en poco pasa esto: centro de Gaby al centro del área, la sacan cortito. Gastón Lezcano, que venía de atrás, la encuentra perfecta a la pasada, patea pisando la línea de cal del área grande, el arquero mal colocado y un poco tapado no tiene chance de saber adonde va. Primer gol albo de media distancia, gran alegría. Vale para recordar esto: hay que pegarle al arco.
Después de eso el partido estuvo abierto -la pelota iba y venía- pero muy cortado por faltas y centros, que generalmente eran cobrados en contra nuestra. Digámoslo: la mayoría de los fules que el árbitro cobró, fueron fules. Esto significa que de cada diez veces que cobró, 6 o 7 eran fules y los otros 3 o 4 gentileza del árbitro para el local. Así nos fueron metiendo en el área hasta que un rato después, por decantación, cobraron penal.
Lo fue a patear Enzo Furch. El dicho dice que penal bien pateado es gol.
Pero no es verdad. Furch lo pateó sin anunciar, fuerte, bajo, esquinado. Pero Bruno se jugó al lado bueno y la sacó, encima sacándola sin dar rebote. La pelota iba tan fuerte que pareció que había pegado en el palo, pero fue con las manos. Momento angelical del Mono que marca un antes y después en el partido: todo hubiera sido muuy, muy distinto si Winifreda llegaba al empate ahí, alrededor de los 30 PT.
***
La semana pasada perdimos tres a cero y dijimos que no habíamos jugado tan mal. Entonces digámoslo ahora que ganamos tres a cero: no se jugó tan bien. Ordenadito, sí, pero no electrizante. Por momentos faltó la maldad que tiene que tener un equipo que va ganando para meterle más goles a un rival que no está bien. Esa maldad es necesaria para cerrar los partidos y si no la tenés, corres serio riesgo de que te empaten, y después, que te ganen encima.
El partido estuvo abierto más tiempo del que Winifreda mereció. Incluso le echaron a un jugador por boludo, a los 10 del segundo tiempo. En serio, cuando lean en la Liga vean el informe, van a ver que no dice "lo eché por protestar", va a decir "lo eché por boludo".
Parece mentira que este equipo de Winifreda, que ayer jugó tan poco y chiquito, le haya podido empatar a Belgrano estando dos goles abajo. Pero no hay mucha vuelta que darle: tuvieron ayer una mala tarde, se apichonaron con el penal errado, no tuvieron la suerte de que nuestro equipo le regalara nada para ponerlos de vuelta en partido. Porque funcionó bien nuestra defensa. Otra vez tenemos que volver a 2008 para acordarnos de un partido con Pablo y Fabricio en cancha. Otra vez, buen partido de nuestro amigo Diego Calvente.
****
Al pasar el tiempo iba siendo cada vez más necesario un segundo gol. Llegó un poco después que lo que hubiéramos querido, pero llegó. Centro gentileza de Coqui Susvielles (gran jugada), metida por Gastón Lezcano para hacer doblete. Mucho tiempo espués, Walter Nicollier se pierde un gol increíble, a la misma hora y en el mismo arco en que Pocho Álvarez se había perdido un gol en la primera final de la Copa Presidentes 2006. Pero lo de Pocho fue sin arquero, y a un metro del arco. Casi al final, golazo de Ariel Abrigo para ponerle el moño, pateando con mucha maldad, con comba para que quede fuera del alcance de las manos de manotas.
***
Cuando hagamos la suma de la tabla, cuando estemos sacando cuentas en un par de meses, van a valer lo mismo los tres puntos que ganaste en un partido heroico contra un clásico rival que puntos como estos tres puntos que ganamos ayer. Que son partidos que engañan porque se puede pensar que son fáciles, y no siempre lo son: pregúntenle a Belgrano. Las cosas son complicadas, el fútbol es parejo, hay que jugar con la cabeza fría: el último día fácil siempre fue ayer. Hasta mañana. Fuerza Sabino, abrazos a todos. Nos vemos contra Germinal.
***
Deportivo Winifreda 0 - Santa Rosa 3
El albo formó con Michelena; Fabricio Pérez, Calvente, Constantino, Pablo Alanís; Rambur, Lucas Francia, Maidana; Sayago; Susvielles y Gastón Lezcano. En el ST entraron Walter Nicollier, Epinal y Abrigo. Muchos cambios con respecto al equipo que jugó los dos primeros partidos. El partido se jugó en el Estadio "Doctor Miguel Eloy Baldovino", de buen piso. Milton quiere hacer notar que el puente elevado por el que los jugadores ingresan al Estadio es genial, épico, parecen gladiadores que entran el circo romano. Una de las postales más lindas de toda la región. En la cancha había 241 espectadores de Winifreda, 195 hinchas de Santa Rosa. El viento fue poco. Nuestra reserva ganó 1 a 0. La temperatura era de 29º.
12 marzo 2010
Charlas del bufft, semana 2.
Se suspendió la reunion del buffet. Milton y Papá de Milton estuvieron dos días sacando agua en baldes. Tío Pumba llama y nos cuenta que con la nafta a cuatro pesos, el Torino azul lo tiene que dejar para las grandes ocasiones. Entonces vamos a ir Winifreda en la moto motomel. Luego nos quejamos sobre lo que es una exageración, cuatro fechas afuera para Fernando González.
Cuando cuelga, hablamos con Abuelo de Milton. Papá de Milton le pregunta sobre el partido del domingo pasado: algo que se nos haya pasado en la crónica, algo que la derrota haya ocultado, algo que no haya sido fácil de ver y sí muy fácil que se te escape. Abuelo de Milton, entrecierra los ojos, piensa un rato, y da su respuesta: "Diego Calvente", dice. "Es un muy buen cuatro, limpio, rápido, va bien de arriba y de abajo, prolijo, concentrado".
Bueno, el domingo nos vemos en Winifreda. La última vez que fuimos, 3 de diciembre 2006, primera final de la president cup, estuvo lindo e intenso pero perdimos uno a cero. Esta vez no es final, no es tan importante, pero es uno de esos partidos que tenemos que ganar, esperemos que se nos de. Abrazo.
Cuando cuelga, hablamos con Abuelo de Milton. Papá de Milton le pregunta sobre el partido del domingo pasado: algo que se nos haya pasado en la crónica, algo que la derrota haya ocultado, algo que no haya sido fácil de ver y sí muy fácil que se te escape. Abuelo de Milton, entrecierra los ojos, piensa un rato, y da su respuesta: "Diego Calvente", dice. "Es un muy buen cuatro, limpio, rápido, va bien de arriba y de abajo, prolijo, concentrado".
Bueno, el domingo nos vemos en Winifreda. La última vez que fuimos, 3 de diciembre 2006, primera final de la president cup, estuvo lindo e intenso pero perdimos uno a cero. Esta vez no es final, no es tan importante, pero es uno de esos partidos que tenemos que ganar, esperemos que se nos de. Abrazo.
07 marzo 2010
Capítulo 2: "Esa luna sigue ahí"
Hola, derrota, te presento al albo. No, ya nos conocemos, en una épooca nos veíamos re seguido, pero ahora hace una bocha de tiempo que no. Bueno, fue en diciembre de 2008, en esta misma cancha, con este mismo rival.
*********
Qué se le va a hacer. El partido estuvo interesante, tenso. Mañana en los diarios va a salir que el partido fue un bodrio y que Santa Rosa jugó horrible. Pero esto es porque la prensa de Santa Rosa es antifútbol y anti equipos locales. Les encantan las bobadas tipo Dakar, tipos que vienen con motos gordas de Ucrania a rompernos los caminos. Las cosas seudo internacionales como un pequeño campeonato sudamericano de la versión femeninas de un deporte que se juega en nueve países. Bueno, volvamos al fútbol: Milton cree uno, que el partido de ayer estuvo interesante, y que dos, se explica por dos momentos claves de mala fortuna y porque el equipo que está enfrente es una ma- qui-ni-ta. Punto.
Vamos a los dos momentos clave, que ocurrieron en el área chica del lado de la calle Civit. Una en el primer tiempo, veintidós minutos: Fernando González defendiendo un centro, recibe un cabezazo, debe salir. Al quedarnos sin número seis, Cartucho Maidana se mete atrás a cubrir hasta que Fernando entre, pero entonces nos quedamos sin número cinco. Alguien en Doblas aprovecha ese vacío que queda para tirar un hermoso pase a Gehl, que va corriendo como chicotazo por la derecha, entra por el vértice del área y define cruzado. Cuando Fernando vuelva a la cancha, estaremos un gol abajo. Ese gol, producto de la mala fortuna y de la falta de atención a la pregunta 147 del manual de juego ("Cuando Cartucho releva, ¿quien releva al que releva?"), nos dejó abajo. Ese gol va a marcar todo el resto del partido.
***
El resultado es mentiroso. Santa Rosa no jugó mal. Intentó siempre. Un empate en uno no hubiera sorprendido a nadie, y pudo ser. Pero no había muchos caminos. El tremendo viento cruzado genera un lío: impide que se pueda jugar con todo el ancho de la cancha, y entonces facilita las cosas al que defiende. Un rol en el que Doblas se siente comodísimo, lo hacen superbien, encima son muy rápidos arriba así que no se los puede abrumar tirándoles la carreta encima.
***
Otra jugada clave fue la de los tres minutos del segundo tiempo cuando se lesionó Coria, el arquero de Doblas. Con el árbitro un poco dormido, eso congeló el partido durante seis o siete minutos, que fueron metiéndole stress al reloj y quebrando un poco el ìmpetu de Santa Rosa, que fue claramente mejor en toda la primera media hora del segundo tiempo. La lesión de Coria hizo que se perdiera el momento clave, los primeros diez del segundo. El resto estubo bravo, costó entrar. Tío Pumba dice que se debiò haber a-bu-sa-do de la pelota parada, Condo quiso hacer algo de eso metiendo a jugadores altos como Francia y Lezcano, pero el ADN de nuestro juego es hacer un pase mas a ver si se puede por abajo, y esa ficha en Doblas la re-conocen.
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Los últimos cinco estuvieron de más. A Fer González le saltó la térmica y terminó yéndose por una patada que pega desde atrás en la mitad de la cancha. Después están los dos goles de yapa que Doblas mete en grandes jugadas. Un hermosísimo tiro libre de Bonomo, un desborde centro atrás que sucedía ya con el partido redefinido. Pero Doblas está en estado de gracia, todo lo que hacen les sale bien, hasta cuando se lesiona el arquero. Milton creer que esto en algún moemnto va a dejar de suceder, que algun espejo se va a caer, algún gato negro se creuzará, que se les va a romper el hechizo y no van a ganar un partido nunca más en la puta vida. Papá de Milton no cree en brujas ni en hechizos. Los tipos juegan bien en serio. Y tienen la ventaja de que todo el mundo les juega como si fueran un equipo de pueblo.
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"Hay que ganarles, y además, pegarles", dice el Hincha Loco de Santa Rosa, queriendo jugar ya la revancha en Doblas. Tío Puimba desaprueba la violencia y le explica, muy lentamente, con un garrote en la mano, como hay que ver la situación en contexto. Miranos cinco o seis años atrás, eramos un muñeco vudú llenos de alfileres por todas partes, en serio riesgo de desaparecer. Si hoy nos volvemos a mirar al espejo, nos hemos sacado todas las alfileres. Bueno, así como se fueron todas esas, se va a ir esta de que Doblas nos gane, ya vas a ver, canta Tìo Pumba, un metro ochenta y nueve y ciento once kilos, ya vas a ver como van sanando poco a poco tus heridas, cómo va la misma vida a decantar la sal que sobra en el mar. Nos vemos en Winifreda, Tío Pumba, dice Papá de Milton, se abrazan, y se van tranquilos cuando pasan los interminables quince minutos.
Nos vemos entonces, decimos. Cuando nos subimos al auto, Papá de Milton me explica. Qué suerte que no estamos en la B, que era tremendo. Con un solo ticket para el ascenso, cada punto que dejabas, sea por empate o derrota, era un drama, una pequeña vergüenza. Lo que queríamos era estar acá, se gana, se pierde, pero volvemos a casa y tomamos mate sin clavarnos puñales.
Abrazo.
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Santa Rosa 0 - Independiente de Doblas 3
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Qué se le va a hacer. El partido estuvo interesante, tenso. Mañana en los diarios va a salir que el partido fue un bodrio y que Santa Rosa jugó horrible. Pero esto es porque la prensa de Santa Rosa es antifútbol y anti equipos locales. Les encantan las bobadas tipo Dakar, tipos que vienen con motos gordas de Ucrania a rompernos los caminos. Las cosas seudo internacionales como un pequeño campeonato sudamericano de la versión femeninas de un deporte que se juega en nueve países. Bueno, volvamos al fútbol: Milton cree uno, que el partido de ayer estuvo interesante, y que dos, se explica por dos momentos claves de mala fortuna y porque el equipo que está enfrente es una ma- qui-ni-ta. Punto.
Vamos a los dos momentos clave, que ocurrieron en el área chica del lado de la calle Civit. Una en el primer tiempo, veintidós minutos: Fernando González defendiendo un centro, recibe un cabezazo, debe salir. Al quedarnos sin número seis, Cartucho Maidana se mete atrás a cubrir hasta que Fernando entre, pero entonces nos quedamos sin número cinco. Alguien en Doblas aprovecha ese vacío que queda para tirar un hermoso pase a Gehl, que va corriendo como chicotazo por la derecha, entra por el vértice del área y define cruzado. Cuando Fernando vuelva a la cancha, estaremos un gol abajo. Ese gol, producto de la mala fortuna y de la falta de atención a la pregunta 147 del manual de juego ("Cuando Cartucho releva, ¿quien releva al que releva?"), nos dejó abajo. Ese gol va a marcar todo el resto del partido.
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El resultado es mentiroso. Santa Rosa no jugó mal. Intentó siempre. Un empate en uno no hubiera sorprendido a nadie, y pudo ser. Pero no había muchos caminos. El tremendo viento cruzado genera un lío: impide que se pueda jugar con todo el ancho de la cancha, y entonces facilita las cosas al que defiende. Un rol en el que Doblas se siente comodísimo, lo hacen superbien, encima son muy rápidos arriba así que no se los puede abrumar tirándoles la carreta encima.
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Otra jugada clave fue la de los tres minutos del segundo tiempo cuando se lesionó Coria, el arquero de Doblas. Con el árbitro un poco dormido, eso congeló el partido durante seis o siete minutos, que fueron metiéndole stress al reloj y quebrando un poco el ìmpetu de Santa Rosa, que fue claramente mejor en toda la primera media hora del segundo tiempo. La lesión de Coria hizo que se perdiera el momento clave, los primeros diez del segundo. El resto estubo bravo, costó entrar. Tío Pumba dice que se debiò haber a-bu-sa-do de la pelota parada, Condo quiso hacer algo de eso metiendo a jugadores altos como Francia y Lezcano, pero el ADN de nuestro juego es hacer un pase mas a ver si se puede por abajo, y esa ficha en Doblas la re-conocen.
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Los últimos cinco estuvieron de más. A Fer González le saltó la térmica y terminó yéndose por una patada que pega desde atrás en la mitad de la cancha. Después están los dos goles de yapa que Doblas mete en grandes jugadas. Un hermosísimo tiro libre de Bonomo, un desborde centro atrás que sucedía ya con el partido redefinido. Pero Doblas está en estado de gracia, todo lo que hacen les sale bien, hasta cuando se lesiona el arquero. Milton creer que esto en algún moemnto va a dejar de suceder, que algun espejo se va a caer, algún gato negro se creuzará, que se les va a romper el hechizo y no van a ganar un partido nunca más en la puta vida. Papá de Milton no cree en brujas ni en hechizos. Los tipos juegan bien en serio. Y tienen la ventaja de que todo el mundo les juega como si fueran un equipo de pueblo.
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"Hay que ganarles, y además, pegarles", dice el Hincha Loco de Santa Rosa, queriendo jugar ya la revancha en Doblas. Tío Puimba desaprueba la violencia y le explica, muy lentamente, con un garrote en la mano, como hay que ver la situación en contexto. Miranos cinco o seis años atrás, eramos un muñeco vudú llenos de alfileres por todas partes, en serio riesgo de desaparecer. Si hoy nos volvemos a mirar al espejo, nos hemos sacado todas las alfileres. Bueno, así como se fueron todas esas, se va a ir esta de que Doblas nos gane, ya vas a ver, canta Tìo Pumba, un metro ochenta y nueve y ciento once kilos, ya vas a ver como van sanando poco a poco tus heridas, cómo va la misma vida a decantar la sal que sobra en el mar. Nos vemos en Winifreda, Tío Pumba, dice Papá de Milton, se abrazan, y se van tranquilos cuando pasan los interminables quince minutos.
Nos vemos entonces, decimos. Cuando nos subimos al auto, Papá de Milton me explica. Qué suerte que no estamos en la B, que era tremendo. Con un solo ticket para el ascenso, cada punto que dejabas, sea por empate o derrota, era un drama, una pequeña vergüenza. Lo que queríamos era estar acá, se gana, se pierde, pero volvemos a casa y tomamos mate sin clavarnos puñales.
Abrazo.
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Santa Rosa 0 - Independiente de Doblas 3
El albo formó con Michelena; Calvente, Constantino, Fernando Gonzalez, Epinal; Rambur, Maidana, Agüero y Sayago; Susvielles y Abrigo. En el ST entraron Walter Nicollier, Gastón Lezcano, y Lucas Francia. El mismo equipo, los mismos tres cambios que contra All Boys. El partido se jugó en el Estadio "Mateo Calderón", de excelente piso y presentación. Milton piensa que tenemos que incluir más rubros en la cantina. 62 espectadores de Doblas, 509 hinchas de Santa Rosa. El viento, fuerte, estaba cruzado, soplando para el lado de la Circunvalación. Nuestra reserva perdió 4 a 3. Antes del partido, en un mundo donde todo pasa muy rápido, se impuso el nombre de "Mario Montigni" a la tribuna popular clásica, la de la calle Ameghino. Con una gran foto donde siempre te estaremos viendo. Sí, todo pasa muy rápido, seamos felices ahora y no renegemos por pavadas. En primera, Santa Rosa jugó con camiseta blanca de manga corta y pantalones blancos, Independiente con camiseta roja con rayas blancas en las mangas. La temperatura era de 31º, lo que tal vez afectó un poco el rendimiento del equipo local. Lo arbitró César González. Bien, digamos.
04 marzo 2010
Charlas del buffet, semana 1.
Fuimos al buffet del club. Papá de Milton y Tío Pumba toman cafés dobles. No consiguen que el señor bufetero les de sacarina, y los dos están a dieta, así que lo toman All Boys. Vemos un partido en la tele, juegan dos de los cuatro mejores equipos del mundo, gana el nuestro. Papá de Milton cree que estamos re bien adelante, bien en el medio, atras maso. Al menos Diego se da cuenta de eso y no quiere hacer inventos, ante la duda pone atrás cuatro centrales, lo que abunda no daña, y se evita el negocio chino del lateral inepto que se proyecta torpemente para dejarle espacios al rival. El equipo aguanta bien y ganamos uno a cero, es un gran triunfo; el equipo podría jugar algo mejor, pero la elección de los nombres es perfecta. Se puede salir campeón del mundo o no, pero lo que vieron es lo que hay. Milton pide una chocolatada. Que rica es la chocolatada fría. Frases sueltas de lo que oímos.
- Siempre nos costó mucho el primer partido de un campeonato. Haberlo ganado es genial. Nos sacamos una mochila enorme, como bien dijo Ariel.
- Más allá de los primeros 30 minutos, Santa Rosa jugó para ganar y ganó. Se preparó dos meses para ganar, hizo los cambios para ganar. All Boys no supo a qué jugar. Pero hay mucho que mejorar, lo cual es lógico. Recuerden que tuvimos suerte en el final, no hay que confiarse.
- Estamos en condiciones de afirmar que Belgrano de Chubut es una lágrima, si no ganan el próximo partido están en el horno. Ojo, All Boys con Becerra, Erro y Florís es más que eso que vimos el otro día. Igual es muy raro este principio de campeonato: los otros dos grandes sacan dos puntos de doce posibles.
- Independiente de Doblas: nos volvemos a ver, je. El único equipo que le pudo ganar al nuestro con Condorito como DT. Vení, pasá, te estábamos esperando. El Hincha Loco de Santa Rosa, sentado en el bar del club dice: "yo tengo más ganas de ganarle a Doblas que al diminuto equipo de All Boys". "Respetemos las proporciones", dice Tío Pumba. Doblas es Doblas: juegan bien, les da la cabeza, le ponen onda, se conocen de memoria, pero Cacique Wagner no es Colores Facio, no jodamos.
- Hoy por hoy, hombre por hombre, en la Liga Cultural, Independiente de Doblas y Atlético Santa Rosa es el mejor partido de fútbol que se puede ver. Y se juega en la mejor cancha a la que podés ir, hoy, en la ciudad. Inviten a sus amigos el Domingo, no basta con ir solos. No se van a arrepentir.
- Siempre nos costó mucho el primer partido de un campeonato. Haberlo ganado es genial. Nos sacamos una mochila enorme, como bien dijo Ariel.
- Más allá de los primeros 30 minutos, Santa Rosa jugó para ganar y ganó. Se preparó dos meses para ganar, hizo los cambios para ganar. All Boys no supo a qué jugar. Pero hay mucho que mejorar, lo cual es lógico. Recuerden que tuvimos suerte en el final, no hay que confiarse.
- Estamos en condiciones de afirmar que Belgrano de Chubut es una lágrima, si no ganan el próximo partido están en el horno. Ojo, All Boys con Becerra, Erro y Florís es más que eso que vimos el otro día. Igual es muy raro este principio de campeonato: los otros dos grandes sacan dos puntos de doce posibles.
- Independiente de Doblas: nos volvemos a ver, je. El único equipo que le pudo ganar al nuestro con Condorito como DT. Vení, pasá, te estábamos esperando. El Hincha Loco de Santa Rosa, sentado en el bar del club dice: "yo tengo más ganas de ganarle a Doblas que al diminuto equipo de All Boys". "Respetemos las proporciones", dice Tío Pumba. Doblas es Doblas: juegan bien, les da la cabeza, le ponen onda, se conocen de memoria, pero Cacique Wagner no es Colores Facio, no jodamos.
- Hoy por hoy, hombre por hombre, en la Liga Cultural, Independiente de Doblas y Atlético Santa Rosa es el mejor partido de fútbol que se puede ver. Y se juega en la mejor cancha a la que podés ir, hoy, en la ciudad. Inviten a sus amigos el Domingo, no basta con ir solos. No se van a arrepentir.