26 abril 2009

Capítulo 6: "Vas en la oscura multitud desprevenido"

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El torneo se divide en cuatro mitades, en cuatro cuartos como el básquet. Hoy terminamos el primer cuarto, donde nos tocó enfrentar a equipos difíciles y jugar sólo dos de cinco partidos en el Mateo. Por ahora nos va bien, quedamos primeros y con un cuerpo de ventaja. Faltan tres cuartos y ojo, esto termina en agosto: falta mayo, falta junio, falta julio lópez. Mientras tanto hay que ajustar algunas tuercas, apretar los dientes, estudiar el mapa para no caerse en una zanja, estar alerta por las dudas. Todo eso es más fácil si se está tranquilo. Pero vamos bien, y si todo sigue como va ...



Santa Rosa 2 - Uriburu 0


El partido se jugó en el Estadio "Mateo Calderón" de Santa Rosa. Asistencia: 124 espectadores de Santa Rosa, 150 espectadores de Uriburu según Claudio Dezeo. La temperatura era de 27º C y el clima estaba soleado, sin viento. Nuestra reserva ganó 5 a 1. En primera, Santa Rosa jugó con la nueva camiseta blanca "Balompié", con esponsoreo de "Center Deportes", Avellaneda 241. Muy bonita casaca, el clásico blanco con detalles en negro a los costados y pantalones blancos. Uriburu juega con camiseta amarilla lisa. Es un amarillo mostaza, no un amarillo brillante como el de Brasil. Los pantalones son negros.

Mientras tanto, los equipos de menos puntos nos hacen favores. En Ataliva, Pampero le empata a Campos de Acha uno a uno. Unión y Amistad le da un dolor de cabeza a Sarmiento y no hay goles en Villa Elisa. Guardia sigue invicto y ya tramita el cambio de nombre por Deportivo Empate: de local, queda 0 a 0 con Unión Acha, 4 puntos en 4 partidos jugados para los de Toay. En Villa Alonso, el falso minisuperclásico de la ciudad se salda con triunfo de All Boys, en un partido aparentemente aburrido. Para ver el verdadero minisuperclásico habrá que esperar hasta el 2010.

El albo formó con Michelena; Bravo, Constantino, González, Ibanbargoitía; Montigni, Maidana, Agüero y Sayago; Susvielles y Andrágñez.

Lo arbitró Martín Lobo, regular.

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Mucho entusiasmo en la gente de Uriburu, el equipo cenicienta que inesperadamente hace su aparición en el Mateo como co-puntero del Torneo de Ascenso. Lo sigue casi la mitad del pueblo, que lo alienta y le da un estruendoso recibimiento.

Motivado, Uriburu se la cree. Por mérito propio o por dejadez de Santa Rosa, el canario tendrá la pelota y también tendrá un leve dominio posicional. El albo no se inspira ni se enoja demasiado. La pelota va y viene, se desplaza sin sentido, no vemos gambetas ni paredes, por momentos el solcito pica en la piel y el partido da sueño. Cada tanto nos despertamos y a veces es por avances de Uriburu.

Cuando muestra un poco, Santa Rosa hace notar que tiene la piña más pesada, y hay un gran pase de Montígni a Andragñez, resuelto con elegante regate al arquero de Uriburu, pero se le va un poco larga y cuando al final la cruza la pelota no pasará debajo de los tres palos. Después de este aviso, nuevo sueñito, hasta que un nuevo acercamiento albo desemboca en Jesús, que recibe de espaldas al arco y aprovecha un pique favorable para meter tiro elíptico que sorprende y supera al arquero de Uriburu y esta vez sí pasa debajo de los tres palos del arco que da a la calle Ameghino.

Eran los 42 minutos del primer tiempo y el albo, jugando mas bien poco, se pone un gol adelante. Han sonado las doce, se rompe el hechizo para Uriburu.

En el segundo tiempo Santa Rosa ira de menor a mayor. Uriburu no tiene mucha letra en su repertorio y lo poco que toca lo sabemos de memoria. El comienzo otra vez indolente y desprevenido del albo se va corrigiendo solo cuando su rival, sin quererlo y sin saberlo, baja poco a poco los brazos. Cuando la cancha se hace ancha surgen nuevas chances y casi hay un gol glorioso de Jesús, exquisita definición en cortada que pega en un caño lateral y que Susvielles no puede corregir en el rebote.

Aunque claro, palo es palo, nada más. Uno a cero, el partido sigue abierto y miramos el cielo a ver si se acerca una nube. El espectador del albo, al que tres años en el ascenso le han enseñado mucho, sabe ser desconfiado. ¿Y si nos meten uno, qué hacemos, ahora que Jesu se fue sustituido?

Pero no hay nubes en el ST y si un rayito de sol a los 34 que liquida el partido: chicotazo bajo de Montigni, desde atrás de la medialuna, que entra cerca del palo. A Cenicienta el carruaje se le transforma en calabaza y Uriburu colapsa, el arco de Michelena le quedará cada vez más lejos. Y el albo aprovecha con cierta timidez la resignación de su rival. El ingresado Peredo repite una jugada parecida a la de Jesús y también le sale igual: plink, palo.

Para el albo este partido fue un día en la oficina. Marcó tarjeta, metió dos goles, sacó tres puntos. Sin apurones, sin grandes euforias, sin calenturas, mansito. Lo que quizá daba para una victoria por nocaut se ve y se va como una victoria por puntos. Pero vale tres igual, y son tres puntos que por primera vez nos dan un partido de ventaja sobre los perseguidores.

En la fecha que viene somos visitantes pero no tanto: no salimos de Santa Rosa, volvemos a la querida cancha de la ruta 5 con la chance de quedar 5 puntos arriba (porque hay duelo de segundos, Uriburu recibe a Campos; y porque Sarmiento queda libre). El obstáculo es Unión y Amistad. Empieza el segundo cuarto y, que no queden dudas, es un partido que hay que ganar.

Abrazos.

19 abril 2009

Capítulo 5: "El hijo tenaz de tu enemigo"

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Son las seis y dos de la tarde, imagínense la escena: estamos infiltrados en territorio enemigo, enfrente de donde se ubica la hinchada de Santa Rosa. Qué pena, han cobrado la pena máxima y es en nuestra contra. Desde el acantilado que rodea la cancha, Tío Pumba mira de frente a Otamendi, lo señala, y hace el secreto ritual del penal rival errado, el mismo que hizo infructuosamente tantas veces en aquella fatídica final con Guardavidas.




Campos 0 - Santa Rosa 0


El partido se jugó en el Estadio "El Cráter del Sur" de General Acha, ciudad de la amistad. Asistencia: 359 espectadores de Acha, 49 espectadores de Santa Rosa. La temperatura era de 25º. Santa Rosa jugó con la camiseta blanca tradicional; Campos, con la celeste lisa tipo Belgrano de Córdoba. Los dos usaron pantalones cortos blancos.

El viernes por la noche, la Liga aprueba la afiliación del Che Guevara pero rechaza su incorporación al torneo que jugamos ahora. El Che Guevara amenaza con apelar a la Justicia, al Superior Tribunal, al Tribunal de Cuentas, a la Corte de Costa Rica, al Corte de Manga.

El sábado por la noche, en el adelantado para la televisión, Unión y Amistad es derrotado "agónicamente" por Anguilense, dice El Diario. Imaginamos que el resultado ha sido uno a cero. Al mismo tiempo, Pocho Arrieta retiene la corona sudamericana de los 59 kilos en una pelea dramática, logrando un agónico nocaut técnico en el último asalto de una pelea que lo vio perdiendo y muy lastimado.

Domingo a la tarde: la Liga, en una decisión que celebramos, hace jugar los partidos y que el devaluado superclásico se vaya a la puta que lo pariò. En Toay, Guardia y Pampero de Ataliva Roca empatan 2 a 2, un resultado que es una derrota para los dos. En Uriburu, el local se afianza como la revelación y le mete un 3 - 1 a Sarmiento para llegar a la punta del campeonato, acompañando al albo, con 8 puntos. Campos estuvo a doce pasos de los 9, pero se quedará con 7, tercero.

El albo formó con Michelena; Ortellado, Constantino, González, Bravo; Montigni, Maidana, Agüero y Sayago; Susvielles y Andrágñez.

Lo arbitró Javier Sänchez, bien.


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"El Cráter del Sur" es el estadio más lindo de la B, pero es un poco intimidante, para que se den una idea, como mandando un mensaje, lo construyeron enfrente del cementerio dando a entender que ahí hay una advertencia. Tiene una simpática forma de circo romano, no es fácil jugar ahí, y todo el contorno está adornado con toscas de grueso calibre para ser prontamente usadas en cualquier refriega.

Es probable que el equipo se haya sentido un poco apichonado, y digámoslo ya mismo, el partido fue casi todo de Acha. La defensa del albo bancó los trapos marcando desde atrás, tratando de evitar grandes desbordes, aunque el concepto fue más interrumpir el avance que recuperar la pelota. En el primer tiempo Jesús, en el segundo Susvielles, intentaron hacer algo de contra, pero falta conexión entre ellos y coordinación con la línea media, total que no podemos contar grandes "salvadas" de Campos.

Y sí que las contamos en nuestro arco: Michelena sacó tres pelotas tremendas. Una salida arriesgada en el primer tiempo, achicando un mano a mano complicadísimo; un tiro de volea de Otamendi que sacó de milagro improvisando con la pierna a puro reflejo, otro remate a quemarropa en el segundo tiempo. Siempre muy atento, varias salidas en alto culminadas con seguridad, todo eso se acumula en el saldo para declarar al Mono como la gran figura del partido, el primer culpable del empate (de la no derrota) y la mejor noticia, lejos, para el albo.

Hubo nada más que tres gritos en total. En el primer tiempo, dos goles: uno es de Palermo, el otro de Gallardo, y el Mono ahoga varios otros gritos del partido que no se jugaba por radio. En el segundo, el albo se reacomoda y estabiliza poco a poco el juego, Campos se nubla y después de los 20 el partido se hace repetitivo y tosco, habrá que ver si algo pasa que lo sacuda.

Entonces, a las seis de la tarde, un avance por derecha nos vuelve a dar dolores de cabeza. Ahí es donde se grita un penal, que es el 90 % de un gol, según sabemos.

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Son las seis y dos de la tarde, faltan tres minutos más lo que el juez adicione para que termine el partido. La ceremonia se alarga y eso, pensamos, juega a favor nuestro. Al final, Otamendi toma carrera y le pega fuerte, cruzado, bajo, a un lugar donde Michelena no podrá llegar.

Lástima para él, que el lugar donde la pelota fue no es un lugar que estuviera dentro del arco. El ritual funciona, la suerte nos guiña el ojo y nos paga lo que nos cobró cuando pateó Sabino en Anguil.

El penal se va dos metros afuera.

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Resumen final: no nos gustó nada que el equipo no haya podido demostrar que puede quebrar a Campos, tenemos material para eso y tuvimos espacios para jugar. Pero vimos la derrota tan de cerca y nos aliviamos, era un partido fulero, no se perdió, a veces un campeonato se gana también con fechas así. Y en puntos el empate no suma mucho, pero vale más por lo que se pierde de ganar Campos, aparentemente un rival directo en la tabla y que, por lo que se vio hoy, es un equipo durísimo cuando te juega de local. El albo, mientras tanto, mantiene el invicto y se cruza con Uriburu, partido en el que deberá ganar para volver a ser único puntero. Eso será el próximo domingo, en el Mateo. Abrazos.

12 abril 2009

Capítulo 4: "Los ojos ciegos, bien abiertos"


"Roca hace negocios y su hermano ataliva", decía Sarmiento, queriendo decir que Ataliva recaudaba. Ataliva Roca era el hermano del general genocida, su hombre de negocios, el proveedor del ejército a precios inflados durante la campaña del desierto. Hoy Roca (Julio) está en los billetes de cien pesos y Sarmiento en los de cincuenta. Ataliva Roca no tiene moneda pero tiene un pueblo: sobre sus tierras personales, doble fruto de la exterminación del nativo y de la corrupción del Estado, se alza un pueblo que es hoy faro de las protestas rurales. Se juega allí un nuevo episodio de la lucha del bien contra el mal, y el bien triunfa, aunque eso no es lo que siempre sucede.




Pampero 0 - Santa Rosa 5

El partido se jugó en el "Estadio Monodeportivo" de Ataliva Roca. Asistencia: 127 espectadores de Ataliva Roca, 92 espectadores de Santa Rosa. Nuestra reserva ganó 2 a 0. La temperatura era de 38º al empezar el partido, en el que prácticamente no hubo viento. Santa Rosa jugó con la camiseta blanca tradicional tipo Real Madrid (primera vez que lo hace en este torneo). Ataliva, con la albirroja tipo Atlético de Madrid.

Mientras tanto, en Santa Rosa, Sarmiento derrota 1 a 0 a Campos de Acha. En el clásico de la ruta 5, Uriburu derrota de visitante a Anguilense 3 a 2 en un partido montaña rusa. En el clásico de las úes, Unión de Acha le gana de local a Unión y Amistad de Santa Rosa, 1 a 0.

24 horas antes, en otro episodio de la eterna lucha del Bien contra el Mal, el partido es parejo y el Bien, superado por momentos, mostrando tremenda garra y sacrificio, no puede, no logra revertir la desventaja. Al cabo, la Cuarta división del Mal se consagra como el equipo campeón del Provincial de inferiores, dando la vuelta olímpica en el Estadio del Bien.

4000 kilómetros al norte y dos horas después, un golfista de origen humilde juega contra los ricos y ve como se esfuma la chance de su vida, no podrá ganar Augusta, y nunca más va a poder estar cerca. Le pone huevos pero el Mal se inspira y queda dos golpes por delante de él cuando quedan dos hoyos por jugar, pero un pequeño milagro ocurre y revierte la ventaja para llegar al desempate. En el primer hoyo de muerte súbita, le pega a un pino en el primer golpe y la pelota cae en un rosetal. Como no se puede ver mucho, cierra los ojos y le pega: va derecho otra vez a un árbol, pero el rebote le abre una puerta. Cabrera empuja esa puerta y el Mal lo deja entrar. Irán al segundo hoyo desempate donde el Mal vuelve a pegarle mal, la tira a la casa de la vecina. El Bien no desaprovecha la oportunidad y se pone el blazer verde. Ahí debe estar la verdadera tapa de los suplementos de los domingos. Pero la gente que va a ver el golf en Augusta es rara, parece que fueran hinchas de todos, que no hubiera bien, que no hubiera mal.

El albo formó con Michelena; Ortellado, Constantino, González, Ibanbargoitía; Montigni, Maidana, Agüero y Sayago; Susvielles y Andrágñez.

Lo arbitró Franco Ponce (mas o menos bien) y, por alguna razón, expulso a Ibanbargoitía y a Rambur a los 38 ST.

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El resultado abultado no debe hacernos creer que lo que pasó es que el rival era fácil: no lo es ni lo será, Pampero. El baile que sugiere el cinco a cero sólo se dio cuando el partido estuvo medio definido, la segunda mitad del segundo tiempo. La mayor parte del juego fue más complicada, y el partido en general quedó marcado por un gol tempranero de Santa Rosa, que obligó al local a ir a buscar el descuento, dando margen y aire para el albo.

A los siete minutos, hay una pelota pifiada que queda rebotando en el vértice del área grande y dando piques verticales de tres metros. Ojos bien abiertos, Jesús Andrágñez se da maña para pelearla, para generar dudas en el defensor que la quiere cubrir desde atrás y no acierta adonde cae. El arquero no sale, Jesús gana la posición, sale disparado de frente al área y cuando el arquero da el paso adelante, define con un tiro bajo que pasa cerca del palo. El gol, todo el mérito para Jesús.

Así fue que el primer tiempo se juega con el albo parado de contra y por momentos Pampero genera peligro, pasan tiros rasantes amenazando el arco del Bien: en uno, un zaguero albo pierde pie y baja la pelota con la mano, pero el juez juzga correctamente que no hubo intención y no da penal; en otro, una tremenda jugada individual culmina con palo y rebote. El albo más o menos aguanta y responde, vemos posiciones raras en la cancha (Sabino y Sayago por momentos quedan parados detrás de Cartucho) pero buen juego. El ambiente es tenso, hace calor, el partido queda abierto al final del PT.

Damos vuelta la página y la cosa sigue parecida, Pampero se viene y el albo se retrasa. Pero hay todo un campo detrás de la mitad de la cancha y Andrágñez lo conoce, le tiran un pase de 50 metros y otra vez se acomoda de espaldas para acertar el lugar donde la pelota va a picar, para girar sin caerse y para definir antes que lo cierren. Toda la jugada dura seis segundos y se liquida así el partido, a los 20 minutos del segundo tiempo.

Pampero quiere volver pero no es lo mismo, no es lo mismo, dijo Ale Sanz. Andrágñez, la figura de este partido, realiza su última contribución al Bien al ponerle un centro en la cabeza a Susvielles para terminar de definir el asunto, para que empiece el show del jogo bonito albo, tres goles en casi diez minutos: tercero y cuarto de Coqui, el quinto de Peredo (ingresado por Jesús).

Susvielles quedará como el primero de la tabla de goleadores (3 tantos) y el equipo también va a ser el primero de la tabla de posiciones: al final de la tarde, cuando nos enteremos de los resultados, Santa Rosa llegará a la punta con 7 puntos, escoltado de cerca por Sarmiento y Campos, con 6.

El bien triunfa, aunque es sólo una batalla y no la guerra. Miramos la agenda y vemos que el domingo que viene está resaltado: partido abismo, se juega la Batalla de Campos en General Acha.

Abrazos.

05 abril 2009

Capítulo 3: "Se enderezó y brindó a tu suerte"

El partido se empezó a jugar a las cuatro y diez. Cuando todavía no eran las cuatro y veinte ya nos habían cobrado un penal, nos habían hecho un gol, nos habían expulsado un jugador. "No importa -dijo el Tío Pumba- salvo que alguno se venga loco y Chicote nos deje con nueve, con un poco de paciencia y saliva lo vamos a dar vuelta".




Santa Rosa 2 - Sarmieto 1


El partido se jugó en el Estadio "Mateo Calderón" de Santa Rosa. Asistencia: 131 espectadores de Santa Rosa, 49 espectadores de Sarmiento. La temperatura era de 31º C y el clima estaba soleado, sin viento. Nuestra reserva perdió 1 a 0, resultado que no condice con el desarrollo del partido. En primera, Santa Rosa jugó con la camiseta negra tipo All Blacks; Sarmiento, con una blanca con un par de rayitas azules al costado.

Mientras tanto, Campos de Acha derrota de local a Anguilense 2 - 1 y es el único puntero con 6 puntos (nosotros, con 4, ahora el único escolta). La fecha de la B se completa con dos empates: en un gol para Uriburu - Unión Acha, en dos, para Unión y Amistad - Guardia del Monte. Algo más temprano, en el Circuito de la Avenida San Martín - Laguna Don Tomás, Oscar Cortínez, obtuvo su quinta victoria con un registro de 2h20m48 y se quedará merecidamente con la tapa de los suplementos deportivos.

El albo formó con Michelena; Epinal, Constantino, Blanco, Ibanbargoitía; Montigni, Maidana, Agüero y Sayago; Susvielles y Andrágñez.

Lo arbitró Chicote (mal) y expulso a Chicho Blanco por doble amarilla a los 10 PT.

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En el partido de Vélez - Banfield, hicieron dos minutos de silencio, uno detrás del otro, primero uno por los héroes de malvinas, después otro por el héroe de la democracia. Pero en la Villa Santillán no se caretea: se sale a la cancha, se sortea arco, se juega, a la puta que lo parió. Bien.

La cosa empezó horrible.

A los dos minutos, un centro bobo cae en el área y Chicho Blanco agarra a un jugador de Sarmiento. Y Chicote cobra, en la B de la Liga Cultural, los penales que no se cobran ni en la Champions League. Fiol lo patea contento, bien, como Sabino lo pateó el domingo pasado, pero es gol.

Un ratito después, tiro libre a favor nuestro, Chicho Blanco sube a cabecear al área rival. Lo empujan y contesta con un tatequieto que le vale la segunda amarilla y la expulsión.

Con este panorama el albo empezó a organizarse como pudo, con un obligado 3 - 4 - 2, se acomodó en la cancha prolijito y explotó la gran debilidad de Sarmiento: un equipo que se mueve muy lento con y sin pelota. Puede ser que al verse en riesgo el albo se vio motivado a exhibir su mejor juego. La rebeldía y la capacidad de reacción deben aplaudirse, pero es vital que podamos hacerlo también desde el minuto cero para poder quebrar a todos los equipos sin necesidad de remar de atrás. Así se va a tener que jugar el campeonato.

El domingo pasado dijimos que Gaby Sayago tiene que estar siempre en la cancha. La jugada de los 20 PT nos demuestra por qué: hace un movimiento en L gambeteando gente, gira 90 grados como la tortuga del logo y manda centro para la cabeza de Susvielles, que pasaba por ahí. Será el primer gol de los 29 o tal vez 30 goles que hará el equipo en todo el campeonato.

El gol no cambia la música del partido post penal: Sarmiento parecía tener uno menos, y no uno más. Buen partido de todos, sin excepciones. El destacado de la fecha es para Cartu Maidana, por regularidad, la clave oculta del armado del albo al ganarle el duelo de cincos al Pájaro Muñoz.

Pudimos darlo vuelta ahí nomás con un tremendo pelotazo que Sabino estrelló en el palo pateando de afuera del área, pero hubo que esperar hasta el principio del segundo tiempo para pasar al frente.

A los cinco minutos, una jugada parecida a la del penal, ahora a favor nuestro, pero que pasa del borde de afuera del área. Lo pateará Martín Montigni y el arquero de Sarmiento armará una barrera muy compacta. Pero la barrera también lo tapa a él, y al ser tiro libre de muy cerca, la ecuación es fácil: si pasa la barrera y va adentro del arco, es gol casi seguro, porque el arquero no ve lo que pasa y no puede reaccionar.

Y pasa la barrera, va adentro del arco, es gol.

Pueden ver en esta cronica de casr.com.ar un videito con el gol y van a ver que el arquero de Sarmiento no atina a moverse. Lo dicho: no la ve. Y si la hubiera visto, era al pedo, porque la pelota fue al ángulo. Martín Montigni es otro que tiene que estar siempre, porque hace que al rival le sea muy mal negocio parar los avances con foul.

Así como se jugó, se sufrió. Porque todo Sarmiento fue muy astuto para no pegar ninguna gran patada que restableciera la igualdad numérica. Y así fue nomás, con un poco de ayuda de Chicote (que mientras pegues despacito, te va a dejar pegar toda la tarde, pero eso sí, no le levantes la voz) terminaron jugando todo el partido con once. A partir de la segunda mitad del ST eso se empezó a sentir y el equipo de Barreto aprovechó bien los espacios, quedaba siempre uno libre en posición de ataque, jugó siempre por abajo, probó de lejos, puso las cosas muy, muy tensas. No nos equivocamos cuando dijimos que era candidato. Pudo habernos empatado, pero fuimos seguros abajo y buenas combinaciones arriba nos dieron un respiro cada tanto para aguantar el resultado, y hasta un poco más que eso, porque hubo contras con Sarmiento medio entregado donde casi les metemos el tercero.

No vamos a mentir, terminamos pidiendo la hora, pero es que era muy importante este resultado, acuérdense lo que les digo. Al final, la puta que lo parió, ganamos. El domingo que viene vamos a Ataliva y nos tenemos que traer otra vez tres puntos, la idea es que terminemos con diez en la cuarta fecha.

Abrazos.